La condesa que nos enseñó a programar

Seguimos con nuestras entradas dedicadas a las mujeres matemáticas, hoy con Ada Lovelace, pionera en la programación.

The Analytical Engine weaves algebraic patterns, just as the Jacquard loom weaves flowers and leaves.

Ada Lovelace

Nacida bajo el nombre de Augusta Ada Byron en 1815 en Londres, Ada Lovelace (condesa de Lovelace) fue la única hija legítima de Lady Anne Isabella Milbanke y el poeta Lord George Gordon Byron.  Sin embargo, los derroteros intelectuales de Ada disentieron del romanticismo poético de su padre, y se enfocaron en las ciencias.

Ada Lovelace

El interés de Ada Lovelance por las matemáticas tiene sus orígenes en la influencia ejercida por su madre, que la sometió a un duro entrenamiento con castigos en los que la mantenía aislada durante cierto tiempo si no cumplía las expectativas. Lady Byron tenía grandes conocimientos de matemáticas y el mismo Byron la había bautizado como la “princesa del paralelogramo”, de ahí su insistencia en que su hija tuviera tutores particulares que le enseñaran esta ciencia, una práctica muy poco común entre las mujeres del siglo XIX. Se cree que la insistencia de su madre en sus estudios matemáticos (aunque parece ser que fue su abuela, la madre de Byron, quien mas se ocupaba de la niña Ada) radican en la aversión que desarrolló por su marido, quien tuvo varios hijos extramatrimoniales y cuyo carácter tildaba de insano. Lord Byron abandonó a su mujer e hija a las pocas semanas de nacer esta y se fue a Grecia, donde particpó en la lucha por la independencia griega, falleciendo de enfermedad ocho años mas tarde. Nunca volvió a ver a su hija. Sobre el año 1850, Ada Lovelace echó en cara a su madre haberle mentido sobre la paternidad de Lord Byron, y haber taratdo de manipular su vida.

Algunos de sus maestros fueron William Frend, un reformista social, William King, el médico de cabecera y Mary Somerville, una astrónoma y matemática escocesa. Somerville fue una de las primeras mujeres admitidas en la Real Sociedad de Astronomía.

Su gran logro es el desarrollo de un primer algoritmo de programación que pudo ser implementado en una máquina. A Ada Lovelance, pues, se la reconoce como matemática y una de las pioneras de la programación en la historia, junto al profesor de matemáticas y programador Charles Babbage (británico 1791-1871), creador de la primera máquina de cálculo basada en principios mecánicos. Ada había conocido a Charles Babbage a los 17 años, y Babbage fue un auténtico mentor para ella, y le facilitó estudiar en la Universidad de Londres con el matemático Augustus de Morgan.

La primera máquina de cálculo surgió en el siglo XVII; sin embargo, se señaló la falta de engranajes y piezas para su correcto funcionamiento. Posteriormente, otros personajes ilustres de la ciencia, como Pascal o Leibniz intentaron mejorar la serie de máquinas rudimentarias, consiguiendo no sólo la operación básica de la aritmética, la suma, sino también la posibilidad de multiplicar o dividir.

Reconstrucción de la máquina de Babbage de acuerdo con sus diseños

En el siglo XIX, Babbage retoma la idea de construcción de una máquina que fuese programable y que evadiera cualquier tipo de confusión humana en cadena, como las producidas en antiguas máquinas de cálculo manejadas por un operario encargado de un proceso recursivo destinado al cómputo.

El diseño de la denominada “máquina analítica” de Babbage se basaba en un telar como el de Jacquard, comerciante francés. El dispositivo de entrada de datos a la máquina estaba basado en las tarjetas perforadas, disponía de un procesador aritmético que calculaba números, una unidad de control que discernía la tarea, una memoria y un dispositivo de salida. En realidad, este esquema de unidades nos recuerda al de un ordenador moderno. Desafortunadamente, el proyecto nunca se terminó por falta de financiación, denegada por el partido conservador gobernante en el momento. El primer ministro británico, en recompensa, ofreció a Babbage el título de caballero, el cual rechazaría, ofendido, por la falta de apoyo económico para su gran proyecto.

