La edad proporciona un «amortiguador» al impacto de la pandemia en la salud mental

Los adultos mayores están manejando el estrés de la pandemia del coronavirus mejor que los adultos más jóvenes, informando menos depresión y ansiedad a pesar de experimentar también una mayor preocupación general por la COVID-19, según un estudio publicado recientemente por investigadores de la Escuela de Enfermería de la UConn.

Esta investigación publicada en la revista Aging and Mental Health, sugiere que aunque se ha informado de una mayor angustia psicológica durante la pandemia, la vejez puede ofrecer un «amortiguador» contra los sentimientos negativos provocados por el impacto del virus.

Este estudio centrado en las personas mayores frente a los adultos más jóvenes, es parte de un macroestudio mayor realizado en Estados Unidos de un año de duración, sobre cómo cambia el comportamiento y las actitudes sociales, y qué factores influyen en esos cambios cuando las personas se enfrentan a la amenaza de una pandemia como la actual. El estudio está rastreando el bienestar, los sentimientos y el comportamiento de aproximadamente 1.000 individuos.

Según los investigadores, en promedio, los adultos mayores tienden a mostrar un mejor bienestar emocionalun estado de ánimo más positivo y más satisfacción con la vida que los adultos más jóvenes. Por eso, los investigadores querían analizar esta situación, con respecto al coronavirus, porque es contradictorio con el hecho de que estos tienen más probabilidades de tener complicaciones graves al padecer la COVID-19.

Si bien los investigadores encontraron una correlación positiva significativa entre la probabilidad de contraer la COVID-19 y los sentimientos de ansiedad en los encuestados del estudio entre las edades de 18 y 49, esa correlación no era tan fuerte para los participantes mayores. El hallazgo, escriben los investigadores, se alinea con otras investigaciones que muestran un mejor manejo emocional del estrés durante la vejez.

El estudio de los datos recopilados, parece mostrar una especie de amortiguación a esta edad en adultos mayores en la que, a pesar de que produce importantes preocupaciones sobre la pandemia, sin embargo no mostraban tasas más altas de ansiedad o depresión respectos a los adultos más jóvenes. Los datos sugieren que los adultos mayores pueden regular mejor sus emociones y afrontar mejor todo el estrés y la incertidumbre en este momento.

Las personas mayores parecen optar por centrarse más en los aspectos positivos del momento actual, escriben los investigadores, pero los riesgos del virus no parecen pasar desapercibidos para ellos. La edad avanzada se relacionó con una mayor preocupación por la COVID-19 y una mayor probabilidad percibida de morir si contraían la enfermedad.

Según los investigadores, los hallazgos presentan una oportunidad para que los legisladores y los responsables de salud pública aprendan de las formas en que los adultos mayores manejan el estrés y lidian con circunstancias inusuales para fomentar estrategias positivas de salud mental y conductual para otros grupos de población. Potencialmente, las prácticas o ejercicios de atención plena que se enfocan en el momento presente, en lugar de enfocarse en el futuro o preocuparse por el pasado, pueden ayudar a apoyar la salud mental de la sociedad. Sin embargo estos hallazgos no disminuyen la necesidad de apoyar a los adultos mayores para asegurarse que están manejando bien esta situación tan excepcional, ya que los adultos mayores todavía experimentan depresión y ansiedad, y no es que no se estén produciendo estas situaciones, sino que se percibe con menos intensidad que en el caso de los adultos más jóvenes.

Pero los investigadores también advirtieron que percibir un mayor riesgo de infección por la COVID-19 generalmente predice un mayor compromiso con los comportamientos de salud preventivos y que, si los adultos mayores perciben un bajo riesgo de infección, es menos probable que sigan las pautas de comportamiento destinadas a limitar la exposición potencial.

Hay que recordar que el estudio se centra en la sociedad norteamericana, por lo que hay que tener especial precaución con trasladar estas mismas conclusiones a nuestra sociedad.

Referencia: Jenna M. Wilson, Jerin Lee, Natalie J. Shook. COVID-19 worries and mental health: the moderating effect of ageAging & Mental Health, 2020; 1 DOI: 10.1080/13607863.2020.1856778

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