Debates sobre Energía en la Universidad Rey Juan Carlos (IV). Petróleo, ¿hasta cuando?

Cuarta entrega de la experiencia docente desarrollada por alumnos del Máster en Tecnología y Recursos Energéticos de la Universidad Rey Juan Carlos. Es el turno de debatir el futuro como fuente energética del Petróleo.

Dependencia con fecha de caducidad:

El petróleo es la fuente de energía más importante de la sociedad actual. Pensar en qué pasaría si se acabara repentinamente, hace llegar a la conclusión de que se trataría de una verdadera catástrofe: los aviones, los automóviles y autobuses, gran parte de los ferrocarriles, los barcos, centrales térmicas, muchos sistemas de calefacción… dejarían de funcionar. Además, las economías de los países dependientes del petróleo entrarían en una situación de crisis. Por ello, parece muy razonable el interés por encontrar nuevas fuentes de energía que disminuyeran estos problemas.

La alta dependencia que el mundo tiene del petróleo, la inestabilidad que caracteriza al mercado internacional, las fluctuaciones de los precios de este producto junto con los daños medioambientales que produce, son las principales desventajas que han potenciado la investigación y desarrollo de energías alternativas, aunque hasta ahora no se ha logrado una opción que realmente lo sustituya en sectores como el transporte.

El petróleo, como fuente energética no renovable, ya está dando señales de su agotamiento a nivel de reservas mundiales y de su ritmo productivo. A este hecho hay que añadir el preocupante aumento de la demanda con la incorporación de nuevas potencias consumidoras como es el caso de China e India.

Las reservas probadas han ido aumentando a lo largo de los años debido a que se están tomando algunas medidas como potenciar las técnicas de exploración, mejorar los métodos de extracción para que el porcentaje de petróleo extraído sea mayor (técnicas de recuperación avanzada) o modificar las refinerías existentes debido a que el crudo que llega a ellas es cada vez de peor calidad, esto es, más pesado. Con todo ello, surge una duda lógica: ¿Por qué invertir tanto dinero en una fuente de energía que al mismo tiempo nos está provocando tantos daños medioambientales y que nos limita el cumplimiento de acuerdos como el “Protocolo de Kyoto”? ¿No será mejor invertir ese mismo dinero en energías alternativas?

Además, el porcentaje que consume cada región no tiene nada que ver con sus reservas, por tanto muchos países están obligados a importar grandes cantidades procedentes del exterior, lo que aumenta su dependencia energética, con las consiguientes consecuencias económicas y políticas.

Cuando sube el precio del petróleo se produce una subida de los costes, de forma más o menos inmediata, en casi todos los sectores productivos y, en consecuencia, se nota en los precios de los bienes de consumo. La volatilidad de los precios del petróleo ha sido y es una característica intrínseca a la historia reciente de la comercialización de este producto. Su importancia estratégica lo convierte en una “moneda de cambio” y de presión política y económica de primera magnitud.

Estas subidas y bajadas de los precios son producidas por muy diversos factores, pero los más importantes son las decisiones políticas de los países productores, los conflictos sociales o bélicos en las zonas más vinculadas a la producción de petróleo y, en ocasiones, las decisiones que puedan tomarse en determinados foros financieros mundiales. Por esta razón, parece poco fiable que la economía de un país se base en esta fuente de energía.

Por otro lado, el principal problema ambiental del uso de petróleo proviene de la combustión de sus derivados, ya que produce productos residuales (partículas, CO2, SOx, NOx, etc.). Además hay que considerar otros problemas relativos a su extracción, transporte y conversión a productos derivados que contribuyen al cambio climático y al deterioro gradual del medio ambiente. Afecta de forma directa a suelo, agua, aire, fauna y flora.

