ENTREVISTA: MSCA FELLOWS COFUND MVISION Álvaro Sánchez Ferro y Carlos Sánchez Mendoza

«Queremos ser parte importante en el desarrollo de una cura para el párkinson»

Senior Fellows del Consorcio Madrid-MIT M+Visión

1.- Para empezar esta entrevista, nos gustaría conocer cómo nació su vocación científica ¿Cuándo, por qué decidieron que querían ser científicos, en qué área se han formado y en qué instituciones han estudiado y trabajado?

Álvaro: Mi vocación por ayudar a los demás e investigar en los problemas relacionados con el cerebro empieza en mi adolescencia. Me atraía enormemente el poder descifrar el órgano que rige nuestras funciones y que nos hace ser lo que somos. Fruto de esta curiosidad me formé como médico en la Universidad Autónoma de Madrid y como neurólogo, después, en el Hospital 12 de Octubre. Tras los diez años que supone este entrenamiento, trabajé como neurólogo unos tres años y adquirí simultáneamente un perfil investigador a través de diferentes programas competitivos. Empecé con una beca del Instituto de Salud Carlos III (programa Río Hortega) y lo complementé con estancias en el extranjero por un periodo de tres años. Primero hice un fellowship en el Massachusetts General Hospital, adscrito a la Universidad de Harvard, y actualmente un fellowship en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, ambos en EE.UU.

Carlos: Mi motivación por la labor científica descansa sobre una visión vital muy pragmática. Cuando comencé mi carrera profesional entendí rápidamente que necesitaba un nivel de especialización mucho mayor al proporcionado por mis estudios de ingeniería para presentarme ante la sociedad con una buena proposición de valor. Mi trayectoria en el ámbito científico no es para mi un fin en si mismo, sino un medio para contar con las herramientas que me permitan influir en la sociedad y resultar valioso para ella en términos de impacto en la mejora de la vida de la gente. Mis mentores en la Universidad de Sevilla supieron encauzar esa visión en el momento adecuado, culminando en la obtención del Doctorado en Procesado Digital de Imágenes Médicas. Continué perfeccionando mi formación con experiencias en EE.UU. Las actividades en las que estoy inmerso me están ayudando a adquirir competencias transversales en el desarrollo de iniciativas empresariales en el sector de tecnologías para la salud y a evolucionar hacia mi meta original: utilizar ese conocimiento para proporcionar valor a la sociedad.

2.- El Consorcio Madrid-MIT M+Visión es una alianza formada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Comunidad de Madrid, gestionada por la Fundación madri+d ¿Cómo lo conocieron? ¿Qué le ha aportado participar en este programa?

Álvaro: Conocí el Programa M+Visión a través de Norberto Malpica y Juan Antonio Hernández, ambos magníficos investigadores. Ellos pensaron que podría ser una gran oportunidad y yo también lo creí. La verdad es que el impacto de este programa ha sido dramático en un sentido positivo. He aprendido a desarrollar proyectos de innovación desde cero. También a colaborar con compañeros brillantes de otras disciplinas diferentes a la mía. Este punto, a pesar de ser desafiante, resulta tremendamente importante para aumentar la calidad de los proyectos. En resumen, me ha hecho mucha mejor persona e investigador y ha aumentado sustancialmente mi conocimiento para poder desarrollar proyectos de alto impacto en mi región (Madrid) -el cual era mi objetivo- y transformar nuestra sociedad.

Carlos: Mi primer contacto con M+Visión se debe a mi mentor de la Universidad de Harvard, con quien estuve trabajando durante varios veranos durante mi doctorado y que en numerosas ocasionas ha destacado mi vocación natural de contribuir a la salud con soluciones pragmáticas y trasladables. El programa me ha proporcionado las herramientas para migrar desde el mundo académico hacia actividades de emprendimiento orientadas a obtener impacto. El nutrido elenco de líderes de los ámbitos académico y empresarial con los que he convivido en el día a día del programa, me ha influido notablemente para comprender estos distintos puntos de vista y para mejorar mi habilidad de operar en la interfaz entre ambos. Todo ello aspiro a ponerlo a funcionar en beneficio de Madrid y de sus habitantes a corto plazo.

3.- Álvaro, usted trabajó como neurólogo en el Hospital 12 de Octubre de Madrid y ahora es fellow del Consorcio Madrid-MIT M+Visión ¿Cómo valora este tipo de alianzas entre distintas instituciones y el papel del Gobierno regional apostando por este tipo de tecnologías?

