EL TRANSBORDADOR DEL NIÁGARA Y SU INVENTOR: LEONARDO TORRES QUEVEDO

Hoy se cumplen 100 años de la inauguración en pruebas del primer teleférico para personas construido en Norteamérica: el Niagara Spanish Aerocar, sobre el río Niágara en Canadá. 

Este transbordador fue inventado y patentado por Leonardo Torres Quevedo y construido por la empresa española Sociedad de Estudios y Obras de Ingeniería, bajo el nombre de The Niagara Spanish Aerocar Limited.  

Leonardo Torres Quevedo fue un ingeniero y polifacético inventor español, nacido en Santa Cruz de Iguña, Santander, en 1852. Uno de los primeros campos en los que trabajó Torres Quevedo fue el de los transbordadores, debido, quizá, a la experiencia que adquirió trabajando con su padre, también ingeniero de caminos, en los Ferrocarriles del Noroeste, estudiando modos de salvar grandes pendientes.

A finales del siglo XIX existían algunos transbordadores utilizados para superar desniveles, valles,… Estos transbordadores básicamente consistían en un cable, con los extremos fijos a las orillas, en el que se colocaba la carga, que podía ser arrastrada por un segundo cable. La tensión del cable dependía del peso que llevara y de la posición de la carga a lo largo del recorrido, siendo el riesgo de rotura muy elevado. Esta falta de seguridad limitaba el uso de los transbordadores al transporte de materiales. 

Torres Quevedo imaginó unos transbordadores seguros para poder transportar personas, principalmente con un objetivo turístico, y en ello se centraron sus investigaciones y trabajos que dieron como resultado varios funiculares. Así, en 1885 construyó el primero de ellos en su casa en Molledo (Santander) y poco después otro en el cercano río León. Más tarde, en 1907, construyó en San Sebastián el funicular del Monte Ulía, el primero en transportar personas. Otros modelos funcionaron en Francia y Brasil, y en 1915 creó el más famoso de todos: el “Spanish Aerocar” de las cataratas del Niágara, nuestro protagonista del día. 

La base de los transbordadores de Torres Quevedo es el reparto de la carga en varios cables sometidos a tensión constante mediante contrapesos. De este modo, en caso de rotura de uno de los cables, la carga se vuelve a repartir entre los cables restantes, los cuales mantienen su tensión y, por lo tanto, no hay riesgo de más roturas.

 

Las patentes del transbordador:

 

Leonardo Torres Quevedo presenta la primera solicitud de patente para su transbordador el 9 de septiembre de 1887 en Alemania. Ese mismo mes, el día 17, presenta la solicitud en España con el título “Un sistema de camino funicular aéreo de alambres múltiples”, en la Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio, otorgándole el número de patente 7.348. Posteriormente la presentaría en Estados Unidos, Francia, Italia, Canadá y Austria.

 Años más tarde solicita nuevas patentes para las mejoras de su transbordador: “Un nuevo sistema de transbordadores”, patente número 42.237, presentada el 17 de diciembre de 1907 y “Enganche y freno automático para transbordadores aéreos”, patente número 59.627, presentada el 22 de enero de 1915.

 

El transbordador del Niagara:

 

El Niagara Spanish Aerocar une dos puntos de la orilla canadiense del río Niágara: sale de la estación de Colt’s Point y llega a la estación de Thompson’s Point, en un trayecto que dura unos 10 minutos, a una altura de 76 metros sobre el río. En su recorrido el transbordador recorre 550 metros sobre un paraje conocido como El Remolino (The Whirpool) y llega a entrar en varias ocasiones en territorio estadounidense. La barquilla tiene capacidad para 35-40 pasajeros y realiza su trayecto a una velocidad de 7 km/h. 

Sin embargo, éste no fue el primer emplazamiento elegido por Torres Quevedo. Dado su interés por el sector turístico, el proyecto inicialmente fue concebido para que el transbordador fuera de una orilla a otra de las cataratas, un recorrido mucho más interesante desde el punto de vista del viajero. El hecho de que en este caso una estación estuviera en Canadá y la otra en Estados Unidos, implicaba diversos problemas difíciles de solventar, como, por ejemplo, el paso por las aduanas. Por ello, como segunda opción, se optó por el actual emplazamiento: 4 kilómetros aguas debajo de las cataratas, en el “Whirlpool”. De este modo, el viajero subiría y bajaría en Canadá y, únicamente, unos metros de cables pasarían por una zona pequeña de Estados Unidos. 

