Las otras facetas de la química

Como una de las acciones relacionadas con el Año Internacional de la Química, la edición de septiembre de la revista Nature Chemistry publica un dossier con siete artículos abordando aspectos de la química más allá del trabajo en el laboratorio, de las tareas de invstigación (Chemistry Beyond the Bench). La motivación de esta iniciativa es reflexionar sobre aspectos de la química con la sociedad; incidiendo en la poca apreciación que la gente tiene por la química a pesar de los múltiples beneficios que le proporciona.También se reflexiona sobre la transmisión del conocimiento, la educación de los futuros químicos, las necesidades de la industria química y las posibilidades de la mujer en la carrera investigadora en química.

Como se menciona en el editorial, la química ha logrado grandes cosas en el pasado siglo, siendo responsable de los avances que disfruta nuestro mundo moderno; pero si queremos que la química tenga un futuro global y sostenible en los próximos 100 años, se tiene que mejorar en aspectos como la comunicación, educación y accesibilidad.

Para lograr estos objetivos, los profesionales de la química debemos hacer todos los esfuerzos necesarios.

El dossier es de acceso libre durante el mes de septiembre. Se puede descargar aquí. A continuación se comentan los artículos.

Sex and the citadel of sex. Escrito por Michelle Francl. La autora reflexiona sobre el papel que la mujer tiene en el desarrollo de la química y como se valora su trabajo. Aunque ya han pasado 100 años desde el Premio Nobel de Química a Marie Curie, sólo otras tres mujeres más lo han conseguido: su hija Irene Joliot-Curie (1935), Dorothy Crowfoot-Hodgkin (1964) y Ada Yonath (2009). Evidentemente, un resultado escaso para los muchos méritos y actividades de las mujeres en química.

Communicating chemistry for public engagement. Escrito por Matthew R. Hartings y Declan Fahy. El artículo destaca la importancia de comunicar la química a la sociedad, principalmente para contrarrestar la extensa quimiofobia social. Esta quimiofobia es debida principalmente al desconocimiento que el público tiene de los logros alcanzados pro la química y, en parte, es debido a la actitud y dejadez de los quimicos explicando nuestra ciencia.

The two faces of chemistry in the developing chemistry. Escrito por C. N. R. Rao. El autor investiga en la India y explica la situación de la investigación de la química en los países emergentes. Se concluye que la química, como una parte del conocimiento humano, debe ser desarrollada adecuadamente en estos países (y en todos los del mundo) pues es una necesidad para el bienestar de la humanidad.

From crazy chemists to engaged learners through education. Escrito por David K. Smith. Se comienza discutiendo la imagen que de los químicos se da en los medios de comuniacación, especialmente en televisión y especialmente dirigidas a la juventud; que muchas veces es una imagen deformada de la realidad. Para combatir esta situación, se incide en la necesidad de educar convenientemente a los jóvenes.

The changing landscape of careers in the chemical industry. Escrito por Keith J. Watson. Se hace una breve presentación de los cambios experimentados por la industria química en las últimas décadas, desde aspectos como la globalización a la focalización en la producción de sustancias química altamente especializadas. Se discute las necesidades que actualmente tiene la industria química y la formación que debe tener el químico trabajando para la industria.

Minerals go critical. Escrito por Roderick G. Eggert. La tecnología está requiriendo que los químicos investiguen las aplicaciones de compuestos de prácticamente todos los elementos del sistema periódico. Las fuentes de éstos son los minerales. En los últimos años se está temiendo que su suministro no esté asegurado o su precio aumente considerablemente. Sin duda, estos aspectos son estratégicos en nuestro desarrollo futuro.

Getting physical to fix pharma. Escrito por P. R. Connelly, T. M. Vuong y M. A. Murcko. Se discute la situación actual de la industria farmacéutica. Todos sabemos que es un sector en crisis en parte porque no se consiguen nuevas entidades químicas que puedan convertirse en fármacos; aunque se sigue invirtiendo mucho dinero en la síntesis de nuevas moléculas y en los ensayos biológicos. Los autores proponen estudiar más detalladamente las propiedades químico-físicas de las moléculas para facilitar el desarrollo de nuevos fármacos.

En definitiva, se abordan aspectos interesanetes relacionados con la química, aunque he echado en falta algún artículo más, como por ejemplo el futuro de los jóvenes químicos en carreras académicas, los problemas de conseguir financiación por parte de las agencias oficiales, o la inflación científica; es decir, ¿por qué se publica tanto?, la inmensa mayoría artículos irrelevantes, ¿por qué se están retirando tantos artículos publicados?, especialmente en revistas de muy alto índice de impacto.

Bernardo Herradón-G.

