Para los “conmocionados por la inmigración”

En este blog se reciben con relativa frecuencia comentarios de personas que de alguna u otra manera se sienten ‘conmocionados’ por la marcha del proceso migratorio en España. Uno de los colaboradores habituales de este blog, Antonio Álvarez del Cuvillo, ha realizado una interesante reflexión en respuesta a quienes comparten dicha sensación. Sin más, se reproduce a continuación:

 

Por Antonio Álvarez del Cuvillo

 

La sensación de los «conmocionados por la inmigración» es que no hay control de fronteras en España, pero sí que los hay; la sensación es que se deja entrar a todo el mundo, pero las restricciones son enormes, sólo que son bastante ineficaces; la impresión es que debe haber una manera fácil de canalizar los flujos migratorios, pero no la hay.

Ahora le voy a proponer un ejercicio. Por un momento imagínese que no hay españoles ni rumanos ni marroquíes ni latinoamericanos, sino seres humanos. Todos podemos tener esta experiencia, aunque al mismo tiempo podemos tener otras. Nuestras categorías provocan diferenciaciones en la percepción, que son así, pero podrían ser de otra manera: «yo» soy un «español»; «tú» eres un «rumano» y me extraña que «tú» tengas derechos siendo un forastero y que yo no me sienta que los tenga, siendo un «autóctono» y estando por tanto moralmente legitimado para reclamarlos. Lo que está detrás de estas categorías no son realidades objetivas, sino una ideología (una identidad colectiva, una conciencia de grupo) construida sobre determinados factores. Yo le propongo que para algunas cosas, esa ideología nos está resultando poco útil, incluso nos está haciendo daño.

 

¿Y si probamos con las viejas categorías? Definamos a la gente por su situación material, económica, por su posición en las redes de poder. Llamémosnos, por ejemplo trabajadores, parados, precarios, empleados, lo que alguna vez se llamó «conciencia de clase». Olvidémonos por un momento que alguien un día nos colgó una nacionalidad. Descubriremos entonces que por la posición socioeconómica en la que nos encontramos, tenemos intereses comunes, intereses que no podemos defender separados o disgregados, porque la única fuerza de la que disponemos es el número. Descubriremos entonces que esas ideologías de la diferencia nos estaban disgregando fatalmente. Luchar contra esas segregaciones de la conciencia y tratar de unir fuerzas es algo extremadamente difícil, pero merece la pena.

 

Opino que una inyección extra de esa conciencia de clase, dado que se lleva bien con los migrantes le vendrá bien. No le resolverá la vida, pero le dejará en una mejor posición (consciente) para afrontarla.

 

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5 comentarios

  1. Mire, es increíble que haya que estar explicando estas cosas, pero resulta que la emigración (y muchos otros temas), no es una cuestión de semiótica o simbología. ni tan siquiera filosófica. es una cuestión de gestión de recursos.

    si se produce una entrada tan rápida de emigrantes en España, como la que se está produciendo, que ha hecho que pasemos de ser el país de la UE con menos tasa de inmigrantes extranjeros a ser uno de los que más tiene, y eso en menos de 10 años (y soy generoso con el plazo, podría hablar de 5 años), lo normal es que se produzcan graves problemas de acceso a servicios básicos: sanitarios, educativos, de ocio e incluso de vivienda y transporte, como es el caso de Madrid.

    ¿me quiere usted explicar cómo se sostiene una inmigración mal gestionada, mal repartida y en una economía como la española, de muy bajo valor añadido, donde la generación de riqueza es mínima, dada nuestra dedicación histórica a negocios como el turístico o inmobiliario, que generan trabajos de poca calidad?

    ¿cómo va a gestionar usted la seguridad social cuando se jubilen los emigrantes?¿cree que hay suficientes recursos para pagarles el paro cuando dejen de trabajar en la construcción? ¿no se ha parado a pensar que las trabas que se están preparando para cobrar la pensión no tienen su origen en precisamente el acceso desorganizado de inmigrantes, atraídos por una especie de "tierrar de promisión", que realidad no lo es tal?

    incluso, en su propia argumentación hay fallos: ¿que mas da si hay muchas trabas a la inmigración si luego resulta que son ineficaces? eso no es un problema de percepción, como usted apunta.

  2. Es cierto, como afirma el autor de este artículo, que la inmigración aparece como un problema para la sociedad receptora española, cuando lo cierto es que está constituyendo un potente factor de desarrollo, favoreciendo el dinamismo económico y el crecimiento del empleo.

    Cabe preguntarse qué factores inciden en la expansión de esa visión negativa hacia la inmigración, y ahí aparecen aspectos como el sistema de recepción de inmigrantes establecido y el conjunto de políticas migratorias vigentes en nuestro mundo de hoy.

    Las políticas de inmigración nos la presentan como algo de los que hemos de protegernos y generan buena parte de los factores de exclusión que están afectando a los inmigrantes. Al mismo tiempo, y paradójicamente, para contrarrestar esta situación se llevan a cabo políticas de integración social.

  3. Un elemento mas para seguir pensando:

    PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PASTORAL DE LOS EMIGRANTES E ITINERANTES

    INSTRUCCIÓN “ERGA MIGRANTES CARITAS CHRISTI”

    (La caridad de Cristo hacia los emigrantes)

    El dia 1 de mayo 2004, memoria de San José Obrero, el Santo Padre Juan Pablo II aprobó la presente Instrucción del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes y autorizó su publicación.

    http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/migrants/documents/rc_pc_migrants_doc_20040514_erga-migrantes-caritas-christi_sp.html

  4. Andrés,

    Como puede verse en las diferentes entradas de mi blog y en los comentarios en éste, no defiendo una postura consistente en una aceptación ingenua de las migraciones; en ese comentario no me refiero al análisis de la realidad, sino a la posición que uno adopta ante ella o a cómo toma partido, que también es importante. La migración masiva actualmente es un factor estructural de nuestras sociedades, es un elemento inherente a la sociedad actual y debe ser tomado como algo dado, no puede controlarse por completo. Implica aspectos positivos y negativos para los migrantes, para sus países de origen y para los países de acogida de un modo tan complejo que cualquier lectura unidireccional es un mito que expresa un estado de ánimo. Yo prefiero partir de mitos positivos, que es mejor para el estómago, pero luego atreverme a mirar todo lo negro, con buen ánimo.

    Cuando digo que existen controles muy estrictos y que estos son ineficaces no propongo que desaparezcan los controles. En nuestra actual situación estructural esto sería un desastre. Lo digo desde el estudio de estos controles. Tengo tres ideas básicas al respecto: 1) hay que mantener estos controles; 2) hay que hacerlos más eficaces para garantizar los intereses de unos y otros (pero yo, personalmente, no valoro a unas personas más que a otras por su origen, eso ya es algo mio); 3) se encuentran en un equilibrio imposible que nunca será perfecto. Es decir, hoy por hoy estamos condenados a que los controles sean ineficaces, pero ello no nos exime de comernos la cabeza para pensar lo menos malo posible. Yo lo intento.

    El post era la respuesta a personas que simplemente lo veían todo negro, se sentían atacados, agredidos y a mi juicio quedaban completamente paralizados para reaccionar en estos tiempos interesantes que nos tocan, siquiera en su exclusivo interés.

    http://www.tiempos-interesantes.blogspot.com

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