Extraterrestre (Nacho Vigalondo, 2010)

Reseña de Álvaro E. Arias:

Javier Ocaña, crítico de Cine en el diario El país escribe sobre Extraterrestre que “es un canto al cine de ciencia ficción de serie B al tiempo que una brutal fractura de sus señas de identidad mediante la introducción de elementos cómicos de andar por casa.”[1] Ciertamente podríamos ver cómo Nacho Vigalondo procura la corrupción del género a través de lo cotidiano y de la estupidez humana, reflejada de manera soberbia en un tarro de melocotones al que acabas por cogerle cariño. No obstante, conviene replantearse las bases de la ciencia ficción y comprobar si, efectivamente, el director plantea una parodia del género o si de verdad estamos ante una aventura de alienígenas.

El propio autor define su obra como “una mezcla entre Mujeres al borde de un ataque de nervios e Independence Day[2]. Nótese que utiliza la palabra “mezcla” y que en ningún momento pretende la desvirtualización del género. De hecho, en otras múltiples entrevistas podemos encontrar que Vigalondo defiende la conjunción de los dos géneros, más que una degradación del primero: “En realidad para mí todas las películas de ciencia-ficción comparten un entorno o marco común pero cada una pertenece a otro género distinto que es donde realmente se desarrolla la trama.”[3]

J. P. Telotte anota que en la ciencia ficción “se propone esa especie de juego de <<¿qué pasaría si..>>”[4], un elemento que muchos de los autores comentan. Se inclinan por un género que explica la condición humana desde supuestos fantásticos, lo que determina que, en realidad, es de temática profundamente humanista y explora nuestras reacciones frente a eventos que nos son desconocidos.

Miguel Barceló afirma que “los temas más utilizados en el cine de la ciencia ficción suelen ser los de las antiutopías, […] que trata de mundos y sociedades futuras claramente indeseables.»[5] Es indiscutible que Extraterrestre se mueve en el terreno de la antiutopía, concretamente en el eje de la supervivencia colectiva, sobre el que Joan Bassa y Ramón Freixas comentan: “los ciudadanos toman sus medidas precautorias con la intención de no sucumbir, conjurando el peligro que acecha […] esta imposición repercute en el estallido de las tensiones familiares reprimidas largo tiempo. Aunque no sólo implica al ámbito familiar, sino al más externo de las relaciones vecinales, con frecuentes explosiones de ira y violencia por cuestiones –las más de las veces- triviales.”[6]

Otra cuestión que nos atañe es la de la figura del héroe, que encontramos en el personaje de Carlos identificada como “el héroe hombre de la calle” y sobre el que Freixas y Bassa escriben lo siguiente: “este pacífico ciudadano dedicado a las más mediocres profesiones entrará directamente en acción, sin preámbulo explicativo”[7]. Si unimos la cita a lo que comenta Vigalondo en una de sus entrevistas “me apetecía contar un evento fantástico global como es una invasión extraterrestre, pero desde un punto de vista torcido, el de unos personajes que, en una película normal serían los secundarios, o los extras al fondo”[8], implica que, aun con una perspectiva cambiada, Extraterrestre sigue siendo una película de aventura espacial en la que el personaje de Carlos salta a la acción desde el minuto uno, aunque nosotros prestemos atención a lo que ocurre mientras tanto en su apartamento.

Para acabar, tenemos que centrar nuestra atención en los invasores de Extraterrestre. Para hablar sobre el “ataque” alienígena, recurrimos una vez más a Bassa y a Freixas que dicen que «La variable más explotada cinematográficamente se asienta en la llegada de los seres de otros mundos para invadir la Tierra, hacer desaparecer o esclavizar a la raza humana. (…) Para acometer tan originales propósitos, y en función también de la provisión económica para efectos especiales, los invasores adoptarán aspectos más o menos originales (…) o se apropiarán de la morfología humana.»[9] Una afirmación que se relaciona perfectamente con el tratamiento de los extraterrestres en la película y con la idea de Albert La Valley, que habla sobre la tradición de “hacer trampas” en el cine de ciencia ficción, haciendo hincapié en “la naturaleza de la ilusión y la decepción en la propia película y en el acto de ir a verla.”[10] Creo que la noción de “hacer trampas” es bastante correcta para el tipo de efecto especial que usa Vigalondo, con todos mis respetos a los artificios del cineasta, de los que me declaro fan absoluto.

