Antes llega la muerte (JOAQUÍN ROMERO MARCHENT, 1964)

Reseña de Ángel Carvajal Garro:

Joaquín Romero Marchent fue el mayor de cinco hermanos nacidos en el seno de una familia de gran actividad cinematográfica dado que su padre poseía con otro la productora de cine Intercontinental Films[1]. Eso y una lesión de rodilla, que truncó su carrera futbolística, fueron los hechos que sirvieron de base para el comienzo de la carrera del director más completo y conocido en España  de este subgénero que nos ocupa, el western.

El western ha sido un género asociado a la nación estadounidense. Clint Eastwood ha repetido en varias ocasiones: “Sólo hay dos formas de arte genuinamente americanas: el jazz y el western”.  España llego a estar en la cima en la producción de films, llegando dicho género a ocupar  casi la tercera parte de la producción fílmica española[2].

Antes llega la Muerte es una cinta que rompe con la forma de hacer  western en el viejo continente (conocido popularmente  como Spaghetti Western)  y se acerca  al estilo clásico americano de grandes directores como Howard Hawks o John Ford. El propio Marchent reconoce ser gran admirador de John Ford: “Sin duda soy un gran admirador del Western americano, sobre todo de John Ford” [3].En los siguientes párrafos trataré de explicar el por qué y el cómo de esta conexión.

Marchent siempre mantuvo un estrecho contacto con este cine Europeo del que decimos trató de alejarse con esta película, especialmente con el italiano que fue con diferencia el más poderoso. Trabajó como coproductor de muchas películas italianas[4]. En este sentido fue el primero que realizó westerns en España  partiendo de cero y los italianos, con Sergio Leone a la cabeza, se aprovecharon del trabajo realizado por Marchent en territorio nacional. Esto nos da la primera pista de por qué Marchent podría querer desmarcarse de ese estilo europeo.

La película, cuenta la historia de un marido que vende todo para llevar a su mujer, enferma de cáncer sin ella saberlo, a una ciudad lejana donde podría ser curada. Para tan difícil tarea contrata a hombres de dudosa reputación. Las polémicas del grupo y la dureza  del viaje harán que alcanzar la meta se convierta en un imposible.

La más importante vía de fractura entre este film y el  eurowestern es el sentido más humanista, a la manera del concepto americano del género, que aportaba Marchent a sus películas. Marchent contaba que la idea se le ocurrió en una trágica situación, su madre murió por un cáncer, y la búsqueda de una solución por parte de toda la familia fue infructífera. Esto nos deja claro el carácter más sentimental del film.

En esta línea Marchent dijo que en sus películas pretendía reflejar la realidad de la vida, en este caso del far-west y consideraba que en la vida siempre ha existido el sentimiento y cualquier historia representada no puede estar exenta de él.  Así la violencia en esta película si bien existe, siempre tiene una motivación, un “por qué”, es decir, está justificada. Además esta violencia es mucho más suave e insinúa más que muestra. Esta delicadeza con el tema de la violencia viene de la censura a la que han estado sujetos los directores estadounidenses, que con el tiempo ha llegado a convertirse más en un estilo,  y que Marchent utilizó.

El Western europeo huyó de esta norma, de este estilo, creando una forma propia de representar la violencia, mucho más sucia y sanguínea.  Esta concepción no tiene para nada cabida en esta película. Dice Alberto Aguilar, experto en cine Western: «Leone había ignorado cierta norma para la representación fílmica de la violencia, impuesta por la censura americana y por ende respetada normalmente por los westerns tradicionales, consistente en separar los planos en que se dispara y se acusa el efecto del disparo»

 

El tratamiento de la figura femenina es otro punto en que esta cinta se aleja de la filmografía europea sobre el género.

