El museo de Rostand, creador de Cyrano de Bergerac

Texto y foto: Maria Olivera Zaldua

Un museo con encanto y desconocido, reconocido como monumento histórico en 1995, es el de Edmund Rostand (Marsella, 1869-París, 1918), una de las figuras más representativas de literatura del siglo XIX, creador de Cyrano de Bergerac en 1897. Situado  a las afueras de Cambo-les-Brains (Francia, a pocos kilómetros de Bayona), la villa Arnaga, como se la conoce, tiene 40 estancias decoradas por el propio escritor y dos jardines: uno ingles, coqueto y salvaje, y otro francés con estanque, corral de aves exóticas y una pérgola donde el literato recibía a los invitados recitando versos. Allí se representaban escenas de teatro en las horas dulces de otoño y primavera.

Cuando Rostand llegó a Cambo en 1900 para pasar una larga temporada en los balnearios de la zona, con el fin de recuperarse de su pleuresía, se enamoró del clima y del paisaje vasco, por lo que mandó construir una villa en lo alto de una colina, de estilo regionalista, para pasar largas temporadas. Allí se inspiró para escribir en 1910 Chantecler.

En el interior destaca la extraordinaria biblioteca, con todas las ediciones de su obra más famosa, así como con las fotografías del estreno que tuvo lugar el 28 de diciembre de 1897. También se conservan las numerosas versiones que se han realizado, junto al premio Cesar con el que fue galardonado el actor Gerard Depardieur por la interpretación de Cyrano de Bergerac, y que cedió en un loable gesto.

Dos estilos distintos: el caserío vasco y los jardines e interior versallescos, están unidos en un paisaje precioso.  

Dos recomendaciones: la lectura del Cyrano y la visita al museo. Otro mundo, otro paraíso.

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