Biocombustibles con balance de CO2 negativo derivados de biomasa obtenida a partir de vegetación silvestre no cultivad

[Rufino M. Navarro]

Los biocombustibles derivados de mezclas de vegetación autóctona de praderas sin cultivar se presentan como una alternativa que permite un mayor rendimiento energético, la reducción de gases de efecto invernadero, y una menor contaminación agroquímica por hectárea que los biocombustibles basados en etanol obtenido a partir de maíz o biodiesel derivado de aceites de soja.

En un estudio reciente aparecido en la revista Science (314 (5805) 1598-1600) dirigido por David Tilman profesor de ecología de la Universidad de Minnesota (USA) se ha demostrado que el aprovechamiento de biomasa procedente de mezclas de vegetación silvestre crecida en terrenos sin cultivar puede suministrar una mayor cantidad de energía por unidad de área de terreno (hasta un 51%) que las correspondientes a los cultivos tradicionales en tierra fértil de maíz o soja con fines energéticos.

Este mayor rendimiento es consecuencia del bajo consumo energético en el crecimiento de las especies silvestres sin cultivar (ausencia de herbicidas, riego y fertilizantes) y del aprovechamiento integral de la biomasa obtenida. Basado en 10 años de investigación, el estudio muestra que terrenos degradados para la agricultura y plantados con una variedad de especies de vegetación silvestre es capaz de incrementar el rendimiento bioenergético y la capacidad de captura de CO2 un 238% respecto a monocultivos de especies silvestres. La razón básica de por qué la diversidad en las especies plantadas conduce a una mayor eficacia respecto de los monocultivos resulta de la selección de especies que crecen complementariamente en las diferentes estaciones del año lo que implica el mejor aprovechamiento temporal del terreno.

Terrenos plantados con variedad de especies de vegetación silvestre son capaces de suministrar, sin cultivar, hasta 68.1 GJ/Ha x año de bioenergía total y capturar hasta 4.1 Mg/Ha x año de CO2 en la primera década y hasta 3 Mg/Ha x año en las siguientes décadas.  Estas cifras se traducen, teniendo en cuenta el posible aprovechamiento en el mundo de 5×108 Ha de terreno abandonado, degradado y no útil para la agricultura, en un potencial energético equivalente al 13% del consumo total de petróleo asociado al transporte y un 19% del consumo global de energía eléctrica y una capacidad para secuestrar alrededor del 15% de las emisiones globales actuales de CO2. El tipo de biomasa referido en el estudio puede producirse en terrenos degradados para la agricultura lo que resuelve adicionalmente los principales problemas a los que se enfrenta la producción actual de biocombustibles: competencia con los terrenos fértiles para producción de alimentos, polución debida a fertilizantes y pesticidas y la amenaza a la biodiversidad via destrucción de habitats en la búsqueda de nuevos terrenos fértiles.

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2 comentarios

  1. Sea como fuere, hace 10 años emitir CO2 a la atmósfera era gratis y ahora cada tonelada cuesta. Según las últimas cotizaciones para la venta de derechos en 2008, el precio de una tonelada de CO2 ronda los 20 euros. ‘Sin hacer nada, hubiéramos tenido un excedente por encima de nuestros derechos de emisión de CO2 de 300.000 toneladas. El impacto económico sería muy grave’, comenta Aniceto Zaragoza, director general de la patronal de las cementeras Oficemen.

  2. Es interesante esta línea de investigación al compatibilizar la producción de biocombustibles con la de alimentos y pone realismo a la prensa excesivamente "rosa" de los biocombustibles

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