La innovación como parte de la evolución de las Facultades de Comunicación

Hemos entrado en una era de cambios vertiginosos en todos los ámbitos de la información: desde las fuentes a los públicos, desde los géneros tradicionales a las nuevas tecnologías. Asistimos a ver cómo emergen los nuevos medios, en donde el protagonista es también el usuario como parte de la nueva audiencia. Los blogs, wikis, aplicaciones para dispositivos táctiles y las redes sociales están dando paso a un nuevo modelo comunicacional que revoluciona el paradigma del mercado de la información y comunicación, de la industria de los contenidos.

La narrativa transmedia, el periodismo móvil, el periodismo de datos y el periodismo emprendedor, por citar sólo algunos entornos del nuevo periodismo, configuran un panorama en donde es necesario proponer nuevos esquemas formativos en las facultades de comunicación, aunque sin que esto afecte a la concepción esencial del periodismo.

Desde su fundación, en las facultades de comunicación españolas que incluyen estudios de periodismo, los estudiantes se han venido graduando adquiriendo las competencias y habilidades que les ha permitido desarrollar su labor profesional para un entorno analógico. Pero, los entornos analógicos o tradicionales han dado paso a un nuevo ecosistema basado en lo tecnológico, en lo digital y multimedia (Cebrián, 2005). En este entorno de cambio y de revolución, la universidad, los docentes e investigadores se encuentran en una situación en la que los cambios tecnológicos y los hábitos de consumo de los usuarios están evolucionando a una velocidad superior a la que difícilmente pueden adaptarse los contenidos curriculares de los programas académicos. La velocidad del mercado es superior a la de los procesos administrativo-burocráticos de la academia y sus ministerios y agencias de evaluación y acreditación.

Según el Plan Modelo de Estudios de Periodismo (Unesco, 2007), los estudios de periodismo:

“[…] tendría que aportar a los estudiantes los conocimientos y la formación necesarios para reflexionar sobre la ética periodística y las mejores prácticas en el periodismo, además de la función del periodismo en la sociedad, la historia del periodismo, el derecho periodístico y la economía política de los medios de comunicación (la propiedad, la organización y la competencia, entre otros). Debería enseñarles cómo informar sobre cuestiones políticas y sociales de especial alcance para su propia sociedad mediante cursos concebidos en colaboración con otros departamentos de la escuela universitaria o la universidad. Tendría que garantizar que adquieren tanto conocimientos generales amplios como las bases de un saber especializado en un ámbito importante para el periodismo. Debería asegurar que adquieren la capacidad lingüística necesaria (o que cuentan con ella como prerrequisito) para el ejercicio del periodismo en su país, lo cual exige, en algunos casos, poder trabajar en idiomas indígenas o vernáculos locales. Y debería prepararlos para adaptarse a las transformaciones tecnológicas y a otros cambios en los medios de comunicación e información”.

En este contexto, la enseñanza actual del periodismo tendría que formar e instruir a los estudiantes acerca de la manera de identificar las noticias y reconocer el hecho de interés informativo en un complejo entorno de datos, opiniones y caos informacional que se desprende de la red; de realizar investigaciones periodísticas y de redactar, ilustrar, corregir y producir material en diversos formatos de medios de comunicación (periódicos y revistas, radio y televisión e Internet y multimedia) para un público propio de esos formatos.

   Extracto del artículo titulado: EL PERIODISMO COMO DISCIPLINA DEL CONOCIMIENTO Y EL VALOR ACADEMICISTA PARA UNA PROFESIÓN DE CALIDAD (Flores, 2014) publicado en la revista de investigación social Prisma Social

 

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