Crowdfunding audiovisual

“Crowdfunding” es un término anglosajón utilizado para denominar un tipo de financiación colectiva, realizada -generalmente- a través de plataformas en Internet dispuestas a tal efecto y vinculada a proyectos que encuentran dificultades para encajar en los circuitos convencionales de producción.

Desde hace ya varios años, este tipo de recaudación de fondos para llevar a cabo ideas empresariales, tecnológicas, culturales, etc. ha ido creciendo en popularidad, pero ha sido en el actual entorno de crisis económica y financiera, cuando se ha consolidado como tendencia en muchos y variados sectores, incluido el audiovisual. Entre los proyectos cinematográficos más conocidos producidos mediante “crowdfunding” podemos citar «The Age Of Stupid», documental dirigido por Franny Armstrong o el largometraje español «El cosmonauta» de Nicolás Alcalá.

Esta manera colectiva de sufragar los gastos de desarrollo de una producción audiovisual, posibilitando la creación de obras culturales más allá de los circuitos comerciales masivos, genera, además, una transformación en los roles tradicionales de producción, pues sustituye o complementa a las fuentes de financiación tradicionales, tal y como señalan en la Revista de comunicación y tecnologías emergentes “Icono 14”. El “crowdfunding”, fundamentado sobre tres ejes básicos, introduce algunas diferencias notables con respecto a la producción audiovisual de siempre:

  • El creativo se convierte en emprendedor y en gestor de su financiación, lo que le lleva necesariamente a establecer una relación con el público de su obra antes incluso de iniciar el proyecto.
  • La necesidad de una plataforma tecnológica que facilite la transacción. Como ejemplo de ello en el sector audiovisual, encontramos Kifund, que se autodefine como la primera experiencia de plataforma de “crowdfunding” en España y en los países de habla hispana, dedicada exclusivamente a proyectos cinematográficos y audiovisuales.
  • Los inversores que hacen las participaciones monetarias se implican emocionalmente desde el nacimiento de la obra, siendo, además, el futuro público de ese audiovisual. Sus aportaciones no tienen por qué requerir grandes inversiones, pero se convierten, de este modo, en mecenas de esa iniciativa cultural.

Sin embargo, tampoco el “crowdfunding” es el modelo ideal de financiación. Todavía quedan diversos aspectos por solucionar como muestra el Informe «Experiencias de Crowdfunding en el Estado Español y Cataluña» publicado por la plataforma cultural X-net. En él se hace hincapié en que la popularidad y la visibilidad del proyecto es esencial para lograr los fondos y sacar adelante la obra. Pero, sobre todo, el problema fundamental radica en que las normativas legislativas están todavía por definirse claramente. Y es que, como en todo cambio que implica una nueva tecnología, el desarrollo suele ir por delante del legislador.

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Un comentario

  1. A mi punto de vista el crowdfunding es un buen modelo de financiación pero cabe decir que existen otros muy potentes. Yo financié mi primer negocio con crowdfunding y fué un éxito. Por ciert y hablando de crowdfunding, hace poco descubrí una web que tiene muy buena pinta. http://www.startval.com

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