Algoritmos en el ático

    El número de febrero de 2007 del Harvard Business Review publica su entrega anual de las veinte ideas más “rompedoras” de 2007 (“Breakthrough Ideas for 2007”, desafortunadamente no accessible gratis). Entre ellas, aparece un comentario muy interesante de Michael Schrage, del MIT Media Lab, titulado “Algoritmos en el ático”, que parafrasea el título del libro  Rembrandts in the Attic, sobre la utilización de patentes olvidadas. Schrage elabora sobre la idea de que hay muchos resultados matemáticos obtenidos en el pasado que, de recuperarse ahora, permitirían grandes avances en problemas de interés actual.

Así, dice que:

    “For a powerful perspective on future business, take a hard look at mathematics past. As computing gets ever faster and cheaper, yesterday’s abstruse equations are becoming platforms for tomorrow’s breakthroughs. Companies in several industries are now dusting off these formulas and putting them in the service of new products and processes.

    (Si se quiere tener una perspectiva potente sobre negocios futuros, hay que mirar al pasado de las matemáticas. Al hacerse más rápidos y baratos los ordenadores, las ecuaciones abstrusas de ayer se convierten en plataformas para los avances del mañana. Hay compañías en distintos sectores que están ahora mismo desempolvando estas formulas y poniéndolas al servicio de nuevos productos y procesos.)

    El artículo de Schrage incluye varios ejemplos, de los que quizá el más famoso es el uso que hace Google de resultados como el teorema de Perron-Frobenius sobre matrices irreducibles no negativas para clasificar la relevancia de páginas web. Lo interesante es que cuando Larry Page y Sergey Brin diseñaron su algoritmo, el resultado de Perron-Frobenius ya tenía casi doscientos años! Más reciente es el algoritmo que está utilizando Procter & Gamble para reestructurar sus cadenas de abastecimiento, y que no es otra cosa que una ecuación de programación lineal de los años 50. En una línea más básica, podríamos recuperar el ejemplo de los espacios de Hilbert, que su creador, David Hilbert, consideraba una construcción matemática extremadamente elegante, entre otras cosas, porque no servía para nada… hasta que un cuarto de siglo después se convirtieron en la base de la mecánica cuántica y sus innumerables aplicaciones tecnológicas (por citar una de la máxima importancia: el transistor). Schrage habla también de los algoritmos genéticos, de las simulaciones Monte Carlo, o del “simulated annealing” como otros resultados matemáticos que tardaron décadas en llegar al mundo de las aplicaciones, pero que cuando lo hicieron constituyeron contribuciones de enorme importancia.

    El comentario de Schrage concluye diciendo:

    Whether looking for breakthroughs or just trying to improve decision making, companies will benefit from greatersophistication around even simple mathematics. A decade ago, big firms began to realize that they were sitting on a treasure trove of underutilized patents and know-how that could be commercialized for willing buyers. Those “Rembrandts in the attic,” as Kevin G.Rivette and David Kline put it in their 2000 book by that name, needed the keen eye of an intellectual property curator to appreciate their value. Similarly, we now require quantitative entrepreneurs to seek out existing equations that meet today’s pressing business needs. Technology continues to make that quest faster, easier, and cheaper.

    (Tanto si buscan avances rompedores como si intentan mejorar el proceso de toma de decisiones, las compañías se beneficiarán del aumento de la sofisticación de matemáticas muy simples. Hace una década, las grandes corporaciones comenzaron a darse cuenta de que tenían un tesoro en el desván en forma de patentes infrautilizadas y conocimiento que podrían vender a compradores potenciales. Esos “Rembrandt en el ático”, como los denominaron Kevin G. Rivette y David Kline en el libro antes citado, necesitaban la vista de un experto en propiedad intelectual para apreciar su valor. Análogamente, ahora necesitamos emprendedores cuantitativos que busquen ecuaciones ya existentes que resuelvan las necesidades de los exigentes negocios de hoy. La tecnología hace esa búsqueda más rápida, más fácil y más barata.)

    El que Harvard Business Review incluya esta propuesta de resucitar viejas momias matemáticas del pasado entre las ideas más importantes para 2007 en el mundo de los negocios habla, una vez más, de la relevancia y ubicuidad de las matemáticas en el mundo actual, y del valor añadido que supone el conocimiento matemático para emprender negocios en el entorno tecnológico en que vivimos.

    Ángel Sánchez
    SimumatImdea Matemáticas

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