(Versos para un domingo de diciembre)

Hoy no es hoy el Día Mundial de la Poesía, ni el de las Letras, ni el de la Literatura o la Cultura, hoy es un simple domingo de diciembre con el sol radiante y la calma del paseo. Piso las hojas muertas de mi parque y en el crujir estallan los versos de un poema de Asunción García Iglesias: “Pasé la mano sobre tu pelo de humo…”

La poesía va más allá de la lectura, enciende la llama que alumbra la Casa Encendida, quema, hiere incluso… y sacude las entrañas.

Un día todo acaba es el título del libro que tengo entre las manos, el tiempo real de una experiencia que comenzó en la infancia y se cierra ahora, en la madurez, con el recuerdo del padre muerto, asesinado por miserables apenas a unos metros de la casa. Esa es la excusa, el intermedio, para recrear escenas con los versos, en un teatro que no es otra cosa que la propia vida. Leo:

 

Ha cubierto tu sangre la acera.

Ha brotado silenciosa, se ha llevado consigo tus huellas,

se ha deslizado hasta tocar el suelo y seguir avanzando,

sin detenerse entre las grietas de cemento enrojecido.

Ha socavado la tierra, indeleble y voraz.

Te ha horadado, ha mordido ávida tu aliento,

ha buscado desesperada refugio en las alcantarillas,

para terminar alzando el vuelo desbocada, sin riendas,

arrastrando tu vida tras de sí.

 

Un día todo acaba

Asunción García Iglesias

Madrid: Polibea, 2013

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