Álvaro: El poder crear estas alianzas es crítico para que los proyectos sean de alto impacto, ya que aúna el conocimiento técnico con el clínico, algo muy habitual en países tremendamente innovadores como EE.UU. Gracias al Gobierno regional, hemos importado este modelo. La Comunidad de Madrid ha acertado plenamente con esta apuesta que creo que va a cambiar el futuro de muchos profesionales de nuestra región y también el destino de todas las personas que se van a beneficiar de las tecnologías que estamos desarrollando.

4.- ¿Y usted Carlos?

Carlos: La realidad es que en España existe un cierto retraso en la incorporación a la economía basada en el conocimiento y por ello es necesario que los poderes públicos contribuyan a este tipo de acuerdos estratégicos, ya que son a menudo los únicos con suficiente capacidad de promover cambios sustanciales en la cultura empresarial. Al amparo de un acuerdo a ese nivel, las instituciones españolas pueden rápidamente demostrar su capacidad y deslumbrar a sus interlocutores en EE.UU. En España hay excedente de talento, como evidencia el hecho de estar continuamente exportándolo. Con frecuencia las debilidades se encuentran inscritas en los ámbitos empresariales y administrativos, y la disponibilidad de recursos. El esfuerzo realizado en esa dirección por parte del Gobierno regional debe ser un ejemplo para otros.

5.- ¿Qué es lo que más les ha interesado de la posibilidad de especializarse en el desarrollo de tecnología en biomedicina?

Álvaro: Lo más atrayente en mi caso es el poder llegar a millones de personas. En mi práctica como neurólogo podía ayudar cada día a 10-15 personas. Con mi trabajo actual puedo influir positivamente en el destino de muchísima más gente, maximizando mi esfuerzo por mejorar nuestra sociedad. También sirve para demostrar que no hace falta emigrar para hacer investigación de primer nivel y que podemos desarrollar proyectos innovadores en nuestra región.

Carlos: Lo que más me interesa es mejorar la vida de todos, directamente a través del desarrollo de mejoras en la gestión de la salud e indirectamente, repercutiendo generación de riqueza en la sociedad madrileña y española para los próximos años. La tecnología biomédica es una industria de altísimo valor añadido. Industrias así pueden mejorar sensiblemente la situación económica de nuestra sociedad y generar empleo y bienestar para nuestros compatriotas. Fortalecer un paradigma económico escaso en España, como el de la industria de las tecnologías biomédicas, requiere de un esfuerzo especial por parte de todos, especialmente de nuestras administraciones públicas.

El Presidente de Singapur, Tony Tan, entregando la medalla a Luca Giancardo, miembro de neuroQWERTY, finalista del Singapore Challenge 2015. (Fotografía NRF Singapur)

6.- ¿Háblenos del proyecto que están desarrollando para identificar los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson?

Álvaro: La enfermedad de Parkinson es una enfermedad del cerebro en la que se acumulan una serie de proteínas que producen un daño irreversible en zonas que controlan el movimiento. Ahora mismo no existen tratamientos curativos y la enfermedad progresa de forma ineludible. En nuestro equipo, queremos facilitar el desarrollo de una cura a través de una tecnología que permita identificar las alteraciones motoras que produce la enfermedad de una forma precoz y más fiable que los métodos actuales, permitiendo tratar antes de que el daño sea extenso, como ocurre actualmente.

Carlos: Un cuello de botella en el desarrollo de terapias curativas en enfermedades lentas y silenciosas, como el párkinson, radica en la dificultad para encontrar poblaciones adecuadas para su validación. Existen compuestos que detienen la enfermedad en animales de laboratorio, pero a la hora de confirmar su utilidad en humanos nos topamos con dificultades de índole económica. Necesitaríamos poblaciones enormes de pacientes sanos, entre los cuáles sólo unos pocos desarrollarían la enfermedad y pondrían de relieve los efectos del fármaco en cuestión. Una tecnología que permita detectar los primeros y sutiles signos del parkinson en la población general podría facilitar la viabilidad de la validación de las nuevas terapias. Pero ello requiere que dicha tecnología se pueda desplegar masivamente a coste mínimo. Esto es exactamente lo que estamos planteando en nuestro proyecto. A través de medidas características de la manera de teclear de cada uno en su propio ordenador, hemos confeccionado un índice que cambia cuando existe afectación motriz como la producida por el párkinson. Es decir, conseguimos monitorizar a cualquier persona que utilice un teclado en su vida cotidiana sin necesidad de que haga nada específico. Más allá de facilitar el descubrimiento de nuevas terapias, si algún día dicha cura estuviera disponible, entonces nuestra tecnología se haría pertinente para todas las personas, que podrían beneficiarse de las nuevas terapias con suficiente prontitud en el caso de presentar los primeros signos.

