¿Es Madrid ciencia?: no son estos buenos tiempos para la difusión científica

autor: Miguel Vicente

En estos tiempos que corren resulta fácil el recurso de ahorrarse unos euros a costa de las actividades de difusión científica. Empecé por sufrirlo en el centro donde trabajo, cuando el presupuesto del centro se resintió y las actividades de difusión del CNB se redujeron al mínimo. Ahora he sabido que a ésta tendencia local se suma la Comunidad de Madrid, convirtiendo en virtual la galardonada feria “Madrid es Ciencia”.


Llevarse su ADN a casa en un tubo. Una actividadque realizaron mil seiscientos visitantes en 2002, III feria Madrid porla Ciencia (en recientes ediciones «Madrid es Ciencia»). El mensaje era que no hay que tener miedo a laBiotecnología, el ADN es una molécula que tenemos todos y en la quereside la herencia genética. Todo el material que se usó en laexperiencia procedía de la cocina o del botiquín de cualqueir casa. Lasinstrucciones para hacerlo están en el enlace de la página del autor, Foto: VERNE ciencia y diseño (Miguel).


La investigación científica no suele ser muy fácil de entender, y casi siempre la mayor parte de los científicos se explican bastante mal. Acostumbrados a utilizar un lenguaje muy técnico que han de manejar con gran precisión, están perdidos cuando se dirigen a públicos no especializados. Es más, no consideran que su trabajo incluya el saber contar lo que hacen. No solo es difícil encontrar buenos divulgadores de la ciencia, se va haciendo asimismo difícil disponer de los medios para hacerlo.

El científico loco y el sabio pedante
La difusión de la investigación no es algo que se pueda improvisar ni que pueda hacer cualquiera, y ya lo comenté hace un par de semanas. Ejemplos de intentos de popularizar la investigación en las cadenas de televisión de nuestro país nos muestran un penoso panorama en el que, o bien se sabe que la audiencia se aburre tanto que el programa se emite cuando todo el mundo está durmiendo, o se convierte en un espectáculo en el que ante audiencias algo más numerosas un pretendido científico hace el ridículo. No sabría decir qué me parece peor, si mostrar la ciencia como algo hermético al alcance de tan solo unos pocos iniciados, o como espectáculo cómico. A mí la cosa me da mucha pena, porque no deja de ser un reflejo de la poca importancia que la sociedad española en su conjunto , digan lo que digan, presta al trabajo científico.

¿Una “feria” de la ciencia?
Para mí una feria de la ciencia ha de ser en primer lugar algo divertido. Si el feriante va a la feria a vender, (productos, técnicas, conocimientos…) a las ferias el público va sobre todo a entretenerse. El visitante medio, que en la feria “Madrid es Ciencia” corresponde a un joven que estudia bachillerato, tiene en general mucha curiosidad, pero escasa perseverancia. Por eso se le ha de atraer con recursos visuales y proponerle unas actividades en las que se sienta incitado a participar, ya sea por el contenido, el formato, y a veces por la pura curiosidad que ejerce un espacio cerrado tras el que se adivina algo fuera de lo corriente. Una vez picada su curiosidad, el público tiene derecho a que lo que se le cuenta no solo sea divertido, sino que sea correcto y espera poner sus manos y todos sus sentidos en realizar una actividad con base científica. No ha de esperarse que en su mayoría el visitante salga ni siendo un experto en la materia, ni que haya vivido la experiencia de su vida, pero si que se lleve el recuerdo de que se hizo algo interesante, que lo pudo entender y que le contaron algo útil, hasta incluso que para lo único que de momento sirve es para saber más de nosotros mismos y cuanto nos rodea.

Cuando la difusión la hace el alumno
Quizás lo más importante de las ferias de ciencia no sea lo que exponen las instituciones ni los científicos profesionales, al fin y al cabo ellos tienen el conocimiento científico y suelen (¿solían?) tener recursos para hacerlo. El mayor mérito está en las exposiciones que los estudiantes preparan en los centros docentes y que se presentan a los visitantes con un entusiasmo no exento de la intrepidez y frescura de su corta experiencia. La exhibición en la feria cumple para el estudiante varios objetivos. Le obliga no solo a entender perfectamente un principio científico, le exige además esforzarse en comunicarlo a los demás y actuar en directo, venciendo su timidez, ante un público desconocido, en el que a veces aparecen impertinentes profesores de investigación del CSIC, como el que escribe esto, que hacen preguntas inesperadas. Para el estudiante supone además un reconocimiento público de su trabajo, raro será el amigo o pariente que no se acerque a ver al joven divulgador. Y no menor es el estímulo que para otros visitantes, alumnos y profesores, supone ver lo bien que lo hace el instituto de al lado, lo que se llamaría sana rivalidad, que por una vez no tiene al fútbol como sacrosanto motivo.


