El medio ambiente y la previsión a tiempo

Estos deben ser blogs de medio ambiente y ciencia. Hoy voy  a hablar sin embargo de política. ¿Tiene esto algo que ver?

 

En España estamos viendo la disgregación de un esquema de convivencia razonablemente antiguo.  Dejando aparte la conveniencia o no del mismo, o la viabilidad de los posibles esquemas futuros, los seres humanos que pueblan la península ibérica están retornando a las ansias tribales de ser cada uno el cabecilla del grupo, a la expresión del meme de liderazgo desarrollado, muy probablemente, durante la etapa de correrías por las sabanas a lo largo de cientos de miles de años.

 

En Francia estamos asistiendo a una explosión de salvajismo derivada de agravios comparativos también de origen tribal, tribal en el sentido de querer liderazgos sin aportar nada a cambio: la pura lucha por el mando en contra de los que se perciben extraños.

 

Ambas  actitudes derivan de causas muy viejas. En Cataluña, de una integración en un esquema general ni querida del todo, ni rechazada frontalmente como en Portugal. En Francia, de un ansia de emigrantes de acceder a una vida agradable sin querer pagar el precio que esa vida demanda.

 

Y, ¿qué tiene esto que ver con el medio ambiente? En el medio ambiente, en la naturaleza que nos rodea, como en la sociedad en la que vivimos, que no es en nada diferente de ese «medio ambiente», las causas se acumulan durante mucho tiempo. Cuando poco a poco, de manera imperceptible, vamos cambiando las condiciones de contorno, no nos damos cuenta, o no queremos darnos cuenta del cambio, pero este se está produciendo de manera continuada. Un día las cosas estallan escapando del control.

 

Estamos inyectando cada día en la atmósfera moléculas de un  CO2 que no vemos, estamos degenerando día a día nuestros acuíferos, deshaciendo el suelo de las laderas de nuestras montañas, eliminando año a año los bosques que retienen suelo y devuelven humedad.  No vemos nada de eso, como no vemos la falta de participación en nuestra sociedad de los emigrantes. Pero las crisis estallan de golpe. Las humanas suelen acabar, porque el ser humano es, finalmente pequeño y débil. Pero el golpe de la Naturaleza no acaba. La sorpresa es mayúscula, y la catástrofe también.

 

Los seres humanos somos seres vivos que necesitamos y buscamos energía. Hoy la energía solar fósil está fastidiando el clima del planeta. No podemos seguir usándola, y además no la necesitamos, pues podemos capturar energía solar directamente. Pero no lo hacemos. El mensaje es que la energía solar directa es «cara».

 

Hoy aparecen en El País las cifras que el gobierno del Estado español va a dedicar a seguir extrayendo una energía solar fósil en forma de carbón, que no necesitamos y que nos llena el aire de CO2:  7.600 millones de euros.

 

Necesitamos centrales solares y necesitamos energía solar en las casas, en los campos, entre los olivos, entre los naranjos. El gobierno nos dice que se está haciendo, pero las únicas noticias que se leen son aquellas que hablan de la destitución del director del IDAE, de la escasez de dinero para este instituto 70 millones de euros frente a los 7.000 para la minería.  Las que no se leen son aquellas que no nos muestran centrales solares en construcción, que no nos enseñan campos llenos a rebosar de paneles solares.

 

Una central solar de 1 Gw cuesta 6.000 millones de euros. Loas autovías nos cuestan al año 12.000 millones, la minería, 7.000. ¿Podríamos destinar 6.000 de euros al año para hacer centrales solares?

 

Hoy la tensión estalla en París. La gente no sabe de donde sale.  ¿Sabrá la gente de donde sale el clima recalentado cuando deje de haber agua en España?

 

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