Ciencia y Medio Ambiente en el nuevo sistema feudal que disfrutamos.

El sistema feudal se implantó en Europa tras la caída del Imperio Romano, y ha existido desde tiempo inmemorial en los países de Asia. La idea del sistema es que existe un señor al qué, por derecho divino, los siervos del feudo le deben sus dineros, sin posibilidad de negarse a ello, bajo penas diversas de embargos, cárceles, excomuniones, y en aquella Edad Media, hasta de la vida.

 

La Revolución Francesa acabó con aquel sistema en 1789. Tras la revolución los ciudadanos decidían si pagaban o no, y si aceptaban o no a quien recibía los dineros que habían aceptado pagar.

 

Han pasado digamos 217 años, y vamos aceleradamente por la pendiente de un nuevo feudalismo. Hoy los siervos de la gleba disfrutamos de la única opción de pagar lo que nuestros señores nos reclaman, sin tener la menor posibilidad de rechazar ese pago, ni de dar nuestra  opinión sobre el mismo.

 

Llega a casa un ukase: En el plazo de dos meses se servirá usted pagar, como cuota de entrada a su garaje, 3 veces lo que pagó el año pasado.

 

Los impuestos que pagamos se distribuyen en gastos sobre  los que nosotros no podemos opinar.

 

Por ejemplo, a mi me gustaría que una parte substancial de mis impuestos se destinase a combatir el cambio climático. ¿Cómo poder conseguir esto?  A mi me gustaría que en vez de gastar -mi- dinero en hacer tirabuzones con las calles de Madrid, se invirtiese ese dinero en poner techos solares en las casas de los madrileños. ¿Cómo puedo conseguir ésto? ¿Puedo hablar con mi representante en el Ayuntamiento de Madrid? Y ¿Tengo representante mío en el Ayuntamiento de Madrid? (Quien dice de Madrid dice  Sevilla, Valencia, Seseña, etc.  etc. )

 

En principio, una vez cada 4 años, se nos ofrece a los paganos que elijamos entre diversas propuestas que no tienen  mucho que ver con lo que queremos los ciudadanos. Votamos unas u otras de esas propuestas  y una vez votadas, durante los siguientes cuatro años no podemos decir absolutamente nada sobre lo que votamos, sobre si nos parece bien o mal, sobre si queremos esto o lo contrario. Unos señores, denominados concejales, hacen y deshacen a su gusto, sin que sea posible hablar con ellos ni expresarles nuestro disgusto: Al fin y al cabo, han sido “elegidos” por nosotros, y una vez elegidos ya  no son responsables ante los que les eligieron. Como mucho, podemos esperarnos cuatro años para renovarles la elección o tratar de eliminarles de sus puestos. Pero mientras están en ellos, su voluntad es absoluta.

 

En la época feudal anterior, el jefe lo era  por derecho divino, y puesto que uno no puede interponer querella en el cielo, no había forma de quejarse del jefe.

 

En la época feudal contemporánea el jefe lo es por mayoría de votos, y por tanto no hay manera de quejarse de sus actuaciones. Existe, es cierto, la remota posibilidad de dispendiar ingentes sumas de dinero en procuradores y abogados que pongan una reclamación a ese jefe. Dada la reconocida  y muy de agradecer diligencia del sistema que  entiende de querellas, lo más habitual es que la solución a las mismas se obtenga cuando el jefe ha dejado de tener responsabilidades sobre el asunto. Mientras tanto el pagano, el siervo de la gleba, hace lo único que le dejan  hacer: Pagar.

 

Por poner ejemplos concretos: En Madrid nadie nos ha preguntado a los siervos si queríamos que la M-30 se  convirtiese en el Manzanares en una gymkana de 100 revueltas por kilómetro durante 4 años, ni nadie nos ha preguntado si queríamos pagar esa obra. Nadie nos pregunta si queremos que se cierre una linea de metro, ni que se abra una calle peatonal.  Mal está que no se nos pregunte, pero, visto lo visto, ¿Cómo podemos quejarnos? ¿Con quien podemos hablar? ¿Quienes son nuestros representantes? ¿Es posible pedir a alguien que no haga lo que hace o que haga otra cosa distinta? Hemos reeditado aquello tan agradable del Antiguo Régimen: Todo para el pueblo pero sin el pueblo.

 

La ciencia y el clima se pudren día a día pero lo único que puedo hacer yo en mi Ayuntamiento es pagar las obras faraónicas del nuevo parque del Manzanares. Y ¡Ay de mí si no pago!

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6 comentarios

  1. >>Por ejemplo, a mi me gustaría que una parte substancial de mis impuestos se destinase a combatir el cambio climático

    Bueno… hay quien no cree en el cambio climático, así que ese alguien, seguro que prefiere que una parte substancial sus impuestos vayan a reformar la M-30.