CSIC

herradon@iqog.csic.es

 

Compartir:

3 comentarios

  1. Buenas tardes y gracias por el resumen de estos siete artículos, alguno procuraré leer.
    Es curioso, pero me ha llamado la atención eso de la inflación científica (aspecto que también considero que falta por ser una de las otras caras de la Química). No sé por qué motivo se publicará tanto pero tengo mi teoría (me referiré a España, pues de ahí son mis ejemplos). Tanto tienes, tanto vales, y la moneda de cambio científico es el número de «papers» (entre otras cosas). A veces me sorprende que mis colegas (por encima y por debajo de mi situación) me pregunten cuantos tengo. En la Universidad, si la ANECA te da la acreditación para «Profesor Talycual», siempre preguntamos (me incluyo) para tantear el futuro: ¿cuántos trabajos llevabas? En las comisiones de contratación se mide por número papeles a los aspirantes, los sexenios y complementos autonómicos (que llevan sin salir en algunas comunidades) se mide el curriculum investigador por número de papeles. Cuando invitamos a alguien a dar una charla, entre otras bondades, se alaba el número de papeles del señor en cuestión. Y me imagino que así es en muchos tantos otros sitios. Si bien no es lo único, el sistema considera que el número de trabajos en revistas de alto impacto es fundamental para medir la calidad de la investigación.
    La cosa es que hay tantas revistas, tantos volúmenes, tantos trabajos por volumen… Se lanzan los trabajos aún calentitos. Imagínense en los países emergentes, compitiendo por estar en este mercado editorial.
    La maquinaria está en marcha, ¡a ver quién es el guapo que se baja ahora! Es nuestra vara de medir y si la cambiamos, aunque sea por si acaso, seguiremos publicando. No obstante, he de reconocer, que el número de trabajos es al menos «tangible», o por lo menos se pueden contar. Y el ser humano necesita medirse constantemente (si no, no habría peleas).
    Bueno, les dejo con mis divagaciones, es que acabo de salir de una reunión informal donde se estaban contando trabajos publicados y me acordé de esta entrada.
    Un saludo y enhorabuena por el blog en general y por este post en particular.

  2. Estimado José,
    Gracias por el comemtario.
    El problema es que nadie lee nada (ya lo apunté en el post http://www.madrimasd.org/blogs/quimicaysociedad/2010/06/14/131781) y sólo valoramos lo que se publica por el índice de impacto (IF) de donde se publica y este es un dato estadístico que tiene unas características determinadas; por ejemplo, las revistas que publican artículos originales y revisiones tiene índices de impacto más alto debido a la sobreestimación debidaa a mayor número de citaciones de las revisiones. Recientemente hubo un caso curioso, que también comenté en el blog (http://www.madrimasd.org/blogs/quimicaysociedad/2010/06/25/131817), sobre la revista Acta Crystallography A, que incremetó su IF por 25, pasando de 2 a 50; y solo porque Sheldrick publicó un artículo que toda la comunidad de cristalógrafos esperaba. Se puede comprobar que hay artículos en revistas con el máximo IF del área de química que no han sido citadas nunca.
    Además, está el problema de las editoriales, que no hay que olvidar que son un negocio que quiere ganar dinero e influencia.
    Las universidades más importantes del mundo no contratan a sus profesores sólo por el número de artículos publicados, sino por lo que hay en ellas y por lo que puedes aportar en el futuro (fuentes de financiación, proyectos originales y de riesgo, etc.)
    Sinceramente, no sé cuantas publicaciones tengo; pues nunca me he preocupado de este dato numérico. Mi CV es público, se puede descargar aquí (http://www.losavancesdelaquimica.com/blog/2010/10/10/investigacion/grupo-peparo/bernardo-herradon_cv/). Para mí, el número de publicaciones no indica nada. No me gusta fragmentar ni repetir resultados; eso me lleva a publicaciones larguísimas; pero no estoy arrepentido de no haber fragmentado resultados ni haber publicado 2 ó 3 veces las cosas.

  3. Buenas noches, no conocía sus entradas antiguas. Como descubrí su blog hace poco, no he seguido los temas anteriores. Después de leer los dos post veo que coincidimos, tampoco creo que sea buena la presión por publicar en revistas e alto IF. Ya algún catedrático de mi área me ha aconsejado trabajar a gusto, procurar que el tema sea interesante y publicar solo donde sea oportuno y lo que sea oportuno. Si no, la ciencia pierde su sentido, o más bien el científico pierde el norte.
    En cuanto a que nadie lee nada, le podría contar algún ejemplo, como el de un trabajo de análisis de minerales que cita a otro sobre análisis de aguardientes anisados, y es que por ahí deben pensar que nos bebemos hasta las piedras.
    Bueno, gracias por contestar mis comentarios.
    Hasta pronto

Deja un comentario