Muerte de un ciclista (Juan Antonio Bardem, 1955)

Reseña de Iván Caballero Rodríguez

En 1955 Juan Antonio Bardem triunfa en Cannes con su película Muerte de un ciclista, obteniendo el Premio de la Crítica Internacional. Cinco años antes Antonioni empezó a asentar a asentar las bases y las temáticas de su cine con su ópera prima Crónica de un amor.
Bardem, que ya tenía fama de plagiar a algunos de sus cineastas contemporáneos (especialmente a los neorrealistas italianos) recibe acusaciones que, aunque no restan el mérito de Muerte de un ciclista, sí desprestigian su originalidad e importancia al tomar demasiadas cosas “prestadas” de la primera película de Antonioni. Las acusaciones más vagas, de hecho, catalogan la película de Bardem como un burdo plagio. Es curioso, por tanto, comprobar hasta qué punto se parece Muerte de un ciclista a Crónica de un amor.

Antes de analizar sus semejanzas y diferencias, hay que distinguir los niveles distintos de parecido entre dos obras y las causas de los mismos. Puede ocurrir que, evidentemente, un autor decida utilizar deliberadamente –intente ocultarlo o no– las características de una obra ya existente. También puede ocurrir que una obra impresione demasiado al autor y utilice algunas de esas características en su propia obra de forma inconsciente. Y por último queda la no desdeñable opción de la casualidad: es posible tener una gran idea y comprobar un tiempo después que esa idea ya existía en una obra anterior que desconocíamos completamente.

Bardem sí había visto Crónica de un amor años antes de Muerte de un ciclista gracias a las sesiones patrocinadas por el Instituto Italiano de Cultura,(1) y llegó a mostrar su admiración, incluso, por el cineasta que nos ocupa:

«Lo que mas me gustó cuando descubrí a Antonioni, fue la belleza plástica de su

cine.»(2)

Descartando así la posibilidad de casualidad, hay que analizar las semejanzas de las dos películas. Ambas tienen un argumento base muy parecido: seguimos las andanzas de dos amantes burgueses que tratan de ocultar un crimen mientras esconden su aventura ante el marido de ella. Ella es interpretada en las dos películas por la misma actriz, la joven Miss Italia de 1947, Lucía Bosé. El hecho de que Bardem escoja a la misma actriz puede ser un indicio de que no tiene miedo a que comparen las dos películas, de que considera que son lo suficientemente diferentes, o en cualquier caso, que sería un orgullo para él su semejanza:

«Enseguida se dijo que yo plagiaba a Antonioni, que Muerte de un ciclista era un copia de Cronaca di un amore, pero no es cierto. Antonioni hacía un análisis sociológico del tema,
mientras mis preocupaciones eran de tipo político. Si hubiera parecido entre ambas, mi película sería excelsa.»(3)