Hemos visto como en multitud  de  eurowestern la mujer aparece como una parte más del decorado, dice Álvaro Cortina: “como un objeto”[5]. Para Marchent el personaje femenino, en un género como el western, es necesario y veía algo inútil e infructífero el tratar de evitarlo o esconderlo como a su opinión se hacía en los western europeos, dice Marchent: “Para cuando sí interesa que esté representado (el personaje femenino), como en el Western, prescindir directamente de él,…, representa un pie forzado que va en contra de tus propios intereses”[6]. Cierto es que no se puede negar que el western es un género esencialmente masculino pero la mujer suele tener un pequeño, y en algunos casos importantísimo, sitio; especialmente en el western americano;  films como La Diligencia o Centauros del desierto son un buen ejemplo.  En contrapunto a estas encontramos, por ejemplo, la película más taquillera del western europeo, Por  un puñado de dólares, en la que el personaje femenino no existe.

En la película que nos ocupa la mujer es el eje en torno al que gira el argumento y las relaciones de los personajes, es por tanto imprescindible y necesaria. Si  en este punto existe conexión entre la manera de hacer  de Marchent y la de los grandes de América, el español quiso dejar claro que  no le convencía el tipo de mujer que aparecía en los films americanos y que buscaba una mujer menos dulce e idealizada, más normal, más realista.

 

Otro punto de conflicto entre  este film y la manera de hacer de Europa en la época es su estructura.

Todos los críticos coinciden en que el western clásico presenta la visión occidental de un mundo dividido según una oposición binaria clásica: naturaleza vs civilización. Esto ya ocurría en los espectáculos circenses que hacían personajes como Buffalo Bill[7], historia pura de los Estados Unidos, de los que nace la idea de hacer Westerns. La civilización representada por colonos, cowboys o incluso el ejercito de la unión contra una naturaleza de la que pueden formar parte el propio paisaje o incluso los nativos americanos (indios).  Cuando Europa tomó el relevo se olvidó de este binomio  y se centro en los problemas de los hombres, dejando a un lado el papel de la naturaleza. Marchent, en Antes llega la muerte, cuenta otra vez con la naturaleza como elemento fundamental. La Caravana tiene que atravesar duras montañas y áridos desierto que servirán para magnificar los sentimientos y personalidades de los personajes. Misma función cumplen los indios en el film La Diligencia.

 

La gramática cinematográfica es otro factor que aleja esta película  del estilo que triunfó en el viejo continente. Para Romero Marchent la gramática cinematográfica efectiva y correcta ya estaba inventada, era muy conservador en ese sentido. Esta gramática era inamovible para él y en esta película queda especialmente demostrado. Dentro de la ficción, que una película resulte creíble, es imprescindible a ojos del español. El Spaghetti  Western innovó desarrollando técnicas no empleadas en el género hasta entonces, desde los exagerados zooms hasta la utilización de primerísimos planos de muy larga duración. Esta película no utiliza esas técnicas, no se sale de los raíles preestablecidos. Podemos observar multitud de planos americanos, primeros planos para trasmitir sentimientos, vistas pictóricas de los paisajes[8] (Como si de un “Death Valley” fordiano[9] se tratase)… El razonamiento seguido fue: cuando algo está bien no hay motivo para cambiarlo. Marchent criticaba obras como La soga de Alfred Hitchcock con el siguiente argumento: “La soga, como cualquier otra película, necesita un número mínimo de primeros planos, por razones de lógica fílmica y dramática. Hitchcock apartó esta necesidad únicamente para demostrar al mundo su dominio técnico”[10].

 

Hemos analizado multitud de puntos que hacen de esta película un intento de fractura con el estilo al que en teoría y siguiendo la lógica debería pertenecer. Marchent  retomó ideas que parecía que con el ocaso del Western americano podían perderse y las fusionó con aquel cine de vaqueros que triunfaba por todo el mediterráneo. Trató, con esta película, crear un estilo novedoso y perfeccionado que fusionara lo que, para él, era lo mejor del viejo estilo americano con algunas gotas del nuevo estilo Europeo.  Según Diego Galán, resumiendo las principales características de Marchent: “fue precisamente el cuidado en la puesta en escena lo que caracterizó su estilo, además de cierto tono moralizante”[11].

Este intento de renovación, poniendo mucho más interés en la calidad que en la cantidad de negocio pudo entorpecer el éxito de un bello film que ha estado algo olvidado en la historia del cine español.

 

Bibliografía

AGUILAR GUITIÉRREZ, Carlos: Joaquín Romero Marchent. La firmeza del profesional, Diputación de Almería, Almería, 1999.

