¿Ciencia?

¿Que ciencia enseñamos, no solo aquí, sino en todo el mundo? ¿Enseñamos ciencia o formamos zapateros, oficiales gremiales que saben hacer sin saber que hacen ni por qué lo hacen?

En un libro reciente sobre Mecánica Cuántica se puede leer lo siguiente:

«Cuando encontré la mecánica cuántica en mi primer año en el MIT, escribí la ecuación de Schroedinger en la página de mi cuaderno de apuntes, entusiasmado al ver que la ecuación gobernaba todo lo que hay en el Universo.  Para mi Tesis doctoral hice un análisis cuántico de sistemas magnéticos. Manejaba con facilidad las técnicas de la teoría cuántica, pero no tenía tiempo para pensar sobre su significado. Estaba demasiado ocupado tratando de publicar artículos para conseguir el título de doctor«.

Jóvenes brillantes formados como especialistas, pero no como científicos.

¿Qué es la ciencia?

Cada lector escribirá su propia respuesta, pero la realidad  (como realidad incuestionable es que dos esferas del mismo diámetro, igualmente pulidas, una de acero y otra de ébano, con densidades de 7.8 y 1.0 g/cm3, caen ambas con exactamente la misma aceleración en el mismo punto del planeta) es que la ciencia no es aprender recetas muertas, sino preguntarse constantemente por aquello que no entendemos.

Ciencia es la »Aventura del pensamiento«, como siempre dijo Einstein, es la exploración de lo desconocido, no el uso de lo conocido.

Para iniciar la aventura es claro que es necesario proporcionar las herramientas, pero esas herramientas son un medio, nunca un fin.

En la mayoría de las universidades del mundo hemos vuelto al sistema gremial; y el esquema de puesto de trabajo a cambio de número de publicaciones, aunque las publicaciones no aporten nada, ha convertido la ciencia en una formación artesanal.

Sin embargo lo que necesitamos no es eso. Haciendo lo mismo que hacemos siempre llegamos a donde siempre: A crisis recurrentes, que no nos permiten reaccionar contra los cambios de las  condiciones de contorno del sistema, cambios provocados por nuestra mera actividad, nuestro hacer lo que siempre hacemos.

Aunque el ejemplo es enormemente antiguo me tomo la licencia de ponerlo: El imperio romano colapsó porque, ante el desafío de su creciente burocratización, incrementó ésta.

Es difícil que España (y Europa, y un poco después el mundo entero) salga de la crisis económica, o deje de lado las crisis recurrentes si las soluciones son iguales a las causas que las originan.

Es difícil que avance la ciencia, de verdad, si se forma a los alumnos como perfectos artesanos, como magníficos burócratas, y no como creadores e innovadores.

La sociedad ha gastado unos nueve mil millones de euros para buscar el Bosón de Higgs, que, si se encuentra, lo único que hará será confirmar un modelo ya existente.

Pero la naturaleza tiene infinidad de misterios, que no se pueden resolver utilizando las reglas, las ecuaciones ya conocidas. Energía y materia obscura son entelequias como lo era el éter del siglo XIX. No podemos resolver las incógnitas nuevas del universo utilizando las ecuaciones de hace 96 años.

Tenemos que cambiar la forma de educar a nuestros científicos para que se planteen constantemente los misterios del universo, y no solo para que apliquen las reglas ya conocidas.

Es este esquema de viejos, de falta de la alegría, de falta de juventud que quiere explorar, lo que nos ha metido en una sociedad en estancamiento como esta en la que hoy vivimos, estancada a pesar de todos los juguetes tecnológicos que entretienen unos días y que se quedan viejos (otra vez esta palabra) en unos meses.

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Un comentario

  1. «La sociedad ha gastado unos nueve mil millones de euros para buscar el Bosón de Higgs, que, si se encuentra, lo único que hará será confirmar un modelo ya existente.

    Pero la naturaleza tiene infinidad de misterios, que no se pueden resolver utilizando las reglas, las ecuaciones ya conocidas. Energía y materia obscura son entelequias como lo era el éter del siglo XIX. No podemos resolver las incógnitas nuevas del universo utilizando las ecuaciones de hace 96 años.»

    ¿Por qué una persona de una disciplina (medio ambiente en este caso, pero eso es lo de menos) se pone a despotricar sobre otras disciplinas?

    ?Es pedir nuevas ecuaciones, ecuaciones de 2012, ‘despotricar’? A. Ruiz de Elvira

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