LA INVESTIGACIÓN EN FISIOTERAPIA, ¿UNA QUIMERA?

El fracaso de una oferta formativa del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid sobre metodología de investigación resulta llamativo en una profesión que aspire con seriedad a ser considerada en el entorno sanitario, en un contexto de exigencia de resultados probados y de eficiencia en la distribución de los recursos de salud.

Parece que la respuesta a la cuestión del título estaría meridianamente clara si nos quedamos con la respuesta a la convocatoria del curso del Colegio de Fisioterapeutas de Madrid. La propuesta formativa del Colegio ha sido desestimada por el colectivo. De los aproximadamente 6000 colegiados no ha salido un número mínimo de solicitantes, teniendo en cuenta que el número máximo de alumnos era de 26.

Otro tema es la razón de esta falta de demanda. Podría pensarse que la mayoría de los fisioterapeutas consideran cubierta su formación en este campo. O que se piensa que esta faceta no es importante para el ejercicio de nuestras funciones. O que el precio a pagar en tiempo y dinero no es asumible. O, simplemente, que no despierta interés. Quizás hay un poco de todo. Pero, aunque se arguyeran todas esas razones, sería difícil aceptar que ni siquiera diez o quince fisioterapeutas estarían en disposición de acudir al curso, si este asunto tuviera calado entre los mismos.

Si partimos del hecho de que la Fisioterapia se considera a sí misma una disciplina científica que aplica (o aspira a ello) el método científico  como única fuente de conocimiento válida, y lo conjugamos con el hecho, fácilmente contrastable, de la falta de formación científica de los fisioterapeutas, el fracaso palmario de este curso resulta desconcertante, llamativo, decepcionante, desilusionante. ¿Cuál es la verdadera razón de ello? Subyace, pensamos, una falta de reconocimiento básica de lo que es y pretende ser la Fisioterapia. Mientras nos enrolamos en todo tipo de cursos sobre técnicas novedosas o antiguas, más los fisioterapeutas noveles (los más vulnerables), no se nos ha inculcado la cultura de la crítica constructiva, con la que podríamos valorar la verdadera validez de las intervenciones que se nos proponen. Si fuera de otra manera no serían tan exitosas otras ofertas formativas, cuyo contenido es de más que dudosa calidad científica o incluso se ha probado su ineficacia. La visión científica y el conocimento de su metodología están engarzados con una práctica de calidad. En contexto de las Ciencias de la Salud es preciso contar con la validez científica para adquirir reconocimento, respeto y prestigio. No vale ampararse en el empirismo mal entendido, que oculta una tendencia seudocientífica, en la que no es necesario demostrar nada.

La culpa, si se puede decir así, es un poco de todos. De los que no se forman y no reconocen la necesidad de esta formación, de las autoridades (incluídos los gestores intermedios), que no se preocupan de evaluar las técnicas y tecnologías de tratamiento (tanto en nuestro campo como en otros), de los docentes y de la universidad, que no transmiten la importancia del reconocimiento de la Fisioterapia como ciencia.
A partir de aquí  no cabe inhibirse y los colegios profesionales, desde su responsabilidades, debería tratar de corregir esta situación. Nos atrevemos a proponer campañas divulgativas, jornadas, charlas, cursos cortos, artículos en sus medios de divulgación y, por supuesto, no dar esta batalla por perdida.
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3 comentarios

  1. Estoy de acuerdo en que se deba investigar mas acerca de la metodologia empleada en fisioterapia, ya que actualmente es muy empirica y bueno, el area tiene mucho campo de explotacion.

  2. Es gratificante saber que aún existe cordura entre toda la vorágine "pseudocientífica" que tristemente envuelve la actual formación (universitaria y postuniversitaria) del profesional de la Fisioterapia.

    Un cordial saludo.

  3. Esperaba con ansias encontrar esta lucidez en la fisioteapia. Hace falta de veras un enfoque científico antes de caer en las creencias y las exóticas técnicas de influjos telúricos, energías desconicidas y teorías neurotimopropioengañoceptivas varias.

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