Las bibliotecas asumirán nuevas funciones tras la llegada del e-book

Finalizada la feria Liber, es tiempo de  hacer balance y de pensar en cómo se irán aplicando las propuestas que allí se hicieron. Una de ellas, nos llegó de la mano de nuestro amigo y compañero en este weblog, Joaquín Rodríguez, en Los Futuros del Libro. Precisamente, el director del Máster en Edición de la Universidad de Salamanca y Anaya,  apuntó en una mesa de debate en torno a los retos de futuro de las bibliotecas algunas de las funciones que tendrán que asumir los bibliotecarios «para que los adolescentes no desaparezcan de las salas». Sobre las bibliotecas, Joaquín Rodriguez tiene un excelente post titulado: Bibliotecas necesarias, que recomendamos leer a todos los alumnos y también a los profesionales de las mismas.

Las bibliotecas tendrán que asumir nuevas funciones que les permitan continuar su labor como impulsores del conocimiento ante la llegada de los libros electrónicos y de los dispositivos digitales de lectura, según han concluido editores y bibliotecarios en la feria internacional LIBER.

Según Rodríguez «hay que ir hacia donde van los usuarios» y hacerles llegar los contenidos tanto en los antiguos soportes como en los nuevos formatos que están apareciendo, incluidos los libros electrónicos, para así «participar en la alfabetización digital de los jóvenes, que saben usar las nuevas tecnologías, pero no conocen su estructura ni los peligros que encierran».

Rodríguez también ha apuntado que los bibliotecarios pueden convertirse en impulsores de la «cultura divergente», un fenómeno muy extendido en los Estados Unidos y que consiste en la creación de nuevos productos culturales, como obras de teatro o vídeos, a partir de una obra literaria, tal y como está ocurriendo con novelas como las de la saga Harry Potter.

Ignacio Latasa, director de Leer-e, empresa especializada en la venta de e-books y dispositivos digitales de lectura, ha puntualizado que el libro electrónico no es más que «otra herramienta que no sabemos si va a encajar en la sociedad y que de momento parece que tendrá que convivir muchos años con el libro en papel».

Para adaptarse a este fenómeno, Latasa cree que las bibliotecas tendrán que buscar soluciones económicas que hagan posible el préstamo de los dispositivos de lectura, cuyo precio ronda actualmente los 400 euros.

Fuente La Vanguardia

Compartir:

13 comentarios

  1. Rodríguez también ha apuntado que los bibliotecarios pueden convertirse en impulsores de la "cultura divergente", un fenómeno muy extendido en los Estados Unidos y que consiste

  2. ¿Cuál es el sentido de las bibliotecas en el siglo XXI? Lo que se plantea en este momento, es el redefinir la postura de las bibliotecas, comprendiendo hacia qué dirección se debe avanzar, los problemas que pueden surgir, las tecnologías que se tiene al alcance para realizarlo, los costes que supondrán, decidirse y realizarlo. La supervivencia es cuestión de evolución.

  3. Hay una ventaja que las bibliotecas tienen y que la red virtual no logra suplir: el carácter de espacio humano. Las bibliotecas deben realzar esta ventaja y enfocar sus servicios a aquellos que favorecen el intercambio entre individuos. A las bibliotecas: olvídense de ser un lugar de almacenaje, dejen de pensar en el libro, y empiecen a generar nuevos y atractivos servicios para el lector.

  4. La labor de las bibliotecas se revela fundamental a la hora de salvar los dos grandes problemas de la información digital: la saturación informativa y la escasa fiabilidad de las fuentes. Podemos confiar en que los materiales a los que accedemos a través de la biblioteca, cualquiera que sea su formato, son útiles y contrastados.

  5. El e-book no es más que el último paso de una milenaria evolución, que comenzó con las tabillas mesopotámicas y ha desembocado en la democratización de la lectura a través de las bibliotecas. Para continuar con este proceso, el bibliotecario debe diseñar fórmulas que permitan el acceso universal a estos nuevos formatos. Además debe afrontar un papel activo de formador en la búsqueda eficaz de información en la red, como defiende Joaquín Rodríguez en su artículo.

  6. En defensa de la biblioteca, hay que destacar que no solo es el refugio previo a los exámenes (a pesar de tener aforo completo en estos periodos) sino que continuamente hay usuarios que frecuentan la Biblioteca para otro tipo de servicios. Por otro lado, el personal bibliotecario es igualmente imprescindible. Aunque haya muchas dotaciones informáticas que faciliten o agilicen ciertos servicios, estos no aportan la humanidad y accesibilidad de las personas.

  7. Es obvio que lo "antiguo" y lo más moderno tienen que convivir para poder cubrir las necesidades de los usuarios y atraer a los jóvenes, pero si incorporamos un e-book en nuestra biblioteca tendremos que reducir costes en los demás servicios y dar un servicio adicional de educación y ¿sobre todo quién está dispuesto a sufragar los costes?

  8. La perdurabilidad de los materiales y soportes no queda garantizada con la tecnología, que debe servir de apoyo y nunca de sustituto. Además, el entorno virtual nunca contará con el aspecto humano y las relaciones personales, presentes en las bibliotecas tradicionales.

  9. Hoy, las bibliotecas tienen el rol de custodiar la memoria en papel que se ha ido forjando a lo largo de la historia. Por esta razón, las bibliotecas perdurarán pese a la llegada del libro electrónico; sin embargo, serán usadas por los amantes de lo tradicional, quienes preferirán la versión en papel. Por otro lado, el libro electrónico será un buen utensilio para la sociedad involucrada en la era de la tecnología (jóvenes y ciudadanos adentrados en este ámbito).

  10. Como en tantos otros ámbitos, la digitalización ha llegado al libro y por ende a las bibliotecas. Esto implica un enorme esfuerzo de adaptación tanto para el lector como para el personal especializado. Parece obvio como dice Latasa, director de Leer-e que "el libro

    digital tendrá que convivir durante muchos años con el libro en papel",dada la gran dificultad que muchos lectores, sobre todo los de más edad, tendrán para adaptarse a la nueva tecnología.

  11. Los libros en papel seguirán existiendo mucho tiempo, ya que son muchos los que preferimos leer en papel en vez de mediante un dispositivo electrónico. A medida que pase el tiempo y si se expande el uso del libro electrónico, las bibliotecas deberían adaptarse para disponer también de préstamo de libros en este formato.

  12. El papel de la biblioteca en la era digital no será tanto el de mero acumulador de cultura, sino el de filtro y depurador de la calidad y cantidad de fuentes que traerán aparejados los nuevos tiempos.

    La digitalización es inevitable, y su coste sin duda alto, lo que supondrá un nuevo caballo de batalla entre el sector público y el privado.

  13. En primer lugar creo que el libro como tal, en su formato de papel, va a perdurar durante muchos años a pesar de la llegada de las nuevas tecnlogías. Aún así, la penetración de estas nuevas tecnologías será progresiva conforme descienda su precio en el mercado. Siempre sucede lo mismo.

    En mi opinión, el formato clásico del libro, es perfecto. El simple hecho de pasar hoja a hoja, sentir su tacto u olerlas es una fuente de imaginación que, unido a la historia creada en el libro, nos hacer transportarnos a nuevos mundos, idílicos o reales, pero al fin y al cabo, desconocidos.

Deja un comentario