La ruta de la peste

“…él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir en una ciudad dichosa.”  La peste, Albert Camus. 

El bello e inquietante final de la novela de Camus refleja una percepción común sobre la peste. Otras imágenes asociadas son fosas comunes, ciudades en cuarentena, una plaga que se extiende imparable…En la película Pánico en las calles, de Elia Kazan, los protagonistas persiguen por el barrio portuario de Nueva Orleans a los contactos de un hombre infectado por la peste para evitar que se desencadene una epidemia.

 

Cartel de la película Pánico en las calles dirigida en 1950 por Elia Kazan.

La peste, en cualquiera de sus formas: bubónica, neumónica, septicémica, es una enfermedad infecciosa producida por la bacteria Yersinia pestis. Habitualmente la bacteria infecta a diversas especies de ratas y se transmite entre ellas por las picaduras de las pulgas, que también pueden transmitir la infección a los seres humanos. Puede producirse contagio entre humanos por vía respiratoria, pero éste es un mecanismo de transmisión poco eficiente. Se ha comprobado que la bacteria puede permanecer viva en el medio ambiente durante semanas e incluso meses, pero pierde infectividad. Por tanto, incluso durante las grandes epidemias de peste, la principal vía de transmisión de la infección han sido las poblaciones de ratas infectadas y sus pulgas, y no el contacto con los enfermos.

 

Se conocen en el período histórico tres grandes pandemias de peste: la del Imperio Bizantino en el siglo VI, la europea, que empezó con la Peste Negra del siglo XIV, y se extendió hasta el siglo XVIII, y la Tercera pandemia, que surgió en China durante el siglo XIX y se diseminó por Asia, África y América. Durante la primera década del siglo XXI se registraron más de 20.000 casos, principalmente en varios países centroafricanos, Madagascar, China y el sudeste asiático, aunque también se han descrito casos en Estados Unidos y Perú.

 

Aunque las tres pandemias están bien documentadas históricamente, existen dudas y controversias acerca de los orígenes y los agentes causales de las diferentes olas epidémicas. Durante los últimos años, la secuenciación de ADN obtenido de restos arqueológicos ha abierto todo un nuevo campo a la epidemiología histórica, aportando datos donde antes sólo cabía especular. En esta línea, recientemente se ha publicado un análisis de tres genomas de Y. pestis procedentes de muestras de la Peste Negra europea. Los investigadores utilizaron dientes extraídos de restos de dos fosas comunes, una de Barcelona, y otra de Ellwangen, en Alemania, y de una fosa individual en Bolgar, Rusia. Después de procesar más de 200 muestras de 178 individuos diferentes, y utilizando sofisticados métodos de captura selectiva de ADN para eliminar el genoma humano, consiguieron obtener suficiente ADN de tres dientes, uno de cada uno de los sitios indicados. Las muestras se secuenciaron, y se compararon con otros genomas de Y. pestis, tanto antiguos como modernos.

 

Los genomas secuenciados, junto con los registros históricos, muestran la ruta de la peste. La Segunda pandemia, la Peste Negra, llegó de Asia, se diseminó por la zona del mediterráneo a través de los principales puertos y se extendió hacia el interior. Los brotes registrados en Europa entre los siglos XIV y XVIII no son epidemias independientes, sino que forman parte de un único evento, la expansión rápida de una cepa de Y. pestis por toda Europa y su persistencia durante varios siglos. Después, la epidemia viajó de nuevo hacia el este, hasta China, generando la Tercera pandemia en el siglo XIX. Por supuesto, ésta es una imagen de trazo grueso, la historia es más compleja y los detalles son importantes. Las epidemias de peste, como la mayoría de las epidemias, no se desencadenan simplemente con la llegada de un patógeno a la ciudad, son procesos complejos en los que interaccionan factores ecológicos, ambientales y sociales como la evolución del patógeno, las poblaciones de ratas y pulgas, el crecimiento de las poblaciones humanas, la estructura de las ciudades y las rutas comerciales. La secuenciación de nuevas muestras de otras ciudades y épocas contribuirá a rellenar los huecos en una historia fascinante y terrible, en la que convergen microbiólogos, epidemiólogos e historiadores.

 

REFERENCIAS:

Butler, T. (2013) Plague Gives Surprises in the First Decade of the 21st Century in the United States and Worldwide. Am J Trop Med Hyg. 89(4):788-93. doi: 10.4269/ajtmh.13-0191.

 

Camus, A. La Peste. Traducción de Rosa Chacel. Editorial: Pocket Edhasa, Barcelona (1982).
Spyrou et al. (2016) Historical Y. pestis Genomes Reveal the European Black Death as the Source of Ancient and Modern Plague Pandemics. Cell Host Microbe. 19(6):874-81. doi: 10.1016/j.chom.2016.05.012.

 

Blog del día en notiweb 20 de junio de 2016

 

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