Si la firma del proyecto no fue fácil, la construcción y puesta en funcionamiento del transbordador tampoco. Todas las partes del transbordador se fabricaron en España y se transportaron hasta Canadá, en medio de la Primera Guerra Mundial, donde se montó el funicular bajo la dirección de un hijo de Torres Quevedo: Gonzalo Torres Polanco. Finalmente, el transbordador fue inaugurado en pruebas el 15 de febrero de 1916 y meses más tarde, el 8 de agosto, tuvo lugar la inauguración oficial. 

En estos 100 años de funcionamiento el transbordador ha sufrido varias reformas, la última en 1984 cuando se pintó la barquilla con la bandera española. Estas mejoras, junto con un diseño inicial excelente, han sido suficientes para que el “Spanish Aerocar” haya trasladado a millones de pasajeros sin haber sufrido ningún percance. Por lo que se puede concluir que el objetivo de seguridad de Torres Quevedo se ha cumplido.

Otros inventos de Torres Quevedo:

 

 Torres Quevedo revolucionó el sector de los funiculares con sus inventos, pero no fue el único sector en el que trabajó. Siguiendo en el aire, diseñó y patentó el primer dirigible español, comercializado como “Astra-Torres” (patente número 38.692, solicitada el 11 de julio de 1906), que solucionaba la suspensión de las barquillas en los dirigibles flexibles. Para ello incluía un armazón de cables tensados que aportaban rigidez una vez hinchado el dirigible, pero que podían plegarse para recoger y transportar por tierra el dirigible o guardarlo. Su patente fue comprada por la empresa francesa Astra, reservando para el inventor los derechos en España. Torres Quevedo diseñó y patentó un segundo dirigible, el Hispania (patente número: 70.626, solicitada el 11 de agosto de 1919), preparado para realizar la primera travesía aérea del Atlántico, si bien no se llegó a producir.

 Con objeto de probar sus globos sin recurrir a personas inventó el “Telekine”, cuya patente “Un sistema denominado “Telekine” para gobernar a distancia un movimiento mecánico” solicitó el 10 de junio de 1903 (patente número 31.918). El Telekine consistía en un autómata que recibía órdenes por ondas de radio y las ejecutaba. Con él Torres Quevedo fue capaz de manejar a 2 kilómetros de distancia una barca de 8 personas por la ría de Bilbao.

 El desarrollo de las máquinas algebraicas y los autómatas también sufrieron una revolución gracias a la mente de Torres Quevedo. En una primera etapa, desde 1893 hasta 1900 aproximadamente, se dedicó a la construcción de máquinas analógicas de cálculo capaces de resolver ecuaciones. Construyó tres tipos de máquinas de calcular, todas ellas basadas en los trabajos publicados entre 1895 y 1901, cuyo funcionamiento se basaba en un novedoso “husillo sin fin” capaz de resolver logaritmos.

 En 1900 comenzó sus trabajos sobre la Automática, que culminó con la memoria titulada “Ensayo sobre Automática. Su definición. Extensión teórica de sus aplicaciones”, publicada en 1914. Su autómata más famoso fue ‘El ajedrecista’, construido en 1912. “El ajedrecista” jugaba una partida de “rey contra rey y torre”, reaccionando a los movimientos del oponente humano y revisando sus jugadas para verificar que no se le hacía trampas, todo ello utilizando electroimanes.

 Por último, otros inventos patentados por Torres Quevedo fueron: la “Binave” (patente número 63.383), los enclavamientos ferroviarios (patente número 66.560), sus Máquinas de Escribir, cuyas solicitudes de patente presentó entre diciembre de 1921 (patente número 80.121) y noviembre de 1923 (patente número 87.428); la máquina de paginación de libros (patente número 99.177); el puntero proyectable (patente número 116.770) y el proyector didáctico (patente número 117.853).

 

 Más información:

 

1. En torno a Leonardo Torres Quevedo y el Transbordador del Niágara / Fundación Esteyco.- Madrid: Fundación Esteyco, 1995.

2. Leonardo Torres Quevedo. Conmemoración del sesquicentenario de su nacimiento (1852) / González Posada, Francisco (editor).  Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, S.A., 2003. 

3. Leonardo Torres Quevedo : protagonistas de la aeronáutica / González Redondo, Francisco A..- Madrid: AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea). Centro de Documentación y Publicaciones, D.L. 2008. 

4. Patentes de Invención de Don Leonardo Torres Quevedo / RPI (Registro de la Propiedad Industrial) (aut.).- Madrid: RPI (Registro de la Propiedad Industrial), D.L. 1988.

 

Compartir:

Un comentario

Deja un comentario