Es cierto que en la película de Antonioni observamos cómo los protagonistas, especialmente el personaje interpretado por Lucía Bosé, Paola, se desenvuelven en un entorno burgués que acapara las críticas del autor: los ricos, en esta película, están aburridos y corrompidos por el dinero; necesitan divertimentos cada vez más grotescos, superficiales y amorales, dando siempre prioridad al seguir enriqueciendo sus bolsillos. Irónicamente, a pesar del título, no hay amor en la película de Antonioni, o si acaso, como ya he dicho, sólo hay amor al dinero.
María José, el Personaje de Lucía Bosé en Muerte de un ciclista, también es una mujer burguesa que ha conseguido llegar a ese estatus gracias a su relación con los hombres y que pretende mantenerlo a toda costa. Sin embargo, si el personaje de Antonioni se muestra como una víctima atrapada y corrompida en ese tipo de sociedad en la que todo es frívolo y no hay esperanza, el de Bardem es una causa de ella, que termina convirtiéndose en el gran personaje antagonista de la película frente a otros rayos de luz más nobles representados por personajes más progresistas, como los estudiantes que se revelan ante una injusticia o el personaje de Juan.
Juan, el amante de María José, es un profesor universitario presente de copiloto junto a ella en el coche que al comienzo de la película atropella accidentalmente a un hombre en bici en una desértica carretera. La decisión de los amantes de ocultar ese atropello para que no se descubra su propia relación adúltera (siendo María José la casada), pasa factura a Juan, quién tiene el honor de ser el personaje de la película con una mayor evolución desde el inicio al desenlace: inspirado por los estudiantes que luchan por una causa justa y por su propio cargo de conciencia, Juan decide que es hora de confesar y de terminar su relación con María José.
En la película de Antonioni todos los personajes son más planos, no por su falta de complejidad, sino desde el punto de vista de que ya desde el principio se nos muestran egoístas e interesados y terminan siendo de la misma manera, con un crescendo en intensidad, eso sí, de sus maquiavélicos planes.
Quizás las dos cosas que más se parecen en ambas películas son los personajes de Lucía Bosé (con ciertos matices que luego señalaré) y la buena autoría que denotan las dos obras. Antonioni se hace notar con una puesta en escena sobria que huye del plano-contraplano y emplea con frecuencia tomas largas en las que la cámara sigue a los personajes o, en ocasiones, realiza trávellings autónomos para mostrar lo que el director nos quiere transmitir acerca del entorno de los mismos, como si fuésemos espectadores invisibles de ese entorno que participa en la narración. No obstante, el autor depuraría más este tipo de narración reflexiva en sus posteriores obras, como La aventura o Blow-up, porque quizás en Crónica de un amor no hay mucho tiempo para la reflexión con la excesiva carga verbal del guión y la rapidez con que se desenvuelve el montaje y la descripción de los escenarios, que terminan por saturar y agobiar al espectador, siendo éstas, quizás, algunas de las emociones que Antonioni quiere transmitir con su cine.
Las muestras de la autoría en Muerte de un ciclista son más depuradas. La planificación de la puesta en escena y el montaje rozan la perfección. A diferencia de la obra de Antonioni, en la que técnicamente solo destacan el uso de los trávellings autónomos y algunos planos secuencia interesantes, en la de Bardem abundan las transiciones visuales y sonoras entre secuencias; hay dos secuencias montadas en paralelo que enriquecen el significado de ambas, picados y contrapicados con fuertes cargas simbólicas (como uno en que se muestra a María José desde abajo con un gesto de maldad que denota su superioridad ante Juan), encabalgamientos, planos complejos con diferentes términos u objetos según su cercanía (gracias a la profundidad de campo que también utiliza Antonioni, pero peor aprovechada en Crónica de un amor), un buen uso del fuera de campo (como por ejemplo, cuando oculta elegantemente el cuerpo del ciclista, para que todos nos identifiquemos con ese cadáver que representa el pueblo no adinerado y anónimo), un montaje intenso y preciso por parte de Margarita Ochoa (como en la secuencia de una discusión en la que se insertan planos de una bailarina de flamenco cuyos taconeos acentúan la tensión de la discusión) y en general un buen desarrollo de guión respecto al inicio, nudo y desenlace. Bardem cumple sus propias exigencias como cineasta evidenciadas en su declaración de la época:

“El cine español es políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo, industrialmente raquítico.”(4)

En esas características de intelectualidad y realismo social que nombra Bardem se encuentran, quizás, las únicas pegas –muy relativas, por otro lado–,  a Muerte de un ciclista: los diálogos de los personajes se alejan del realismo tan admirado por Bardem para dar réplicas demasiado literarias o poco verosímiles en honor a las intenciones políticas y estilísticas del autor; la planificación de las escenas y el montaje, por otro lado, son tan precisos y compactos que es necesario prestar mucha atención o ver la película varias veces para entender todo sus intenciones narrativas. Como ya se ha dicho, considerar eso como un defecto es relativo, pues hay quien puede encontrar más interesante una obra intelectual más o menos accesible, aunque se entienda mejor en el segundo visionado, que una vacía, aburrida, narrada con “paja” y sin gracia.

La música (en la italiana de Giovanni Fusco y en la española de Isidro B. Maiztegui) es bastante similar, con sonidos de saxofón(5) parecidos a lamentos que pronostican el desenlace trágico de ambas películas.

