La insoportable levedad de la sociedad (europea) o como en Europa hemos perdido el tren del progreso

He estado asistiendo a una reunión de presentación del plan de financiación de proyectos de innovación europeos y me he dado cuenta de por qué nos estamos quedando completamente atrás respecto a chinos, indios y hasta bolivianos.

Lo que se ha presentado es un gasto de dinero muy escaso, 77000 millones de euros en 7 años, 11000 millones por año para 27 países, digamos 400 millones de personas: unos 27 euros por persona/año. Recordemos que el PIB anual de España es de un millón de millones de euros: La innovación europea para 7 años es un 1.1% del PIB anual español.

Pero peor que eso es la absoluta falta de ambición del programa de innovación. No hay apoyo para cambiar los enfoques mentales. Es dar dinero para seguir haciendo lo mismo. Es como pintar de verde lo que estaba pintado de rojo, nada mas. No se rehace lo que hay debajo de la pintura: Es solo un sistema de trampantojos.

Ante desafíos radicalmente nuevos la respuesta es insistir en lo mismo que se ha hecho para situaciones ya superadas.

¿De qué sirve ésto? Imaginemos una nueva invasión de la peste bubónica como la de 1348. Podemos utilizar antibióticos, o podemos utilizar hierbas. En aquella época no se sabía de los beneficios del cambio, hoy lo sabemos de maravilla y ……, y sin embargo insistimos en no cambiar. Insistimos en utilizar hierbas cuando podemos usar antibióticos.

Vamos a seguir utilizando la energía del petróleo de Arabia y Persia, y del gas de Argelia y Kazajhastan. Las energías nuestras, al cajón. Seguiremos con las ciudades embebecidas en polución y con atascos diarios kilométricos. En economía seguiremos con los modelos de equilibrio, en vez de desarrollar modelos de flujo, y en ciencia seguiremos con las ideas de hace 60 y 90 años, sin cambiarlas. Los ciudadanos nos iremos empobreciendo según los financieros se vayan enriqueciendo. Y los trabajadores (los que tengan trabajo) irán viendo reducidos sus sueldos para pagar las pensiones de sus abuelos que seran los que les mantengan.

Europa y claro, España, viven felices en el mejor de los mundos posibles.

Y sin embargo sabemos como cambiar. Y cambiar es lo mejor que podemos hacer. Pero a una sociedad reblandecida, que se asusta de ‘el esfuerzo‘, le da un miedo pánico cambiar.

Podemos cambiar. ¿Queremos hacerlo?

 

 

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