En busca del reconocimiento – la comunidad hispana en los Estados Unidos

Estados Unidos es el ‘país de la inmigración’ por excelencia: la sociedad más íntegramente constituida por capas de inmigración. Desde los primeros tiempos de la colonización británica hasta las actuales migraciones en masa, la historia de este país es la de una repoblación por migraciones. Su identidad colectiva no es ajena, pues, a este fenómeno. Con todo, con la llegada masiva de hispanos, parece que se ha vuelto a poner en cuestión cuáles son los límites de la comunidad nacional y cuáles son los elementos que definen la identidad compartida.

En continuidad con los últimos mensajes incluido en este blog acerca de las recientes movilizaciones de los hispanos en los EEUU y de su creciente peso demográfico, se adjunta ahora un artículo recogido por el diario argentino “Clarín” sobre el mismo tema:

Presencia latina en Estados Unidos  CLARÍN – BUENOS AIRES, 8/ V/ 2006

La comunidad latina de los Estados Unidos acaba de protagonizar la más multitudinaria protesta desde las marchas por los derechos civiles de los negros, hace cuarenta años. Más de dos millones de personas se manifestaron en 60 ciudades en favor de los derechos de los inmigrantes. La comparación no es sólo cuantitativa, sino que tiene un parecido trasfondo y motivación.

Con 35 millones de habitantes, un 12% del total, la población hispanoparlante o descendiente de inmigrantes de origen latino que vive en los Estados Unidos se proyecta como principal minoría en una sociedad de mayoría anglosajona cuya premisa fundacional es la idea de igualdad. Esta idea igualitaria originaria que dio nacimiento a la primera república norteamericana coexistió durante casi un siglo con un régimen esclavista y, durante otros cien años, con la creencia en la supremacía blanca y en la discriminación racial, que se prolongó hasta bien entrado el siglo XX.

Por su parte, los latinos fueron creciendo como un sector de la población norteamericana con una fuerte identidad cultural y una integración económica que se ha dado en los años recientes, sobre todo por la vía de la incorporación como mano de obra en los sectores industrial y de servicios.

Este fenómeno fue por delante de su integración política y social. Y la legislación que promueven los sectores conservadores implica un endurecimiento que puede acentuar la desigualdad de ese trato. La población hispana reivindica, por ello, una regularización amplia de los inmigrantes y el goce de plenos derechos, lo que supone algo tan legítimo e inobjetable como la aspiración de lograr un reconocimiento de su condición de ciudadanos.

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