Joyas y Libros o viceversa. La Biblioteca de la catedral vieja de Salamanca

La Biblioteca de la catedral de Salamanca recupera su belleza

Texto: Juan Miguel Sánchez Vigil

La catedral vieja de Salamanca. En su claustro alto, se encuentra una de las bibliotecas más valiosas del patrimonio religioso español. Se compone de 4.000 volúmenes, de los siglos XV a XIX, entre los que se encuentran varios manuscritos.

La biblioteca ha sido restaurada para albergar ese fondo. Nuevas librerías y planeras permitirán lucir las joyas de la corona; esto es, las maravillas que constituyen esos libros que el gran  Eco hizo protagonistas en El nombre de la rosa.

La Biblioteca antigua cobra vida, y aunque permanezca encerrada en las vitrinas no será para que nadie la toque, sino para conservar la memoria. Algunos de estos libros pudo estar en las manos de Fray Luis de León, de quien tan bien ha escrito mi admirado don Manuel Fernández Álvarez.

 

Cuando el tiempo se duerme

los libros nos hablan.

Cuando los libros se duermen

mueren las palabras.

(Anónimo. Atribuido a San Acisclo)

Compartir:

3 comentarios

  1. Tomando la restauración de la biblioteca de la catedral vieja de Salamanca como origen de la noticia, me es inevitable aludir a que ayer, día 24 de octubre, se celebró el Día Internacional de la Biblioteca, señalada fecha para todos aquellos que sentimos una especial fascinación por la que ha sido, desde su origen, la casa de los libros, o como la denominaban los egipcios, la casa de la vida. El nuevo concepto de biblioteca virtual con el que nos estamos familiarizando y los diversos productos que ahora nos ofrecen dichos espacios, se suman a su engrandecimiento sin marchitar la semilla que las engendró como un centro de lectura, de culto, de conocimiento almacenado y conservado en cajas embreadas y depositadas en nichos excavados en los muros, como hacían en la antigua Mesopotamia.

    Lo que debemos conseguir es que ese Día, que pasa desapercibido en el calendario porque, como tantos otros, no es comercial (no es éste el caso del Día del Libro, que cada año se esmeran en dar a conocer las editoriales por medio de numerosas ferias para elevar sus ventas, pero al que no se le puede restar su labor en beneficio del fomento de la lectura), se convierta en todos los días, sin mayúscula y en plural.

  2. Los libros nunca duermen, salvo cuando alguien los encierra en espacios muertos.

  3. Estoy de acuerdo con el comentario realista de Antonio Lucas. Los libros nacen de personas cuyo deseo es que sean leídos sino, ¿para qué escribir?, ¿para qué dejar huella de tus pensamientos, de tu imaginación, de tus conocimientos si nadie lo podrá ver jamás? Estoy totalmente en contra de que la lectura sólo sea para unos pocos privilegiados, y más por el hecho de que pertenecer a un colectivo te haga más accesible a ellos y los demás interesados no. Los libros religiosos, en su mayoría grandes obras maestras de la escritura, sólo son una gran muestra de este hecho.

Deja un comentario