Migración, racismo y comportamientos incívicos

Es difícil ocultar que la mentalidad xenófoba y racista está extendida de manera más o menos contenida entre una parte de la población española. Por no ir más lejos, en este mismo blog se reciben con bastante frecuencia comentarios que translucen un elevado grado de intolerancia y de desprecio por los inmigrantes en general. Sin embargo, el hecho de que exista racismo no da carta blanca a la hora de tachar de racista cualquier protesta formulada ante una determinada acción incívica protagonizada por inmigrantes extranjeros.

Resulta más que conveniente diferenciar entre las reacciones alentadas por sentimientos racistas y las denuncias legítimas – y hasta lógicas – de los casos de gamberrismo y de delincuencia ejecutados por inmigrantes. Tildar de racista o de xenófoba cualquier denuncia por el hecho de que implique a un inmigrante es una forma de degradar impunemente la convivencia. En ocasiones, con un discurso paternalista frente a los inmigrantes se banalizan conflictos reales. De esta manera tan sólo se consigue soslayar un problema, taponar una posible solución y, lo que es peor, generar el caldo de cultivo del que puede surgir el auténtico racismo. Eso sí, las denuncias han de ser personalizadas y no dirigidas nunca contra todo un colectivo.

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