Patentes Históricas: El sujetador

Nos ocupamos en esta ocasión de un objeto de la vida diaria que parecería haber estado con nosotros desde siempre. Se trata del sujetador, una prenda imprescindible en los armarios de todas las mujeres y que pese a lo que se pudiera pensar, se comercializa de forma generalizada desde hace menos de 100 años. A lo largo de la historia, las mujeres han utilizado diversas prendas con el fin de cubrir, ocultar o elevar sus pechos. Hasta el renacimiento se solían emplear simples bandas de tela. Sin embargo, a partir del siglo XV y hasta principios del siglo XX, fue común la utilización del corsé.

Se trataba de una estructura que moldeaba el tronco de la mujer, desde la cintura hasta los pechos. Estaban construidos de un material flexible, tela o cuero, soportado por un esqueleto, que durante mucho tiempo se fabricó con huesos de ballena. Durante décadas el ideal de belleza femenino era la reducción de la cintura, llegándose en algunos casos a producirse fracturas en las costillas. A lo largo del último cuarto del siglo XIX, las mujeres fueron abandonando paulatinamente la utilización del corsé y buscando otras prendas que permitieran la sujeción del busto. Durante la primera guerra mundial, el gobierno de los Estados Unidos solicitó a las mujeres que dejaran de utilizar corsés, con el fin de destinar las ingentes cantidades de metal que se empleaban en su elaboración a la fabricación de armamento. Parece ser que la primera patente que tuvo por objeto un sujetador moderno fue la presentada por Mary Phelps Jacob, una mujer habitual en la vida social de Nueva York. Ante la imposibilidad de combinar el corsé y un vestido de reciente adquisición, Mary Phelps combinó dos pañuelos de seda y una cinta para dar lugar al primer sujetador moderno. La patente fue concedida el 3 de noviembre de 1914 con el número US1115674.

Patente US1115674 de Mary Phelps

La inmigrante rusa Ida Rosenthal inventó las copas y un sistema de asignación de tallas, según la constitución de la usuaria. A partir de la segunda guerra mundial su uso se popularizó y en la década de los 60 fue objeto de la ira de las feministas, las cuales lo consideraban como un objeto patriarcal que reducía a las mujeres al papel de un objeto sexual. La década de los 90 vio el lanzamiento y éxito de los sujetadores tipo “wonderbra” ® destinados a realzar el busto femenino, aún cuando ya en 1963 se había publicado la primera patente de un sujetador de ese tipo, siendo la inventora la canadiense Louise Poirier.

 

Patente CA877604 de Louise Poirier

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