Realimentación positiva: Necesitamos cambiar nuestro modelo mental

Una serie extensa de comentarios y artículos de opinión, basados en los recientes sucesos de violencia y crisis económica apuntan a un fallo notable, diríamos tremendo, en nuestro equipamiento mental para vivir en este mundo. Los dogmas heredados, y las teorías desarrolladas durante los últimos 400 años de construcción de un modelo del mundo son todos y todas estrictamente lineales. Los dogmas insisten en la idea de causa y efecto, y las teorías científicas en la idea de la predicción exacta a partir de condiciones iniciales perfectamente conocidas.

Pero el mundo es no lineal, las causas no producen siempre los mismos efectos, y las anomalías se amplifican. En la economía, cuando se entra en recesión la recesión se agrava: Al disminuir los ingresos se compra menos y al comprar menos disminuyen los ingresos, puesto que la que la economía, salvo por la inyección de energía, es un sistema circular en el cual el dinero que uno entrega vuelve a uno al cabo del tiempo. Si entregamos menos acabamos recibiendo menos y puesto que siempre hay disipación, el resultado es un deslizamiento rápido hacia la miseria, de unos, mientras los que empiezan la depresión con algo de capital, acaban haciéndose con los bienes de los demás, en el mismo problema de realimentación no lineal positiva.

Hay hoy un artículo en el New York Times sobre cómo la violencia genera cada vez más violencia, producto del miedo a la misma. En política, la división de las sociedades se amplifica, pues se destacan los agravios, en vez de los beneficios de la unión.

En los sistemas no lineales se amplifican las anomalías, cómo he dicho, y esa amplificación genera impredecibilidad  pues cualquier causa minúscula puede tener efectos enormes. En los sistemas no lineales debe utilizarse constantemente el principio de precaución, es decir, tener preparadas toda clase de alternativas plausibles ante la evolución impredecible de esos sistemas.

Frente a esta realidad del mundo, la ilusión mental nos hace aceptar los dogmas heredados, que son excesivamente simplistas, y las ideas lineales que son evidentemente falsas: Si trabajo el doble gano el doble, todo es predecible, no hay que preocuparse: Los jefes (desde el más inmediato hasta los dioses irresponsables) tienen todo previsto y cuidan de mi.  Estas ideas lineales han acabado permeando nuestros modelos mentales porque hemos construido máquinas que si las siguen, y pensamos, erróneamente, que la naturaleza, y nosotros, funcionamos como esas máquinas.

Necesitamos estudiar los sistemas no lineales, desde la escuela más temprana, para asumir su realidad como base de nuestro pensamiento, para asumir que no sabemos y que tenemos que aprender todos y cada uno de los días de nuestra vida, que tenemos que cambiar constantemente de premisas y ajustarnos minuto a minuto a la realidad cambiante, algo que ni el ciudadano de a pie ni el jefe de coche blindado son hoy capaces de hacer.

 

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