Muerte de un maestro

«La ciencia es la tentativa de explicar los fenómenos en términos exclusivamente materialistas»

Mario Bunge

Nos hemos levantado esta mañana con una triste noticia, el fallecimiento de Mario Bunge ayer en Montreal a los 100 años de edad. Mario Bunge es un personaje de difícil definición, poliédrico, con intereses en prácticamente todo lo que compete al ser humano. Pero siempre mantuvo una especial relación con las matemáticas, y es esta relación la que quisiéramos destacar hoy en Matemáticas y sus fronteras.

 

Mario Bunge

Realizó sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata, con un doctorado en física en 1952. Fue profesor en esta universidad y después en la de Buenos Aires, en física teórica y filosofía. En 1966 se trasladó como profesor de lógica y metafísica a la Universidad McGill, en Montreal, donde ha permanecido hasta su jubilación a los 90 años. Antes de Canadá, estuvo un tiempo en Estados Unidos y Alemania.

Para Bunge las matemáticas son una ciencia deductiva, que nos sirve para evitar las imprecisiones y las ambigüedades. El método deductivo consiste en partir de principios de validez general o universal para llegar a las conclusiones de validez particular (veáse el ejemplo de Los Elementos de Euclides). Son varias sus obras donde elabora su pensamiento sobre el método científico, y una de sus frases, que recuerda la contestación de Euclides a Ptolomeo II a su pregunta si había una manera sencilla para estudiar la geometría, refleja su opinión:

“Es verdad que en la ciencia no hay caminos reales; que la investigación se abre camino en la selva de los hechos, y que los científicos sobresalientes elaboran su propio estilo de pesquisas.”

La influencia de la lógica matemática en su pensamiento queda patente cuando dice “me consideraba materialista dialéctico hasta que me encontré con la lógica, la lógica matemática”.

En su artículo Socialismos y  filosofías, dice:

“De aquí que la filosofía asociada al comunismo –  el marxismo dogmático – haya suprimido muchas más ideas que las que ha generado o prohijado. En efecto, los marxistas dogmáticos han pretendido imponer sus ideas, casi todas anticuadas, tanto por su admiración por Hegel – el proto-post-moderno – como por su descuido de la matemática. “

Mario Bunge, en su libro “La ciencia, su método y su filosofía”, clasifica la ciencia en ciencias formales (o ideales) y ciencias fácticas (o materiales). Las ciencias formales son aquellas que tratan de los entes ideales, como las matemáticas y la lógica. Las ciencias fácticas son por ejemplo la física, la biología (naturales), la sociología y la historia (sociales), y se ocupan de hechos concretos, que no tienen propiedades matemáticas, aunque en muchos casos se los puede representar matemáticamente.

 

Recibiendo el Premio Príncipe de Asturias en 1982

Bunge ha sido siempre muy directo en sus propuestas y escritos, sin pelos en la lengua. Baste como ejemplo esta respuesta en una entrevista de la revista Métode:

“Para mí, las revoluciones científicas son parciales. Solo ha habido dos revoluciones: una fue en el nacimiento de la ciencia, en el siglo V aC. La segunda fue la llamada revolución científica de 1600. El resto son revoluciones parciales, cambios locales, como el nacimiento de la mecánica cuántica. No fueron revoluciones totales. El comienzo de la ciencia sí fue una revolución total. La ciencia empezó pensando de manera diferente, sin diablos ni dioses, de forma totalmente secular, totalmente racional. Fue una revolución total que abarcó a las pocas disciplinas que se conocían. Por ejemplo, nació la medicina científica, sustentada en la observación (no en la experimentación, ya que esto apareció hace relativamente poco tiempo). La ciencia es la tentativa de explicar los fenómenos en términos exclusivamente materialistas, por ejemplo, los procesos mentales como estructuras materiales. Gente como Michel Foucault y otros charlatanes afirman que se trata de una construcción social, pero no es así.”

Además de un gran paladín de las matemáticas y su papel en el entendimiento del mundo, fue un azote de las pseudociencias, que como él decía, “se esconden a veces bajo el disfraz de algunos símbolos matemáticos”.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).

 

 

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