Vinieron las lluvias… y trajeron la muerte al desierto

Normalmente la frase “llover en el desierto” suele significar algo bueno, a menos que seas un microorganismo xerófilo extremo. En ese caso puede ser algo totalmente devastador, como lo que les ocurre a los pobres habitantes de Ranchipur en la película “Vinieron las lluvias”.

Esa es la conclusión principal de un trabajo recientemente publicado y cuyo resumen escrito por uno de sus autores puede leerse aquí. Los investigadores trabajan en el desierto de Atacama, el lugar más árido del planeta. Hay lugares en los que no ha llovido nada en 2 millones de años y aunque parezca increíble, hay vida en esos lugares. Están habitados por microorganismos xerófilos (amantes de la sequedad). Sin embargo desde hace tres años se están registrando lluvias en esas zonas y se han llegado a formar lagunas que han durado unos meses.

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En otros desiertos, cuando llueve lo que ocurre es que la vida parece estallar (basta ver el documental de  Richard Attenborough que se muestra arriba). Pero a los microbios de Atacama lo que les ha pasado es que han estallado en el sentido literal de la palabra.  Se ha encontrado es que hasta el 85% de los microorganismos autóctonos que estaban perfectamente adaptados a la sequedad se han extinguido.


¿Por qué han estallado los microorganismos de Atacama? Pues debido a un fenómeno físico llamado ósmosis. El interior de una célula es una solución muy concentrada y está separada del exterior por una membrana semipermeable. Lo de “semipermeable” quiere decir que va a dejar pasar las moléculas de agua pero no lo solutos que están disueltos. Si todo está seco, hay un equilibrio entre el interior celular y el extracelular, pero al llover el exterior tiene una concentración de solutos menor, por lo que el agua comenzará a entrar en la célula de forma masiva y la hará estallar (clikear en la imagen inferior para activar el vídeo)

Esto lo han comprobado de la siguiente forma. Tras tomar muestras del agua de las lagunas y de los suelos que permanecían secos realizaron cuatro tipos de análisis. El primero fue el análisis del RNA ribosomal (rRNA). De esa forma podían ver qué tipo de seres vivos quedaban en dichos hábitats. Lo que se encontraron es que en las lagunas solo había rRNA bacteriano, ni rastro de arqueas o de eucariotas.  Y casi todo ese rRNA pertenecía a cuatro grupos principales que a su vez están englobados en el gran grupo de las Gammaproteobacteria. El segundo análisis fue ver el agua bajo el microscopio y encontrarse que solo había cuatro morfotipos distintos. El tercero fue cultivar las muestras en diferentes medios y aquí solo se encontraron con que una bacteria (a la que han bautizado como Halomonas yungayensis) consiguió crecer.

[youtube]https://youtu.be/THF_wuEgFWg?t=197[/youtube]

El cuarto análisis sí que da una idea de la masacre que han padecido los xerófilos tras la lluvia. Lo que han hecho es usar anticuerpos para detectar determinados biomarcadores correspondientes a los diferentes grupos taxonómicos microbianos. ¿Han visto “El Señor de los Anillos”? ¿Recuerdan la escena de la Ciénaga de los Muertos? Bilbo, Frodo y Gollum se encuentran en un antiguo campo de batalla en los que puede verse las armaduras y los restos de los que allí combatieron y murieron. Bueno, pues en este caso los “biomarcadores” que se detectan son como las “armaduras” de los microorganismos. Y lo que se han encontrado es que esas lagunas están llenas de dichas “armaduras” y que pertenecen a todos los grupos microbianos que habitaban el lugar antes de la lluvia. Pero como las anteriores pruebas genéticas nos han demostrado que no hay material genético de esos grupos, la explicación más sencilla es que simplemente están detectando los restos de sus cadáveres. 

Imunodetección de diversos grupos bacterianos en tres de las lagunas de Atacama (pequeña, media y grande). Solo las bacteras del grupo de las gammaproteobacterias es detectado con las otras pruebas realizadas. Fuente de la imagen: Azua-Bustos et al.

Y es que nunca llueve a gusto de todos

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