Tokelau: el primer país con un 100% de energía solar fotovoltaica

Tres atolones en el sur del océano Pacífico con una superficie de doce kilómetros cuadrados componen Tokelau, uno de los países más remotos y pequeños del mundo, que se ha convertido en el primer país en generar toda su energía con paneles solares fotovoltaicos. Con una potencia de un megavatio, la instalación solar ha sustituido al contaminante y caro diésel.

Autora: [Rocío Fernández Saavedra – CIEMAT]

                       

 

Tokelau se encuentra en el sur del océano Pacífico, está formado por tres atolones y es uno de los lugares más remotos del mundo. Tiene una superficie de doce kilómetros cuadrados y se encuentra al norte de Samoa. A los atolones solamente puede llegarse en barco. Para cubrir sus necesidades energéticas, los habitantes contaban hasta ahora casi exclusivamente con generadores diésel. Esta solución, además de ser cara y muy contaminante, hacía que la oferta de corriente fuera muy poco fiable, por no hablar de la ausencia de un suministro las 24 horas. Sin embargo, Tokelau es desde hace poco tiempo el primer país del mundo cuyo suministro energético se basa completamente en la energía fotovoltaica. 4032 módulos fotovoltaicos combinados con 298 inversores y 1344 bancos de baterías se ocupan desde 2012 de ofrecer un suministro de corriente fiable durante todo el día. La instalación completa, con una potencia de un megavatio, es el sistema aislado más grande del mundo. Además, Tokelau es un lugar ideal para la energía fotovoltaica: situado justo al sur del Ecuador, la irradiación solar es prácticamente constante todo el año. Los tres atolones de Fakaofo, Nukunonu y Atafu operan ahora con un sistema híbrido propio: con una potencia total de 1 megavatio, las instalaciones generan más energía de la que necesitan los 1.411 habitantes de Tokelau. De esta forma, la necesidad de protección climática del país se cumple al 100%.

Ya han pasado los tiempos en los que el suministro de corriente se racionaba tanto que la energía eléctrica solo podía estar disponible entre 15 y 18 horas al día. Los generadores diésel consumen cada día cerca de 200 litros de combustibles fósiles, que deben transportarse por barco de forma cara y costosa: como los atolones están rodeados por barreras de coral, no hay puertos. El acceso a la isla es difícil y caro, porque la mercancía debe descargarse en el mar en pequeños botes y transportarse así a la tierra. Esto conlleva un peligro para la flora y la fauna.

Según han informado el Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio, que ha financiado la iniciativa, este proyecto se inició por «los temores que este territorio podría sufrir a causa del cambio climático, especialmente, en cuanto a la elevación del nivel del mar», ya que muchas de las islas de Tokelau apenas superan los dos metros por encima del nivel del océano. Así, a pesar de que la generación de gases de efecto invernadero por parte de Tokelau era «mínima», la población ha querido llevar a cabo este proyecto «como un mensaje al mundo, mostrando que la transición a las fuentes de energía renovables es posible».

Con la instalación fotovoltaica, los habitantes de Tokelau tienen disponible ahora cada día 24 horas de corriente. De esta forma el país puede seguir terminando con la dependencia de los combustibles fósiles y ser más independiente de otros países. Ahora, Tokelau apenas precisa una cantidad muy reducida de diésel, para poder operar los generadores en los momentos en que falta la irradiación solar. Gracias a la silenciosa generación de energía fotovoltaica, el nivel de ruido se reduce de forma esencial, y los habitantes se ahorran el tiempo que deben emplear para la descarga de los contenedores del combustible en el mar.

Fuente: http://www.mundoenergia.com/

 

 

 

 

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