Incertidumbres en la monetización de los contenidos audiovisuales (I)

En la sociedad actual, los contenidos audiovisuales ocupan cada vez mayor parte de nuestro tiempo personal y profesional. La mayoría de las personas consumen diariamente este tipo de productos, ya sea mediante la recepción tradicional de televisión -hoy ya convertida en Televisión Digital Terrestre (TDT)-, o a través de cable, satélite u otros nuevos canales de distribución propiciados por los desarrollos tecnológicos.

Muchas cuestiones se plantean en torno a este tema de los contenidos audiovisuales sin que se vislumbren todavía respuestas claras a los interrogantes. El momento presente en el que nos hallamos se evidencia, para este sector empresarial, como un periodo de evolución que está dando lugar a incertidumbres y transformaciones en los modelos de negocio utilizados hasta ahora.

Sin embargo, hay un aspecto fundamental por el que muestran gran interés todos los implicados en este ámbito tanto a nivel profesional, académico, político o legislativo: la monetización de los contenidos audiovisuales en el entorno tecnológico actual.

Desde el punto de vista de la industria de contenidos resulta fundamental encontrar vías que permitan generar ingresos con los que garantizar su futuro. Sin embargo, las formas en las que esto pueda llevarse a cabo están todavía desdibujadas, en parte, porque todo parece indicar que los avances tecnológicos han tomado la delantera a la industria más tradicional.

Políticos y legisladores también han mostrado su preocupación por este asunto dando lugar a una serie de cambios en las normativas nacionales e internacionales en un intento de adaptarlas a las nuevas formas de uso y consumo de los contenidos audiovisuales que las nuevas tecnologías han posibilitado y en las que la penetración imparable de Internet está jugando un papel fundamental.

En España, este mes de Marzo ha entrado en vigor la llamada «Ley Sinde-Wert» con el objetivo de proteger los derechos de autor y mejorar las perspectivas de negocio del sector audiovisual, en particular, y de la industria cultural, en general. No obstante, aunque dicha modificación legislativa ha suscitado una gran controversia en toda la sociedad, no ha contentado ni a todo el sector profesional e industrial implicado ni tampoco a muchos de los consumidores finales de este tipo de productos.

Precisamente, el público al que están destinados los contenidos audiovisuales de la era digital conforman la otra cara de la moneda de la cuestión planteada. Sobre este otro ángulo de las incertidumbres en la monetización de los contenidos audiovisuales hablaremos próximamente.

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