Himenóptero (Alejandro Amenábar Cantos, 1992)

Reseña de Carmen Díaz:

Amenábar es uno de los directores más reconocidos de nuestro país, además de haber sido ganador de  numerosos premios (entre ellos un Óscar  a la mejor película de habla no inglesa por Mar Adentro 2004). Tras rodar La cabeza obtuvo varios premios con Himenóptero (1992), cortometraje que envió a José Luis Cuerda y éste quedo tan sorprendido  con él que decidió producir el primer largometraje de este nuevo director: Tesis.

Tres años son los que separan el rodaje de Himenóptero (1992) y el de Tesis (1995) pero,  a pesar de ello, podemos encontrar numerosas similitudes entre ambas películas.  La primera comparación que podemos establecer entre ambos films está claramente en el nombre de una figura clave; Bosco. Hablando del personaje de Bosco en Himenóptero Alejandro admitiría: “Más tarde comprendí que algunos aspectos del personaje se podían trasladar a Tesis, tal y como hice en Los Otros, donde algún guiño proviene de aquella. La estancia durante un verano con Himenóptero nos sirvió para explorar movimientos de cámara, especialmente lo que implicaba jugar con ella en mano, aunque yo descuidé bastante la interpretación[1]. 

 En Himenóptero uno de los protagonistas es Bosco, personaje caracterizado como una persona solitaria y algo desequilibrada. A  medida que va avanzando el cortometraje se nos desvela que  está obsesionado por una de las actrices: María.  Para mostrarnos ese desequilibrio mental del personaje Amenábar nos da información a través del resto de los personajes de que  le gusta descuartizar los cuerpos de insectos (de hecho, el final de Himenóptero es Bosco aplastando uno). Aquí podemos establecer una similitud con Tesis con la diferencia de que en el largometraje Bosco lo que descuartiza son cuerpos humanos. Ambos son hombres  de los que no se da mucha información y  los datos que nos dan son aportados por otros personajes. Por otro lado, cuando la pantalla nos muestra lo que Bosco está viendo a través del visor de la cámara Amenábar cambia del blanco al negro, recurso que emplea tanto en Tesis como en Himenóptero. En ambas películas tenemos un hombre que se obsesiona con las mujeres, en el caso de Himenóptero Bosco no es capaz de lograr su propósito, pero se nos sugieren sus intenciones al final cuando tras perseguir a María con la cámara, y que las otras dos mujeres que participaban en la “broma” que a ésta le gastan le digan que pare, se nos muestra su rostro aplastando un insecto (Amenábar nos insinúa lo que está pasando por la cabeza de Bosco jugando con la voz de una de las protagonistas mientras la imagen pasa de un primer plano de Bosco a un primerísimo plano suyo aplastando un insecto).

En Tesis los dos personajes masculinos están obsesionados por el femenino.  De la obsesión de Chema nos enteramos cuando Ángela descubre que éste ha estado grabándola en su día a día. En ambas películas tenemos el mismo patrón, un personaje masculino obsesionado por una mujer a la que graba; en el caso de Himenóptero Bosco graba a María y en Tesis es Chema el que  graba a Ángela. Si hablásemos de la caracterización psicológica de los personajes, quizá el personaje de Chema se parezca más al Bosco de Himenóptero que el personaje interpretado por Eduardo Noriega en Tesis. Amenábar empleará el recurso de sugerir la inestabilidad mental de Chema para hacer dudar al espectador hasta el último momento acerca de quién es realmente el malo de la película si él o Bosco.  Respecto a este recurso que emplea Amenábar en jugar con el espectador hasta el final de la película me gustaría señalar un comentario de  Perla Ciuk:  “Desde su aparición en escena con esta película, el joven director no ha podido evitar que se le compare, no siempre de una forma simpática y a veces incluso exagerada, con Hitchcock, y lo cierto es que él mismo ha confesado en repetidas veces su adoración por el cineasta británico  y su interés casi enfermizo por el Whodunit, que es un término que acuña el propio Hitchcock  y que alude al juego de quien  es el asesino tan propio de los finales a lo Agata Christie.  Cualquier análisis de sus cortometrajes y de sus tres primeros largos descubre que, en efecto, su cine viene motivado y pendiente del quién lo hizo y de que existe una cierta obsesión por la piruleta final, la sorpresa y por el desenlace inesperado.”[2]Cierto es que  hay similitudes bastantes claras entre las tres primeras películas de Amenábar y sus cortometrajes y las películas de Hitchcock. Tal es este parecido que incluso Alejandro (aprovechando la atmósfera de suspense e intriga de sus primeras ideas cinematográficas)  se animó a hacer pequeños cameos en Tesis, Abre los ojos y Los otros  como un  guiño al director británico.