AGUILAR GUTIÉRREZ, Carlos: Sergio Leone,  Cátedra, Madrid, 2009.

AVERBACH, Márgara: Pistoleras, renegadas y modelos. Mujeres en el western de la década de los noventa. En: Revista Debate Feminista. Vol.21México.  2000.

CASAS, Quim: El western. El género americano, Paidós, Barcelona, 1994.

CASAS, Quim: Películas clave del Western, Ediciones Robinbook, Barcelona, 2007.

COHEN, Clélia: El western. El cine americano por excelencia, Paidós, Barcelona, 2006.

CORTINA, Álvaro: «El espagueti pop y el guiñol de Sergio Leone» [en línea]. El Mundo. 16 marzo 2010. Última consulta 23 abril 2013.

GALÁN, Diego: “Joaquín Romero Marchent, creador del wéstern español”  [en línea]. El País. 24 agosto 2012. Última consulta 24 abril 2013.

GUTIERREZ RECACHA, Pedro: Spanish Western. El cine del Oeste como subgénero español (1954-1965), Institut valencià de l’audiovisual i la cinematografia Ricardo Muñoz Suay, Valencia, 2010.

MCBRIDE, Joseph: Tras la pista de John Ford. T&B Editores, Madrid, 2004.

 

Ángel Carvajal Garro, 2013.



[1] Joaquín Romero Marchent Gómez, junto con el actor Rafael Durán, formaron Intercontinental Films una productora hispano-mexicana.

[2] GUTIERREZ RECACHA, Pedro: Spanish Western. El cine del Oeste como subgénero español (1954-1965), Institut valencià de l’audiovisual i la cinematografia Ricardo Muñoz Suay, Valencia, 2010. Pág. 15.

[3] AGUILAR GUITIÉRREZ, Carlos: Joaquín Romero Marchent. La firmeza del profesional, Diputación de Almería, Almería, 1999. Pág. 39

[4] Joaquín Romero Marchent y su productora Centauro Films formaron tándem en multitud de ocasiones con la productora PEA de Alberto Grimaldi, Películas como Cabalgando hacia la muerte son el resultado.

[5] CORTINA, Álvaro: «El espagueti pop y el guiñol de Sergio Leone» [en línea]. El Mundo digital. 16 marzo 2010.

[6] AGUILAR GUITIÉRREZ, Carlos: Joaquín Romero Marchent. La firmeza del profesional, Diputación de Almería, Almería, 1999. Pág. 50.

[7] En 1883 en Omaha, Nebraska William Cody (Buffalo Bill) fundó «Buffalo Bill’s Wild West» como un circo, una atracción que recorría EE.UU. representando de manera peculiar historias de la frontera y el viejo oeste.

[8] El film necesitó una gran cantidad de localizaciones dada su variedad de escenarios. Desde paisajes de los picos de Europa y Sierra Morena (que sirvieron como emplazamiento para las escenas localizadas en los agrestes paisajes nevados) hasta el desierto de Cabo de Gata en Almería (que prestó su apariencia al desierto que aparece en la última parte del film)

[9] Death Valley, el valle de la muerte, desierto situado al sureste de California, se convirtió en localización predilecta para el director estadounidense John Ford.

[10] AGUILAR GUITIÉRREZ, Carlos: Joaquín Romero Marchent. La firmeza del profesional, Diputación de Almería, Almería, 1999. Pág. 50.

[11] GALÁN, Diego: “Joaquín Romero Marchent, creador del wéstern español”  [en línea]. El País. 24 agosto 2012.

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Un comentario

  1. Hola, la productora Intercontinental Films nunca perteneció al actor Rafael Durán. Dos socios fueron el antiguo gobernador de Madrid don Eduardo Benzo y Joaquín Romero Marchent Gómez de Avellaneda. Debido al impago de las enormes deudas contraidas con señor Morales Fontán, el sr. Benzo se suicidó y la productora, después del juicio, pasó a ser propiedad de la familia Morales. Es cierto que el actor Rafael Durán se presentó en Prado del Rey como propietario de las películas pero los documentos demostraron que había habido una sentencia fallando a favor del sr. Morales.

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