El medio ambiente o las leyes

La legalidad y el medio ambiente: Las maderas tropicales del Reina Sofía y otros crímenes.

 

 

 

Greenpeace ha denunciado al Museo Reina Sofía por haber forrado su interior con maderas tropicales.  Las maderas están ahí. Se pueden ver y pisar, y han salido de la Amazonía.

 

El Museo contesta que las maderas tienen «permiso de entrada»  en la Unión Europea. Nadie duda de que todos los papeles estarán en regla. ¿Cómo no?  También suelen estar en regla los permisos para hacer fuego en los bosques, y las autorizaciones para pescar en el mar.  También suelen estar en regla las autorizaciones para que los petroleros circulen por los mares.

 

Pero las maderas están cortadas e instaladas en el Reina Sofía. Este es un hecho empírico. Da exactamente lo mismo que esas maderas tuviesen o no tuviesen papeles. La dirección del reina Sofía se debería haber negado en redondo a instalar esas maderas en el museo. Legal o ilegalmente ha contribuido a la deforestación de la Amazonía.

 

De la misma manera, y por los mismos argumentos, no se puede aceptar que la gente haga fuego en los bosques, por muy legal que sea, ni que se esquilmen las pesquerías por muy legal que sea. Si estas cosas son legales,  queda la honradez humana para negarse a cometer crímenes contra el medio ambiente utilizando leyes defectuosas o agujeros legales.

 

En Doñana van ya 4 hembras de lince muertas este año. Todas atropelladas. Se pregunta uno que puñetas hacen los coches circulando por Doñana. Será legal, pero la empiria nos dice que matan a los pocos animales que quedan de una especie en extinción. Si se quiere andar por Doñana, puede uno utilizar los pies, que tan buen servicio han prestado a la humanidad desde hace millones de años, o en su caso las pezuñas de caballos y mulas. ¿Es tan necesario usar coches en un Parque Natural?

 

No es de recibo protegerse tras barreras legales ante los problemas reales.

 

La ley funciona como funciona: El caso Maeso  se ha visto en el tribunal a los 7 años de haber ocurrido. Un caso similar de retraso en la justicia se acaba de ver en Galicia con ocasión de un desfalco bancario.

 

No es legal construir viviendas y hoteles a menos de 50 metros del mar, y basta con recorrer la costa para observar como se viola la legalidad ante la indiferencia total de las autoridades, incluidos los fiscales que deberían actuar de oficio.

 

La legalidad y la justicia son una cosa. Son una cosa abstracta. Uno no puede ir en contra de ellas, ¡faltaría más! Pero uno puede negarse a comprar maderas tropicales. Uno debe  insistir en que no se puede hacer fuego en el bosque. Es posible impedir a los pescadores que esquilmen las pesquerías.  Por mucho que los petroleros tengan sus papeles, (emitidos en las Islas Cayman), en regla, los estados deberían impedirles circular por sus aguas.

 

El medio ambiente se nos muere. Se nos muere de un virus que no es aviar: Es el virus humano de la codicia, de la irresponsabilidad.

 

Pero el museo Reina Sofía, lleno de maderas tropicales, se refugia en unos papeles de más que dudosa validez.

 

¿No era consciente la dirección del museo de que no se deben comprar maderas tropicales?  Saberlo lo sabía, pues respondió a un requerimiento de Greenpeace en 2003. Pero sabiendo que iba a instalar maderas tropicales, sabiendo que cada arbol cortado en los trópicos nos hace avanzar hacia el desastre ecológico, sabiendo esto, decidió seguir adelante, legalmente.

 

Pero irresponsablemente.

 

¿Es tan necesario destruir nuestro hogar por una estupidez humana, por un diseño erróneo de un arquitecto sin conciencia?

 

 

 

 

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