Empleo de materias primas alternativas para la obtención de combustibles limpios

Autor: Juan José Espada-URJC

El progresivo agotamiento de los recursos fósiles junto con la creciente preocupación sobre el cambio climático, ha llevado en los últimos años a la búsqueda de combustibles más limpios. En este sentido los biocombustibles pueden ser una alternativa ya que su uso puede contribuir a la reducción de impactos medioambientales relacionados con las emisiones de CO2, aspecto muy importante en el sector del transporte. Dentro de los biocombustibles se pueden distinguir los obtenidos a partir de cultivos tradicionales,siendo los más importantes el biodiesel y el bioetanol. El biodiesel comercializado en la actualidad se obtiene a partir de aceites vegetales de soja, de palma etc.; mientras que las materias primas para obtener bioetanol son principalmente la caña de azúcar y el maíz. Ambos biocombustibles presentan como principal inconveniente su competencia con el mercado alimentario debido a las materias primas de las que se obtienen.

Además, el uso de este tipo de biocombustibles está en entredicho por la masiva deforestación de vastas zonas tropicales debido a la extensión incontrolada de áreas para el cultivo de las materias primas. Por último, existen diferentes estudios donde se cuestiona que el uso de estos biocombustibles reduzca drásticamente las emisiones de CO2 debido a la utilización masiva de maquinaria agrícola y de fertilizantes. Como consecuencia de estos inconvenientes las investigaciones en este campo se centran en la búsqueda de biocombustibles obtenidos a partir de materias primas alternativas que no compitan con el mercado alimentario, y que su obtención sea medioambientalmente favorable.

Existe una gran variedad de materias primas alternativas que potencialmente podrían ser empleadas para la producción de biocombustibles, pudiéndose agrupar en aceites de especies vegetales alternativas (por ejemplo jatropha curcas), aceites de microorganismos (microalgas y hongos), de origen lignocelulósico (paja) e incluso residuos (aceite de fritura). El problema de los aceites vegetales alternativos y de microorganismos es que su transformación en combustibles aptos para la automoción está en estudio, ya que poseen compuestos que, aunque minoritarios, pueden afectar de forma muy notable la calidad final del biocombustible. Las materias primas de origen lignocelulósico son las más abundantes y baratas, pero su compleja composición hace que sea difícil su conversión en combustibles líquidos aptos para su uso. Actualmente existen tres formas de llevar a cabo esa transformación: gasificación, pirolisis y licuefacción. Todas estas tecnologías presentan inconvenientes relacionados fundamentalmente con la eficacia energética y aspectos económicos. Por último las materias primas de origen residual como el aceite de fritura requieren un pretratamiento más o menos severo para obtener una calidad similar a la materia prima virgen. De esta forma se aprovecharía un residuo, lo que hace que su uso como materia prima para obtener biocombustible sea muy favorable desde un punto de vista medioambiental. Sin embargo, el uso de materias primas alternativas a las convencionales para obtener combustibles limpios aptos para su uso implica la modificación de procesos existentes o, en la mayoría de los casos, el desarrollo de nuevos procesos capaces de transformarlas en productos con especificaciones adecuadas y que, además, sean viables desde el punto de vista energético y económico.

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