Aunque es evidente la inspiración de Bardem con la película de Antonioni, sería demasiado catalogar su película de plagio. El tema central de dos amantes que ocultan un crimen o planean uno nuevo para continuar su relación ya fue tratado en la novela El cartero siempre llama dos veces, de James Mallahan Cain, cuya adaptación al cine realizo, de hecho, el italiano Visconti en Obsesión (1942), obra que también guarda ciertas semejanzas con las dos aquí tratadas.(6) Aunque Paola y María José, los papeles de Lucía Bosé, son muy parecidos, hay ciertos matices que las diferencian: Paola es cínica y egoísta, pero no trata de ocultar su forma de ser, y sus réplicas son pícaras y directas; María José también es cínica y egoísta, pero desde un punto de vista más infantil e ingenuo: es más tímida, y en ocasiones ni ella misma sabe lo que quiere, aunque eso sí, siempre termina por encontrar una solución, llegando incluso a hacer acciones más crueles que Paola.
No es tan fácil ser novedoso a la hora de crear en el siglo XX, puesto que siempre que nos ponemos a buscar, todos las obras tienen referencias o similitudes con otras obras anteriores, las conociese el autor o no. Como muchos entendidos del guión dicen, por ejemplo, casi todas las obras de ficción están basadas en el Eros (la vida, el amor y la sexualidad) y en Thanatos (la repulsión y la muerte).
Ha de considerarse lícito, por tanto, que un autor tome otra obra como referencia, siempre que aporte ideas nuevas o trate esa historia de forma distinta, con añadidos personales. Aunque Bardem no se aleje demasiado de la insatisfacción respecto a la sociedad que pretende denotar Antonioni con Crónica de un amor, sí añade o mejora lo suficiente sus planteamientos como para considerar que Muerte de un ciclista es una película interesante, personal y una de las mejores de todo el cine español.

(1) CASTRO Bobillo, Antonio: “Estudio de la obra cinematográfica de Juan Antonio Bardem”; 1983; Universidad Complutense de Madrid, Facultad de ciencias de la Información. Pág: 306
(2) Nuestro Cine nº,l julio de 1961 Madrid, pag. 11.
(3) GALÁN, Diego, EL PAÍS – Cultura, 16-12-1983
(4) GALÁN, Diego: Cine español (1896-1988); 1989; Ministerio de Cultura; Madrid. Pág: 226.
(5) MIGUEL: Crítica “Historia de Paola” de Crónica de un amor en Filmaffinity. Consultado el 16 de abril de 2012.
(6) GIRAL, SERGIO: “Cronica de un amore y la muerte de un ciclista, casualidad o plagio”; Web: La alcancía del artesano; consultado el 17 de abril de 2012.
http://laalcanciadelartesano.wordpress.com/2010/04/26/cronica-de-un-amore-y-la-muerte-de-un-ciclista-casualidad-o-plagio/

Referencias:

F. HEREDERO, Carlos: Un siglo de cine español; 1997; Academia de las Artes y las Ciencias cinematográficas de España; Madrid. Págs: 141-143.

GALÁN, Diego: Cine español (1896-1988); 1989; Ministerio de Cultura; Madrid. Págs: 223-227.

ÁNGULO, Jesús: Los «nuevos cines» en España. Ilusiones y desencantos de los años sesenta; 2003; Centro Gallego de Artes da Imaxe, Filmoteca de Andalucía, Filmoteca Española; España. Págs: 42-46.

CASTRO Bobillo, Antonio: “Estudio de la obra cinematográfica de Juan Antonio Bardem”; 1983; Universidad Complutense de Madrid, Facultad de ciencias de la Información.

Críticas de los usuarios de Crónica de un amor en Filmaffinity, consultadas del 16 al 18 de abril de 2012.
http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/566068.html

GIRAL, SERGIO: “Cronica de un amore y la muerte de un ciclista, casualidad o plagio”; Web: La alcancía del artesano; consultado el 17 de abril de 2012.
http://laalcanciadelartesano.wordpress.com/2010/04/26/cronica-de-un-amore-y-la-muerte-de-un-ciclista-casualidad-o-plagio/

MISTER ARCADIN: “Imitaciones, copias y coincidencias en el cine de Juan Antonio Bardem”; Web: encadenados.org; consultado el 17 de abril de 2012.
http://www.encadenados.org/n40/rashomon_3.htm

n Caballero Rodríguez, abril de 2012.

 

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