La representación internacional de las matemáticas españolas, I

Hemos comentado algunas veces la importancia de la internacionalización de la ciencia en general, pero también de las matemáticas en particular. Analizaremos este tema en el caso de las matemáticas en esta entrada y en algunas más que iremos publicando en los próximos días.

Las Etimologías

Esta internacionalización va en dos direcciones:

1) La de la investigación en sí, basada en la colaboración con matemáticos de otros países así como en la presencia de matemáticos extranjeros en nuestras universidades y centros de investigación. A esto se le añade la presencia de españoles en comités editoriales de revistas así como en los comités científicos de congresos relevantes o comités de premios.

2) La institucional, que consiste básicamente en la representación en las sociedades internacionales, como la Unión Matemática Internacional (IMU en sus siglas inglesas) o la Sociedad Matemática Europea (EMS), por citar dos de los ejemplos más conocidos. Esta representación tiene dos caras: la de las sociedades matemáticas españolas, pero también, y muy relevante, la de país.

Nos centraremos ahora en la la internacionalización de la investigación y dejaremos para más adelante la institucional.

Las matemáticas en España no son una ciencia que haya pasado ignorada a lo largo de la historia, por su importancia en el sistema educativo, pero solo hasta tiempos recientes su papel ha sido relevante en lo que atañe a la investigación. Nos gusta remontarnos a los tiempos en que los árabes introducen sus conocimientos matemáticos en la Península, pero ya San Isidoro de Sevilla (556-636, nacido en Cartagena y fallecido en la ciudad que le prestó su nombre), en su obra magna, Las Etimologías, incluye en su libro tercero el Quadrivium, que incluye las matemáticas, geometría, música, y astronomía. Isidoro de Sevilla dice cosas como esta: “MATHEMATICA Latine dicitur doctrinalis scientia, quae abstractam considerat quantitatem”, o esta: “DE VOCABVLO ARITHMETICAE DISCIPLINAE. [1] Arithmetica est disciplina numerorum. Graeci enim numerum ARITHMON dicunt.” Y son el Trvium y el Quadrivium los pilares sobre los que se articulan las universidades europeas.

Y no debemos olvidar la Escuela de Traductores de Toledo, que durante los siglos XII y XIII desarrolló una labor extraordinaria para acercar a Europa los conocimientos de los griegos y los árabes, una Europa que hasta entonces se había alimentado casi exclusivamente de la cultura latina.  El procedimiento en la Escuela era el siguiente: un judío o cristiano conocedor del árabe traducía la obra original al romance oralmente ante un experto conocedor del latín que, a continuación, iba redactando en esta lengua lo que escuchaba. En la época de Alfonso X, el gran impulsor de la Escuela, los libros eran traducidos por un traductor experto en varias lenguas, y después revisado adecuadamente. Y entre estas obras estaban, por supuesto, las de los grandes matemáticos de entonces.

 

Libro de los Juegos, Alfonso X el Sabio

Una consecuencia de ese desarrollo temprano de las matemáticas (observemos que la Escuela de Toledo podría tomarse como un auténtico centro de internacionalización de la ciencia) es que si uno va al mapa de MacTutor (Birthplace Maps Index)  uno encuentra sobre todo nombres judíos o árabes aparte de los españoles del siglo XX (Pedro Abellanas, Alberto Dou, Pedro Puig Adam, Julio Rey Pastor, Sixto Rios, Lluis Santalo, Ferrán Sunyer y Manuel Valdivia).

La historia de las matemáticas españolas conocen un éxito fulgurante durante el reinado de Felipe II, que crea la Academia Real Mathematica, el 25 de diciembre de 1582, por iniciativa de Juan de Herrera. Esta Academia, antecesora de la actual Real Academia de Ciencias, tenía como objetivo “integrar a los más destacados geógrafos, astrónomos, arquitectos, ingenieros, especialistas militares y otros hombres notables con ocupaciones relacionadas con las ciencias matemáticas, en orden a buscar la aplicación práctica de sus conocimientos al servicio de la Corona”.  Y también tuvo su papel de internacionalización ya que atrajo a especialistas de toda Europa. Lamentablemente, como ocurre muchas veces en nuestro país, la iniciativa terminó por orden de Carlos III en 1783, con una ciencia muy afectada por la expulsión de judíos primero, y jesuítas después.

En las líneas precedentes hemos hecho un recorrido por tres grandes iniciativas relacionadas directamente con las matemáticas, pero también con la internacionalización de la ciencia.

Y a pesar de personajes tan decisivos como Jorge Juan y Antonio de Ulloa en el siglo XVIII, las matemáticas como tema de investigación no van a encontrar un buen caldo de cultivo en nuetsro país. Por supuesto, hay nombres que han hecho grandes contribuciones, pero casi siempre desde una perspectiva local o nacional. La investigación matemática española internacional ha de esperar a los años 1970 y 1980 del siglo XX para tomar cuerpo de naturaleza. Lo contaremos en una próxima entrada.

___

Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias).

Compartir:

2 comentarios

  1. Un artículo interesante. Desafortunadamente, parece que a los niños españoles todavía no les agradan demasiado las matemáticas. Tenemos que trabajar en esto para motivarles.

Deja un comentario