Otro año: otra espina, otra rosa

Espinas y rosas
En enero una flor blanca de nieve,
piedras de  montaña en el febrero helado
y en marzo un sol para esas pieles
de viejos carcomidos en abriles.
De mayo el lapizlázuli de la melancolía
y de los junios ardientes calenturas.
De julio a septiembre la alegría
y la tristeza de otoño en los octubres.
La espera del final es de noviembre,
con instantes robados al recuerdo,
y el tiempo muerto es de diciembre
con la mirada atrás, a lo imposible,
Y siempre los domingos por la tarde,
grabadas en lo más hondo de alma,
las espinas y las rosas en desorden,
royéndome la carne a dentelladas.

Juan Miguel Sánchez Vigil

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