Tiempos hostiles para la inmigración

“La inmigración y las migraciones que las hacen posible se han convertido en un elemento imaginario sin relación con lo que son realmente. Esta imagen deformada, manipulada hasta la histeria, ha arraigado profundamente en el inconsciente colectivo de las poblaciones de los países desarrollados. Desde hace al menos tres décadas, las opiniones públicas de esos países se han visto moldeadas cotidianamente por un discurso alarmista y paranoico, frente al «peligro», la «amenaza», la «invasión» y la «avalancha» que constituirían los hombres y mujeres migrantes. Todos esos nombres se utilizan de hecho como sustitutos de una categoría no confesada: la de enemigo. El migrante es en cierto modo la encarnación del enemigo. Esto es fácilmente comprobable en los textos oficiales de la Unión Europea y de la mayoría de los Estados miembros: la lucha contra la «inmigración clandestina, la droga, la criminalidad y el terrorismo» es una fórmula hoy común en el lenguaje para comparar así inmigración y formas de delincuencia. Como es moneda corriente la asimilación de la inmigración con la inseguridad, la violencia de los barrios periféricos, el miedo a los vecinos en los barrios pobres” (Sami Nair:  Y vendrán… Las migraciones en tiempos hostiles, Planeta, Barcelona, 2006, págs. 13-14).

 

Estas líneas están extraídas de un libro claro, ameno y, sobre todo valiente, que resulta sumamente útil para entender las modificaciones del tejido humano de las sociedades europeas inducidas por el fenómeno migratorio. En una cuestión en donde la demagogia se impone a la argumentación, resulta de enorme interés la reflexionada llamada que el autor hace a la convivencia y al respeto de la dignidad humana. Merecen igual atención sus propuestas sobre la política de ciudadanía, las formas de organización de la movilidad (en lugar del caos de la inmigración ilegal) y la articulación de medidas de codesarrollo con los países emisores de emigrantes.

 

Entrevista con Sami Naïr, el politólogo francés, autor de Y vendrán… las migraciones en tiempos hostiles

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