Predicar y dar trigo

El lunes participé en un encuentro, en una serie de mesas redondas (que hoy día, en Madrid al menos, son cuadradas, lo que es maravilloso, porque se ha conseguido la cuadratura del círculo) sobre cambio climático. En ellas participaban miembros de la Comisión Nacional de la Energía. Como miembros individuales sus opiniones eran acertadas, agudas, reflexiones  muy finas sobre el problema al que nos enfrentamos.

 

Pero la CNE y el Ministerio de Industria hacen bueno el maravilloso refrán español de predicar y dar trigo. Las declaraciones e intervenciones se suceden: Ministros, secretarios de estado, parlamentarios, comisionados, todo el que puede se apunta al carro: Hay que parar el cambio climático.

 

Pero a la hora de la verdad, a la hora de repartir el trigo, todo son problemas. En los Presupuestos del Estado hay dinero para todo: 250 millones de euros para pagar entre todos los contribuyentes a los dueños de las autopistas de peaje, 2.000 millones de euros para hacer autovías, 800 millones de euros para la minería del carbón, 400 millones de euros para la televisión, etc., etc. (miren ustedes, miren los Presupuestos del Estado, y disfruten). Pero, ¿y la energía? ¿Cuanto dinero hay en los Presupuestos del Estado para energía, para montar centrales solares, fotovoltaicas, eólicas, para la agricultura de los biocombustibles, de la biomasa?  El IDAE recibe 75 millones de euros.  Eso es todo. 

 

Lo de este país es realmente maravilloso. Acaba de convocarse la oferta de ayudas para la investigación. En vez de ser el propio ministerio de educación y ciencia el que sabe en que hay que investigar, y el que compite como loco por conseguir que los investigadores trabajen para él, lo que hace es decir:  “Pidan, pidan, que ya veremos si les damos algún dinero”. La idea es la contraria de la que en buena lógica debería ser: El Estado debería reconocer que sin investigación este país no es más que una central de servicios, y debería llamar a los investigadores. La realidad es que somos nosotros los que tenemos que convencer al estado para que financie la investigación.

 

Cuando se habla de esto con los ministros dicen siempre: “No hay dinero”. Pero como he señalado arriba y se ve en los  Presupuestos del Estado, dinero hay más que de sobra. El Vicepresidente Solbes anunció ayer un superavit substancial en las cuentas de 2006. 

 

Curioso.

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Un comentario

  1. Tienes razón, pero la inercia administrativa es gigantesca. Se puede hundir el mundo y la administración seguiría poniendo sellos.

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