 Pese a la cantidad de Goyas con los que fue recompensada la película (mejor película, mejor guión original, mejor dirección novel, mejor actor revelación, mejor director de producción, mejor sonido y mejor montaje), hay discrepancias en si Tesis es o no es un buen largometraje. Por un lado Casimiro Torreiro defiende: Tesis, es un thriller más apañado que logrado, más efectista que efectivo. Tiene un grave problema, y es que su guión es sencillamente deplorable: que un profesor universitario descubra una videoteca de snuff movies, películas con torturas y muerte incluidas, en un cuchitril de la universidad, y que esas cintas involucren de algún modo a la comunidad académica, dos de cuyos profesores mueren, no es ya inverosímil, sino sencillamente tonto. Lo que Tesis comparte, pues, con muchas otras películas españolas es el basar su andamiaje en una estructura dramática insatisfactoria. Aquí no hay personajes, ni siquiera arquetipos. Y todo esto sin entrar en detalles referidos a la vida académica, que imposibilitan de raíz la verosimilitud de la acción para cualquier alumno que haya pisado una universidad. Todo esto, no obstante, queda en el filme bastante tamizado por una puesta en escena de alumno listo. Si para algo sirve Tesis es para demostrar que Amenábar conoce los trucos más efectivos para concitar la atención, desde la forma de rodar determinados planos hasta el empleo del montaje” [3]. Carlos Aguilar tampoco está de acuerdo con todo el reconocimiento que se le dio a la película en su momento y opina: “Demasiado larga y a veces ambigua  en cuanto a postura  (fluctuando de la denuncia a cierta, y barata complacencia “freak”), parte de una gravísima contradicción de planteamiento (la confusión entre el “snuff” como industria aberrante y el “psycho-killer” individual e incógnito), pero encierra cierta habilidad técnico-narrativa, abunda en ideas curiosas y malintencionadas y asimila con divertida desfachatez influencias de cineastas como Brian de Palma o Dario Argento”.[4]  Por otro lado, Respecto al film de Alejandro, Francisco María Benavent dice: “La película se mueve en ambientes juveniles y estudiantiles (se rodó en la propia facultad donde estudió Amenábar) y a pesar de las imprecisiones propias de toda “opera prima” (la credibilidad del argumento, una segunda parte menos incisiva que la primera y con demasiadas vueltas de tuerca…), ofrece una narración claustrofóbica que se mueve en la frontera del thriller y el terror, géneros caros al realizador. Este supo manejar con habilidad los resortes de la tensión y la ambigüedad, mostrando el rechazo y a la vez atracción que la violencia despierta en la sociedad actual sin necesidad de recurrir para ello a ningún material snuff.”[5]  Cierto es que en una película que habla de violencia y en la que se podrían incluir secuencias muy sangrientas Amenábar se las apaña para apenas incluirlas. Más tarde en una entrevista hablaría de este aspecto y de las películas snuff diciendo: “Yo no tengo valor para ver esas películas. En la mía no hay escenas de ese tipo. Quiero asustar a la gente, pero sin imágenes sangrientas. Todo está simulado, lo más difícil fue decir cuánto se vería y cuánto no. Lo que de verdad me interesa es el tipo de público que rodea el snuff.”. [6]

 Como última comparación me gustaría hablar de que ambos films aparece el uso del plano secuencia de alguna manera. En Tesis el personaje de Bosco nos da información acerca de cómo se hacen las snuff movies y una de las cosas que dice es que éstas se graban sin cortes. Son, por tanto,  un plano secuencia. El corto que se dispone a grabar Bosco en Himenóptero también  tiene intención de que sea un plano secuencia, perseguir y acabar con María sin ningún tipo de corte.

Yo creo que Himenóptero fácilmente podría ser una parte fundamental de lo que más tarde daría lugar al guión de Tesis. Tenemos unas similitudes argumentales bastante claras: personajes desequilibrados, obsesión por las mujeres, en ambos films se descuartizan cuerpos (aunque en uno sean insectos y en otro cuerpos humanos), así como una serie de similitudes técnicas, no sólo en el inteligente uso de la música sino a la hora de jugar con la cámara y las posibilidades que ésta ofrece.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía

AGUILAR, Carlos; 2009.Guía de cine, Cátedra 3ª edición, 2009.

BENAVENT, Francisco María; El cine español de los 90 (diccionario de películas, directores y temático), Ediciones mensajero, 2000.

CIUK, Perla; Diccionario de cine iberoamericano (España, Portugal y América), Sociedad General de Autores y Editores, 2011.

LÓPEZ, José Luis; De Almodóvar a Amenábar el nuevo cine español,  Notorius ediciones, 2005.

RODRÍGUEZ, Oti: Amenábar, vocación de intriga. Páginas de espuma, Madrid, 2002.

Webgrafía

http://elpais.com/diario/1996/03/12/madrid/826633455_850215.html

http://elpais.com/diario/1996/04/27/cultura/830556017_850215.html

 

Carmen Díaz Saá; 2013

 



[1] RODRÍGUEZ, Oti: Amenábar, vocación de intriga. Páginas de espuma, Madrid, 2002. Pág 40.

[2] CIUK, Perla; Diccionario de cine iberoamericano (España, Portugal y América), Sociedad General de Autores y Editores, 2011. Pág 230.

[4] AGUILAR, Carlos; 2009.Guía de cine, Cátedra 3ª edición, 2009. Pág 1491.

[5] BENAVENT, Francisco María; El cine español de los 90 (diccionario de películas, directores y temático), Ediciones mensajero, año 2000. Pág 575

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