Extraterrestre es un tarro de melocotones en una invasión alienígena a gran escala. Es fijar toda nuestra atención en el elemento más insignificante de la trama y, sin embargo, el más común. Y esa condición la hace especialmente válida como película de ciencia ficción, puesto que se centra en el elemento de estudio del género: el ser humano. Porque seamos sinceros, en una película de invasores del espacio nosotros (la gente corriente) no seríamos los héroes ni los soldados. De hecho, probablemente apenas apareceríamos como extras en alguna escena de relleno entre tiroteo y tiroteo.

A menos que esa película fuera el film de Nacho Vigalondo, cuyo objetivo no es otro que exponer el comportamiento humano en una situación totalmente límite. Y es que si algo podemos sacar en claro de esta película es que unos melocotones en almíbar pueden ser el mejor retrato de lo que representan cuatro personas encerradas en un piso con un ovni volando sobre sus cabezas.

BIBLIOGRAFÍA

BARCELÓ, Miguel: La ciencia ficción, UOC, Barcelona, 2008

BASSA, Joan y FREIXAS, Ramón: El cine de ciencia ficción. Una aproximación, Paidós, Barcelona, 1993

TELOTTE, J. P: El cine de ciencia ficción, Cambridge University Press, Cambridge, 2001

LA VALLEY, Albert J.: Traditions of trickery: Ther role of Special Effects in the Science Fiction Film, Slusser y Rabkin eds., Shadows of the Magic Lamp, págs 141-158

WEBGRAFÍA

OCAÑA, Javier, De croquetas y melocotones [En línea] <http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/22/actualidad/1332430113_320061.html> [Consultado 20/04/2013]

CRESPO, Borja, Entrevista a Nacho Vigalondo [En línea] <http://www.lashorasperdidas.com/index.php/2012/03/24/entrevista-a-nacho-vigalondo/> [Consultado 16/04/2013]

NATALES, Taida, Entrevista a Nacho Vigalondo por Extraterrestre [En línea] <http://www.tomacine.com/noticias/37-noticias/2757-entrevista-a-nacho-vigalondo-extraterrestre.html> [Consultado 21/04/2013]

ZORRILLA, Mikel, Entrevista a Nacho Vigalondo, director de Extraterrestre [En línea] <http://www.blogdecine.com/entrevistas/entrevista-a-nacho-vigalondo-director-de-extraterrestre> [Consultado 19/04/2013]

 

Álvaro E. Arias, 2013

 



[1] OCAÑA, Javier, De croquetas y melocotones [En línea] <http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/22/actualidad/1332430113_320061.html> [Consultado 20/04/2013]

[2] CRESPO, Borja, Entrevista a Nacho Vigalondo [En línea] <http://www.lashorasperdidas.com/index.php/2012/03/24/entrevista-a-nacho-vigalondo/> [Consultado 16/04/2013]

[3] NATALES, Taida, Entrevista a Nacho Vigalondo por Extraterrestre [En línea] <http://www.tomacine.com/noticias/37-noticias/2757-entrevista-a-nacho-vigalondo-extraterrestre.html> [Consultado 21/04/2013]

[4] TELOTTE, J. P: El cine de ciencia ficción, Cambridge University Press, Cambridge, 2001, pág. 11

[5] BARCELÓ, Miguel: La ciencia ficción, UOC, Barcelona, 2008, pág. 79

[6] BASSA, Joan y FREIXAS, Ramón: El cine de ciencia ficción. Una aproximación, Paidós, Barcelona, 1993, págs. 56-57

[7] BASSA, Joan y FREIXAS, Ramón: El cine de ciencia ficción. Una aproximación, Paidós, Barcelona, 1993, pág. 93

[8] ZORRILLA, Mikel, Entrevista a Nacho Vigalondo, director de Extraterrestre [En línea] <http://www.blogdecine.com/entrevistas/entrevista-a-nacho-vigalondo-director-de-extraterrestre> [Consultado 19/04/2013]

[9] BASSA, Joan y FREIXAS, Ramón: El cine de ciencia ficción. Una aproximación, Paidós, Barcelona, 1993 pág. 175

[10] LA VALLEY, Albert J.: Traditions of trickery: Ther role of Special Effects in the Science Fiction Film, Slusser y Rabkin eds., Shadows of the Magic Lamp, págs 141-158, en la página 141.

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