Los números primos no están solos: 5 novelas matemáticas para este verano.

El tío Petros y la conjetura de Goldbach es una preciosa y divertida novela de Apostolos Doxiadis, matemático de formación, que fue un auténtico fenómeno editorial. En la novela, el narrador, Petros Papachristos descubre que su tío Petros – la obra empieza con la frase “Toda familia tiene su oveja negra; en la nuestra era el tío Petros”, que los matemáticos podríamos comparar a aquella de “Llamadme Ismael” de Moby Dick- fue en su día un eminente matemático que dedicó su vida a estudiar uno de esos problemas míticos de las matemáticas, todavía sin resolver, la llamada conjetura de Goldbach  (contenida en una carta que el 7 de junio de 1742, el matemático prusiano Christian Goldbach, envió a Leonhard Euler, quién le dio la forma actual). La novela representa, como ocurre con alguna más de las que hemos seleccionado, la lucha épica del ser humano por conquistar lo imposible. La primera edición fue publicada por Ediciones B en marzo de 2000.

 

El teorema del loro (Novela para aprender matemáticas) es obra del matemático e historiador de la ciencia Denis Guedj, profesor de la Universidad de Paris. Fue publicada por Anagrama (Panorama de narrativas) en 2000. Una mañana Max, doce años, rescata de su cautiverio a un loro parlanchín “Sinfuturo”, malherido, que se instala en su casa, en el seno de una atípica familia que vive en el  barrio parisino de Montmartre. Los mejores libros de matemáticas de todos los tiempos, reunidos en una fabulosa biblioteca, se reciben, como un fantástico legado, de un querido y ausente amigo del patriarca del extraño clan familiar. Dos cartas escritas por el amigo van a provocar una investigación, mediante la cuál se hace un repaso de la vida y la historia de las aportaciones de matemáticos célebres, a través de las cuales podremos hallar las claves de un asesinato. El loro será la piedra clave de esta intriga.

El curioso incidente del perro a medianoche es una novela magistral de Mark Haddon, publicada en Salamandra en 2004 y que ya lleva más de 20 ediciones. Mark Haddon es un autor de literatura infantil, con experiencia en trabajo con personas deficiencias psíquicas y físicas. El primer guiño matemático es la numeración de los capítulos en números primos, pero el libro está plagado de ellos. Su protagonista –la novela es autobiográfica- es un adolescente con problemas de autismo, en una familia desarbolada, y que gracias a su amor por las matemáticas, es capaz de superar todas las dificultades y seguir peleando para convertirdse en un científico. El curioso incidente… es sobre todo una historia de superación a través de las matemáticas. Sencillamente, conmovedora.

 

Los crímenes de Oxford, convertida recientemente en película, es la única de estas cinco novelas con acento español. Su autor, Guillermo Martínez, es matemático, licenciado en Bahía Blanca (Universidad Nacional del Sur) y Doctor en Lógica Matemática por la Universidad de Buenos Aires, hizo una estancia postdoctoral en Oxford que facilitó después la escritura de esta apasionante novela, en la que se describe en paralelo a la trama la apasionante historia de la demostración de Andrew Wiles de la conjetura de Fermat. Digamos que su título original era Crímenes imperceptibles, más ajustado al argumento. En España ha conocido unas cuantas reediciones. Ha sido llevada al cine por Alex de la Iglesia en 2008.

La fórmula preferida del profesor, obra de la novelista japonesa Yoko Ogawa, se convirtió en un boom en Japón (un millón de ejemplares vendidos en dos meses, y otro millón en formato de bolsillo, película, cómic y CD). En Japón se editó en 2004, y en España en 2008, alcanzando ya su quinta edición. Esta novela cuenta la historia de una madre soltera que entra a trabajar como asistenta en casa de un viejo y huraño profesor de matemáticas que perdió en un accidente de coche la memoria, que sólo le dura 80 minutos y que le obliga, como un nuevo Sísifo de la mente, a dejarse notas en su chaqueta para que al comenzar un nuevo día recuerde lo esencial de los anteriores. Apasionado por los números, el profesor se irá encariñando con la asistenta y su hijo de 10 años, al que bautiza «Root» («Raíz Cuadrada» en inglés) y con quien comparte la pasión por el béisbol, hasta que se fragua entre ellos una verdadera historia de amor, amistad y transmisión del saber, no sólo matemático.

En Madrid, hace ahora casi 3 años, asistíamos a una emocionante intriga relacionada con la conjetura de Poincaré, probada por el matemático ruso Grisha Perelman. Aunque la historia ha generado ya un apasionante libro La Conjetura De Poincare: En Busca De La Forma Del Universo, por Donal O´Shea (Tusquet), ¿para cuándo una novela que nos haga disfrutar con esa maravillosa y humana historia de la lucha de un hombre por la gloria que luego no acepta?