    Un ejemplo: http://indarki.blogia.com/2006/071301-la-fe-en-el-cambio-climatico.php

    Y mi teoría sobre los principios básicos de la energía… el 2º principio, el principio del cambio climático:

    http://indarki.blogia.com/2006/071701-los-principios-basicos-de-la-energia.php

    Por otro lado, creo que tenemos un importante reto político actualmente: la sociedad tiene una capacidad de organización y movilización increibles gracias a las nuevas tecnologías de la información y sin embargo, los mecanismos de representación de la democracia no han evolucionado desde hace años.

  2. Antonio, me gustaría conocer tu opinión sobre el planteamiento que hace Juan Losé Ibañez, sobre los biocombustibles.

    " ¿Podemos decir rotundamente que se trata de una tecnología limpia? ¿Terminará por reemplazar a los combustibles fósiles? ¿Reducirá o aumentará los desequilibrios norte sur?"

    Gracias

  3. EL MAL DEL MEDIOAMBIENTE UNA CATASTROFE ANUNCIADA

    La humanidad no puede decir, ni los gobernantes tampoco, que los científicos no lo dijeron a tiempo, avisaron con informes, estudios medioambientales, y estadísticas comprobadas y ciertas de que nuestro entorno medioambiental se estaba envenenando y que eso derivaría a un calentamiento global de nuestro planeta con consecuencias imprevisibles.

    Se dijo pongan freno señores que viene el lobo, que viene el lobo, nadie hizo caso a tiempo

    y el lobo esta entre nosotros, ese lobo es un cáncer que el ser humano por la pasividad de los gobernantes en permitir las atrocidades cometidas contra el medioambiente han hecho posible la situación actual tan desastrosa en nuestro planeta.

    Todavía estamos a tiempo, debemos ralentizar esta progresión geométrica del recalentamiento 10 veces más rápido que los producidos anteriormente en nuestro planeta

    lo que en épocas pasadas tardo en suceder 30.000 años, para el aumento de temperatura en el planeta, la humanidad hoy lo ha realizado en 200 años.

    Las consecuencia del aumento de la temperatura en los mares, y en general en el globo terraqueo y la incidencia negativa sobre todo en España ya que es la nación mas próxima al continente africano hacen de España el lugar de Europa mas proclive a su degeneración por las consecuencias antes mencionadas, el cambio de dirección de los flujos de aire en las capas altas así como, la inversión en los flujos en las corrientes marinas hacen que la producción de lluvias se convierta en un caos. Los procesos de sequía y de lluvias torrenciales agrupadas en territorios próximos al mar mediterráneo serán atroces, y los cambios de temperaturas en el litoral cantábrico y el aumento de la temperatura de sus aguas

    cambiarán los procesos naturales conocidos hasta ahora. El aumento de temperatura propiciará que enfermedades ya erradicadas reaparezcan, dada la no mortandad de los insectos que las provocan por los cambios en los ciclos vitales de supervivencia de los mismos producidos en la temperatura en su época de extinción y reaparición.

    En este proceso de deterioro si los parámetros contaminantes no cambian el polo se licuará en 30 años máximo.

    El proceso de aceleración en la creación de energías alternativas y el menor consumo de los productos derivados del petróleo y su consumo para mover automóviles, potenciando sistemas híbridos y de hidrógeno creando dispensadores de los mismos y cerrando gasolineras.

    En definitiva cambiar a otras energías no contaminantes e ir dejando las contaminantes actuales entre otras muchas medidas positivas que la prevención medioambiental dispone

    Si somos capaces de realizarlo no más tarde de 20 años puede ser que el proceso degenerativo actual remita paulatinamente si la humanidad científica con la cooperación del mundo empresarial mundial, y de los gobiernos de la tierra en su conjunto, no se ponen de acuerdo y poner manos a la obra en este proceso necesario y vital para nuestro planeta y los seres humanos que lo habita así como sus ecosistemas ya será demasiado tarde y habremos

    perdido la guerra y esta guerra la humanidad no puede permitirse el lujo de perderla, pues sus consecuencias, en calamidades medioambientales y de las catástrofes naturales tan grandes

    que se producirán darán lugar a cientos de miles de muertos en todo el planeta, y los procesos de aumento de temperatura en España pueden llegar a ser de un incremento de 4.5 grados.

    Este proceso incrementara en nuestros vecinos africanos tanta calamidad que emigraran a España por centenares de miles.

    La licuación de los polos harán posible el aumento del nivel del mar en más de 6 m. lo que propiciara que las capitales próximas sobre todo en el sur de España la mitad en su cuarta parte quede sumergida, estas y otras que en este momento no viene al caso enumerar serán las calamidades que nos depara si no ponemos freno en tiempo y forma a la situación medioambiental actual.

    Jenaro Romero Pastor, Ph.D, y Auditor Medioambiental

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