ENFERMEDAD INJERTO CONTRA HUÉSPED Y FISIOTERAPIA
La enfermedad injerto contra huésped es una entidad que aparece en casos de trasplante de médula ósea. Produce complicaciones principalmente en el la piel, el sistema digestivo y el hígado. La vida de los pacientes puede verse muy comprometida por la incapacidad que puede llegar a generar. Es en estos casos en los que la fisioterapia puede jugar un papel decisivo para contribuir a paliar o mejorar las consecuencias de la enfermedad.
Los enfermos con alteraciones de la médula ósea son tratados, entre otras cosas, con trasplante de la misma (TMO). Con ello se pretende restituir al enfermo las células madre productoras de células sanguíneas (leucocitos, eritrocitos y plaquetas), que sustituyen a las células malignas que habrán de ser eliminadas previamente con medicación y radioterapia.
Las células trasplantadas pueden provenir del propio enfermo (trasplante autólogo) o de un donante (trasplante alogénico). El grado de compatibilidad en este último caso determina la aparición de complicaciones derivadas por la reacción del receptor ante las células ajenas. Entre un 20% y un 80% de trasplantados pueden desarrollar la enfermedad injerto contra huesped (EIcH), dependiendo de ese grado de compatibilidad.
Como su nombre sugiere parece que la EIcH provoca la agresión del injerto contra los tejidos del paciente que recibe el TMO. Esto produce, como dijimos, síntomas digestivos inespecíficos (anorexia, náuseas, vómitos, diarrea, hemorragia,…). La afectación cutánea es la más frecuente, incluyendo prurito, eritemas, dolor, erupciones, ampollas o engrosamiento de la piel. Cuando el cuadro se presenta en los primeros tres meses tras el TMO se habla de EIcH agudo,y cuando se presenta después de EIcH crónico. (más…)