Freeman Dyson, el genio subversivo

La palabra favorita de Freeman sobre hacer ciencia y ser creativo era ”subversivo”.

Oliver Sacks

 

El pasado 28 de febrero, fallecía Freeman John Dyson en su hogar en Princeton, a los 96 años de edad. Con él se va uno de los físico-matemáticos más geniales e inclasificables del siglo XX.

Freeman Dyson

 

Hijo de un compositor de música y de una abogada, nació en la pequeña ciudad de Crowthorne, en el condado de Berkshire, el 15 de diciembre de 1923. De pequeño se le recuerda siempre rodeado de libros y haciendo cálculos. El mismo cuenta que uno de sus mejores recuerdos de vacaciones escolares (estudió en el colegio Winchester, en el que su padre era director de música) fue cuando se las pasó resolviendo ecuaciones diferenciales desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche.

 

Dyson, a los diez años, y uno de sus cuadernos escolares

A los 17 años comenzó sus estudios de matemáticas en Cambridge, en el Trinity College, de la mano de H. Hardy. A los 19 fue requerido por las Fuerzas Áreas para trabajar en la búsqueda de las mejores formaciones de los bombarderos para conseguir el mayor fecto. De esa época viene una de sus ideas “locas”: eliminar la torreta de los cañones de los bombarderos Lancaster para ganar velocidad. Terminada la guerra, volvió a la universidad para finalizar sus estudios.

En 1947, Dyson se trasladó a Cornell, en los Estados Unidos, para estudiar física con uno de los grandes, Hans Bethe. Conoció a Richard Feynman y quedó deslumbrado por su carisma e ideas revolucionarias. Dyson estudia la Electrodinámica Cuántica (que sucede cuando los átomos abosorben o emiten electrones) y prueba que los diagramas de Feynman y el método desarrollado por Julian Schwinger y Shinichiro Tomonaga son equivalentes. Dyson dice que la idea se le ocurrió en un viaje en autobús, y aunque no tenía papeles para anotar, todo era tan simple que no le hizo falta.

Diagrama de Feynman

 

En 1953 consiguió un puesto en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, donde ha continuado por 60 años. Muchas son las ideas que se le deben a Dyson, entre ellas:

– La propuesta de árboles genéticamente modificados para plantarlos en asteroides para alojar a seres humanos.

– Las esferas de Dyson: civilizaciones capaces de utilizar material de asteroides y planetas para construir una esfera que rodeara la estrella del sistema solar y optimizar el uso de la energía estelar; la idea no era tan loca, ya que se siguen dedicando esfuerzos tratando de identificar tales posibles megaestructuras en torno a algunas estrellas.

– El proyecto Orión, para construir naves estelares propulsadas por bombas nucleares.

 

Una megaestructura de Dyson

Dyson decía que él no era un físico con ideas nuevas, sino que su tarea era lograr entender mejor lo que habían hecho otros (veáse el caso de los diagramas de Feynman, que les valió el Premio Nobel a los interesados).

Dyson cultivó asiduamente las matemáticas, especialmente en teoría de números y topología. Por ejemplo, descubrieron una inospechada conexión entre la mecánica cuántica y la distribución de los números primos de acuerdo con la función zeta y la hipótesis de Riemann, abriendo una nueva línea de aproximación al tema. A pesar de su apreciación por ambas disciplinas, en 1972 afirmó: “Temo que el matrimonio entre las matemáticas y la física, que fue tan fructífero en los siglos pasados, haya recientemente acabado en divorcio”. Ojalá no sea así.

Y con un genio tal, no es de extrañar que tuviera sus propias opiniones sobre el cambio climático o la religión. Dyson ha sido sin duda subversivo toda su vida, como Oliver Sacks afirmaba.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias).

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2 comentarios

  1. Y con un genio tal, no es de extrañar que tuviera sus propias opiniones sobre el cambio climático o la religión. Dyson ha sido sin duda subversivo toda su vida, como Oliver Sacks afirmaba.

  2. «Y con un genio tal, no es de extrañar que tuviera sus propias opiniones sobre el cambio climático o la religión.»

    Traducción:

    A los demás científicos nos jorobaba que esta persona no fuera parte de nuestra secta, pero como era tan bueno y nos ganaba en lo nuestro nos tuvimos que aguantar. Menos mal que ya no está.

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