Precauciones cuando se trabaja con patógenos peligrosos. A los casi mil cuatrocientos visitantes a la exposición del CNB en  la VI feria Madrid por la Ciencia en 2005 se les mostraron modelos muy aproximados, pero no virtuales, de cómo hay que trabajar cuando se manejan patógenos peligrosos. La protección usada en la exposición es exactamente la que se usa en un laboratorio de nivel de seguridad 3. Ahora el mensaje era que , cuando es preciso trabajar con ellos, se toman precauciones extremas para evitar tanto la infección del operario como la liberación accidental de microbios peligrosos. Foto: VERNE ciencia y diseño (Erinia).


¿Y si todo se hiciese virtual?
Hay cosas muy interesantes sobre biología, e incluso sobre experimentos científicos que se han difundido en la red, y si lo que quiere la Comunidad de Madrid es tener un repositorio virtual de experimentos y textos de difusión científica, tan solo necesita encargar su traducción, porque muchos de ellos los han hecho organizaciones sin ánimo de lucro. Pero con los experimentos pasa como pasaba al de los nísperos, la cerveza, los espárragos y el resto, que cuando son excesivamente virtuales ni come, ni bebe, ni chupa, ni besa. No parece que convertir “Madrid es Ciencia” en virtual se haga por lo maravilloso que es el ciberespacio, mas bien porque la feria cuesta.  No, el fútbol mejor no tocarlo que puede ser grave, pero puestos a ahorrar, yo me atrevería a recomendar a quien corresponda, con el debido respeto, que pruebe a transformar la Asamblea de Madrid en un juego para videoconsola, tiene muchas ventajas, pruébenlo durante un año, como dicen harán con la feria, y si la cosa funcionase hasta les quedaría luego un solar para construir algo cuando esto escampe. Pero no se preocupen, lo digo en broma…


Los inventos del TBO. Una muestra ingeniosa de una “ciencia” fantasiosa. En esta exposición lo virtual se convertía en realidad gracias a una hábil construcción de los imaginarios inventos del profesor Franz de Copenhague como maquetas. Por ejemplo, los melones cúbicos, ideales para almacenarlos aprovechando al máximo el espacio, son un gran logro de la “biotecnología de ficción”. III Feria Madrid por la Ciencia, 2002. Foto: VERNE ciencia y diseño (Miguel).


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3 comentarios

  1. Me alegro de que alguien hable, proteste por esta pérdida. Lo he pasado muy bien en todas las ediciones a las que he asistido y me ha parecido mágico ver a alumnos y profesores participando con tanta seriedad en un proyecto que no era magia sino ciencia.

  2. En estos tiempos que corren, el silencio se convierte en complicidad. No es posible que callemos ante lo que es un deterioro sistemático y programado de los recursos que asisten a la educación, en especial a la pública, en la Comunidad de Madrid. Los profesores que gustamos de experimentar en nuestras aulas nos estamos quedando sin recursos, sin apoyos, sin posibilidades de ampliar de una manera adecuada nuestra formación. Me contaban el otro día que, tan sólo en grupos de trabajo -una medida de las necesidades específicas y puntuales de cada grupo de profesores o de cada centro- en la zona sur se habían recogido más de 300 solicitudes…¡que tenían que atender 13 asesores! Nos levantamos el otro día con la suspensión de la Feria de la Ciencia y su metamorfosis fallida en versión virtual; se acabaron los proyectos de innovación, los proyectos Convivir es Vivir y otras ayudas económicas que, siendo ínfimas, ayudaban a desarrollar algún que otro proyecto.

    Nos estamos quedando sin esperanza en educación, con Esperanza.

  3. Una auténtica pérdida. ¿Cuánto van a ahorrar que compense perder la ilusión y el aprendizaje de los jóvenes?

    Yo no creo que vuelva a celebrarse en 2010. Ésta era una actividad que rodaba con la inercia de un año a otro.

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