Charles Babbage

Ada Lovelance dedujo la capacidad de los ordenadores para ir más allá de simples cálculos. Su trabajo se centró en la creación de algoritmos para el cálculo más complejo que el de las tablas logarítmicas o funciones polinómicas. Ada implementó los procedimientos de cálculo con funciones analíticas. Babbage, sin embargo, centró su trabajo puramente en el diseño del hardware y las capacidades de su máquina.

En 1842 Charles Babbage fue invitado a dar un seminario en la Universidad de Turín acerca de su máquina analítica. Luigi Menabrea, un joven ingeniero italiano, tradujo la charla de Babbage al francés, la cual fue publicada por la Biblioteca Universal de Ginebra. Ada fue requerida por Charles Wheatstone, amigo de Babbage, para la traducción al inglés, y no sólo cumplimentó su trabajo de traducción, sino que además añadió unas extensas notas con la descripción de su software. Además, teorizó un método para que el mecanismo repitiera una serie de instrucciones, un proceso denominado “looping” que aún utilizan los ordenadores de hoy en día. Las notas se denotaron alfabéticamente, de la A a la G, siendo la G una descripción de algoritmo de cálculo de los números de Bernoulli. Los números de Bernoulli son una sucesión de números racionales que aparecen en las expansiones de Taylor de funciones como la tangente y tangente hiperbólica. Incluso aparecen en la función Z de Riemann. Históricamente, estos números surgen de intentar encontrar una solución a la suma de las potencias de los números naturales. Sin embargo, ninguno de sus códigos fueron probados porque la máquina nunca fue contruída. Dejó sus artículos firmados con las iniciales A.A.L (Auguste Ada Lovelace).

Diagrama para el cálculo de los números de Bernouilli

La característica más importante de Ada en sus notas es que formaban un compendio moderno y visionario de la futura era computacional. Ya especulaba que este tipo de máquinas no servirían simplemente para el tratamiento de números, sino que además serían capaz de elaborar música de cualquier complejidad, con la ingeniería adecuada. La idea de que una máquina pudiera manejar símbolos que sigan unas reglas y que los números pueden representar entidades, supuso la transición de  pensamiento entre máquinas que resuelven problemas matemáticos (meras calculadoras) a la pura computación.

Placa de homenaje a Ada Lovelace en la plaza de Saint James

Ada se refería a sí misma como una científica poetisa, metafísica y analista. También se la denominó entre otros círculos como la profeta de la era computacional. A pesar de su mala reputación por rumores de aventuras amorosas estando casada y con tres hijos (no solo fueron los escándalos amorosos, también tuvo problemas con el alcohol y con el juego), Ada logró coronarse como una pionera de la computación moderna y cuyas visiones han sido corroboradas hoy científicamente.

En 1852, Ada falleció en Londres a una temprana edad, a causa de un tumor uterino agravado quizás por las sangrías que le aplicaron sus médicos.

Su legado no ha sido descubierto hasta 1950, cuando sus notas se reintroducieron en el campo de la ciencia computacional en un simposio sobre máquinas computacionales digitales en 1953. Hasta entonces, su papel había sido el de “intérprete” de Babbage. Desde entonces, Ada ha recibido múltiples honores póstumos y el departamento de defensa de los Estados Unidos en 1980 decidió desarrollar un lenguaje de programación “ADA” en su memoria.

Homenaje de Google a Ada Lovelace

 

Se celebra un evento anual, el «Ada Lovelace Day»,que se celebra a mediados de octubre para fomentar el papel de las mujeres en ciencia y crear nuevos modelos para chicas y mujeres en estos campos. Existe además una organización Ada Initiative con objetivos similares.

Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, ICSU) y Cristina Sardón (ICMAT-CSIC).

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3 comentarios

  1. ¿Lovelace o Lovelance? se requiere aclaración
    Si nació en 1815 ¿cómo pudo morir en 1952 (en Londres)

  2. Que hermoso serìa que, como llenamos la mente de conocimiento, el cuerpo de definidos mùsculos, permitièramos tambièn que Dios llene nuestro espìritu de la presencia de Cristo; porque el es el caminbo,la verdad y la vida.

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