7.- La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa con más prevalencia en España. ¿Cómo pueden ayudar las nuevas tecnologías a mejorar el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de esta patología?

Álvaro: Las tecnologías van a permitir complementar mucho el trabajo de los profesionales sanitarios mediante la cuantificación de la intensidad de los signos de la enfermedad y la respuesta a las medicaciones que se usan para corregirlos. Además, permitirán identificar de forma precoz a sujetos de alto riesgo en el que se podrán probar tratamientos y así evitar o parar el daño de la enfermedad. Esto es capital ya que con el envejecimiento demográfico son enfermedades que cada vez van a ser más frecuentes, casi con dimensiones epidémicas.

Carlos: Más allá de mejorar las terapias existentes, incluso en el paradigma actual, contar con una herramienta transparente para el seguimiento continuo de los síntomas resultará de gran utilidad. Permitirá ajustar al máximo la valoración del estado de la enfermedad, dosificar adecuadamente los fármacos para minimizar los efectos secundarios y planificar con mayor precisión el tratamiento.

8.- ¿Por qué cree que esta línea de investigación concreta tendrá y en que sentido redundará en la mejora de la salud?

Álvaro: Como decíamos antes, nuestra tecnología permitiría facilitar el desarrollo de terapias para la enfermedad. Nosotros queremos ser parte importante en el desarrollo de una cura para el párkinson. ¿Por qué si se han curado algunas enfermedades como las infecciones con antibióticos, o algunos cánceres con quimioterapia, no llegará el día en que curemos las enfermedades neurodegenerativas? Esta es nuestra apuesta.

Carlos: En última instancia una herramienta como la nuestra, que puede multiplicar la eficiencia de los estudios clínicos con nuevos fármacos, puede facilitar la aparición de una cura a un coste asumible por la industria y de los sistemas de salud. Y si eso ocurriera, entonces la detección precoz en la población general a coste casi nulo y sin que el paciente tenga que hacer nada especial, puede suponer la diferencia entre tratar la enfermedad a tiempo, o no.

9.- ¿Qué supuso para ustedes ganar el Singapore Challenge 2015?

Álvaro: Es un gran honor que nuestro equipo, representado por Luca Giancardo, un ingeniero informático, fuera galardonado con el premio final de esta competición internacional. Nos sirve para poder utilizar ese dinero para seguir desarrollando el proyecto y confirma que estamos trabajando en la dirección correcta. Además, es un reconocimiento al trabajo de los cuatro miembros del equipo (Carlos, Luca, otro compañero británico, Ian y yo).

Carlos: Supuso una gran inyección de motivación, la paz mental de ver que otros comparten nuestra visión y, sobre todo, una fuente de recursos que nos permitirá seguir avanzando en el trabajo hacia nuestros objetivos últimos.

10.- ¿En qué proyectos les interesaría estar involucrados a medio plazo?

Álvaro: Mi objetivo primordial es seguir trabajando en este proyecto ‘neuroQWERTY’, para poder completar el esfuerzo que los pacientes, nuestros colaboradores y los madrileños han realizado para que todo esto sea posible y poder así trasladar la tecnología a la sociedad. Personalmente, estoy comprometido con ser parte activa del desarrollo de una cura para la enfermedad de Parkinson y pongo mi conocimiento y esfuerzo al servicio de este objetivo.

Carlos: Además de nuestro proyecto en párkinson, estoy trabajando en otros dos proyectos de tecnologías médicas, también con el potencial de tener un fuerte impacto económico y en la salud de distintos colectivos. El primero de ellos es una pulsera para detectar caídas peligrosas del nivel de hidratación en ancianos, y el otro es un revolucionario tratamiento para los desórdenes de la postura (escoliosis, cifosis.) que puede mejorar radicalmente la calidad de vida de los pacientes que sufren estos problemas, a menudo niños. Mi aspiración es contar con recursos suficientes para poder continuar estas iniciativas, verlas llegar a los pacientes y, en última instancia, tener constancia directa de que han cambiado su pronóstico y mejorado su vida. Y por supuesto continuar poniendo en práctica el método aprendido durante mi participación en el programa, y consolidando nuevas iniciativas de alto impacto.

 

The M+Visión Advanced Fellowship is supported by the EU COFUND under FP7. Learn more about COFUND (PDF) +

 

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