Por ello, la industria petrolera se encuentra sometida a normas y procedimientos muy estrictos en materia de protección ambiental y, sobretodo, en el caso del transporte marítimo ya que ha sido uno de los principales problemas a lo largo de la historia de la explotación del petróleo. Además, las refinerías están en la obligación de cumplir determinadas medidas porque, en caso contrario, existe la posibilidad de que se produzcan emisiones de contaminantes a la atmósfera, vertidos de productos nocivos, ruidos y olores. A pesar de implantar estas normas, siempre habrá emisiones que no se van a poder eliminar. De cualquier manera, todo esto no hace más que incrementar su precio de venta.

Con todo ello, parece normal que cada vez que se alcanzan máximos históricos en los precios del crudo o surjan nuevos conflictos políticos que alteran el mercado, aparezca la inquietud sobre la continuidad del suministro de nuestra principal fuente de energía, y se vuelva a pensar en las crisis de los años 70 y principio de los 80.

Y es que a pesar de todas las desventajas que presenta, la realidad es que el mundo en que vivimos lo ha configurado el petróleo. Las preguntas que surgen inmediatamente se refieren a cuánto tiempo durarán las reservas y si los precios que tenemos que pagar por esos suministros se elevarán tanto que la sociedad dé un paso atrás. Pero, por otra parte, aparece el problema de que los gases producidos por la combustión de las energías fósiles puedan producir daños irreversibles en nuestra biosfera. Y naturalmente aparece la pregunta lógica: ¿No es posible sustituir el petróleo por energías renovables, limpias y baratas?

 

[E. Nieto, M. Núñez, B. Peral]

 

 

El panorama energético futuro todavía necesita petróleo:

El petróleo es una fuente energética no renovable, y como tal su duración es limitada, aunque en las próximas décadas seguirá jugando un papel fundamental en la economía mundial y será un elemento imprescindible en la transición hacia tecnologías más limpias y fuentes renovables. Actualmente no es sostenible un panorama en el que se elimine el petróleo como fuente energética o materia prima, ya que se produciría un importante retroceso en el desarrollo económico y tecnológico mundial lo cual redundaría en una merma importante en la calidad de vida.

Entre las ventajas que pueden destacarse de continuar con el uso de petróleo se encuentran las siguientes:

La extracción y transporte de petróleo es una tecnología madura, y la mayor parte de la inversión ya ha sido realizada

La producción de fuentes energéticas renovables está en expansión, pero aún habrá que invertir mucho tiempo y capital en desarrollar mejores tecnologías, pues las actuales no son competitivas en su mayoría, teniendo en cuenta el ratio coste de producción frente a la energía generada.

Los avances en la tecnología permiten obtener cada vez un mayor aprovechamiento de los yacimientos mediante inyección de agua y de vapor y el avance en las técnicas de perforación ha permitido que se puedan desarrollar pozos desde plataformas situadas en el mar, logrando acceder a una parte importante de las reservas mundiales de petróleo

El almacenamiento y transporte de líquidos es más sencillo que el de gases. Los impactos ambientales acarreados por fugas de petróleo son graves, pero se deben a incumplimientos de la legislación en algunos casos y a la falta de normativa adecuada en otros, no a un riesgo potencial alto de fugas, al contrario que en el caso de los gases que son más difíciles de confinar.

Fuentes renovables, como la eólica y la solar fotovoltaica tratan de producir electricidad, y no olvidemos que dicho vector energético es muy difícil de almacenar en grandes cantidades y las soluciones planteadas en la actualidad sólo proporcionan energía durante breves periodos de tiempo, por lo que la disponibilidad de estas fuentes energéticas está supeditada a aspectos climatológicos y a la demanda en tiempo real de energía.

El refino permite un gran aprovechamiento del petróleo, pues todos los productos obtenidos en los diferentes tratamientos a los que se somete son de utilidad.

Además se puede acomodar el refino del petróleo a la demanda real de productos, para obtener un porcentaje mayor de aquellos que más interesen.

No se debe olvidar que actualmente el 37 % de la energía primaria consumida mundialmente se cubre con petróleo y prácticamente toda esa energía va al sector transportes.

A día de hoy no existe ningún sustituto del petróleo capaz de  alimentar a más de 700 millones de automóviles, 50000 barcos de gran tonelaje y a unos 30000 aviones comerciales. Además la industria aeronáutica civil, que juega un papel fundamental en la economía mundial por su importancia en el transporte de mercancías y pasajeros, requiere unos niveles de seguridad muy importantes, que sólo se alcanzan con el uso de combustibles derivados del petróleo

El carbón está en clara desventaja, no es logísticamente viable, y los biocarburantes no tienen por sí mismos las características necesarias para sustituir el petróleo.

Como ventaja añadida del benéfico económico que genera se debe tratar de aprovechar sus beneficios en los países productores como motor de la economía, invirtiendo en el desarrollo sostenible de los mismos

 

Mientras se avanza en la investigación y desarrollo de fuentes energéticas alternativas, el reto en las próximas décadas en lo referente al petróleo consiste en la mejora de su utilización:

·         Mejoras en las tecnologías de extracción.

·         Mejoras en las tecnologías de refino.

·         Aumento de la eficiencia energética (economizar su consumo).

·         Mejora de vehículos con motores de combustión  interna.

·         Aumentar la seguridad en su almacenamiento y transporte mediante la legislación adecuada.

·         Minimizar el impacto ambiental con tecnologías más limpias y seguras.

·         Tratar de llegar a consensos mundiales reduciendo las situaciones de riesgo geopolítico, para que no sea una causa de desestabilización política y económica.

·         No desperdiciar petróleo en usos donde hay mejores soluciones (calefacción, producción de electricidad).

 

[J.A. Chimeno, M.A. Maderuelo]

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6 comentarios

  1. En fin, un proyecto más de de motor o turbina cuasi milagrosa de los cientos y cientos que pululan por internet y que todos ellos suelen tener un ojetivo último común: obtener FINANCIACION para su desarrollo (pastita, pastita)…¡Pero de verdad, tanto pardillo se creen que hay sueltos por el mundo!

  2. Gracias Luis por enviarnos tu opinión pues es posible que pueda ser la opinión de otros muchos lectores que por la razón que sea no han querido comunicarnosla. Luis ¡eres un valiente! me gustaría ser como tú. Ciertamente estamos buscando a esa persona que despues de ver nuestro prototípo y disponiendo de los recursos necesarios, considere de su interés invertir en el desarrollo de nuestro proyecto que tambien seria el suyo, tal y como está publicado por la Asociación de Parques Tecnológicos de España: http://redtt.apte.org/rib/view_od?od_id=9960

    Un saludo para todos y en especial para tí, Amigo Luis.

  3. Claro hombre claro, Manuel. Se que necesitais personas con recursos, como no lo voy a saber, siempre se trata del mismo estribillo.

    Ahora, te pregunto: ¿Es que esas personas con recursos y sus staffs técnicos están totalmente ciegos?, ¿incluso después de 8 años y a pesar de la grata sorpresa que tal invento produjo, tanto a ingenieros aeronáuticos del CIEMAT, como a ingenieros y profesores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos?… Moraleja: Decididamente las corporaciones y grupos de inversión industrial están completamente ciegas.

    No es mi intención ser duro con nadie, y menos con gente que, posiblemente, trabaja y trata de hacer las cosas con honestidad e ilusión pero, por favor: no perdamos el oremus

  4. Agradecería a Luis que, como algunos de los que leemos esto somos ignorantes, pero nos interesa y mucho el tema, por motivos profesionales (soy profesor de termodinámica) nos aclare que quiere decir con "no perdamos el oremus". Así seguiremos aprendiendo de este estupendo weblog

    Muchas gracias

  5. Una de mis invenciones, es el motor a vapor làser. Conocido es desde el principio de la industria, el vapor. Junto con la energìa del làser, capaz de derretir metales. El làser es confiable y lo conocemos en la vida cotidiana, con la invenciòn de las impresoras làser cuyo costo no resulta demasiado en tèrminos de uso.

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