El Deterioro Cognitivo Leve bajo una nueva perspectiva

Un equipo de once investigadores del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid  formado por médicos, neuropsicólogos, ingenieros, físicos y matemáticos, ha dedicado parte del último año a intentar comprender, desde un nuevo punto de vista, cómo el deterioro cognitivo leve (DCL) influye en la compleja red de interacciones entre diferentes zonas cerebrales.

Esta enfermedad se manifiesta mediante pérdidas severas de memoria, tales como no recordar el camino de vuelta a casa o la pérdida repentina del hilo de una conversación. Aunque los individuos que sufren DCL pueden realizar la mayoría de las tareas cotidianas, un porcentaje muy elevado (entre el 10 y el 15% cada año) acaba desarrollando Alzheimer. Es por ello, que la comprensión de esta enfermedad, y sobre todo su evolución, preocupa significativamente.

El trabajo parte inicialmente de medidas de la actividad cerebral de un grupo de pacientes con DCL mediante magnetoencefalografía. Esta técnica permite medir con una alta resolución temporal el campo magnético generado por millones de neuronas situadas en la zona cortical (la más externa) del cerebro. Concretamente, se estudió dicha actividad durante una tarea de memoria, en la que los pacientes debían recordar una serie de letras que se les habían presentado con anterioridad. Seguidamente, se realizó el mismo tipo de experimento en un grupo de sujetos sanos, con el objetivo de comparar los resultados con un grupo de control.

La principal novedad de este trabajo radica en el método de análisis de las mediciones experimentales. Se obtuvieron las redes funcionales cerebrales de todos los sujetos mediante el cálculo de la sincronización entre las distintas zonas cerebrales. Los nodos de la red se correspondían con las diferentes zonas de la corteza cerebral, y las conexiones entre ellas dependían de la forma e intensidad en que estaba sincronizada la actividad electromagnética entre dichas zonas.

 


Fig.1.- Red Funcional de un paciente con Deterioro Cognitivo Leve.

Una vez obtenida la red compleja, su análisis topológico reveló resultados muy interesantes. En primer lugar, se observó que diferentes parámetros de red (camino medio, clustering, alcance, etc…) permitían diferenciar entre los sujetos de ambos grupos (pacientes y controles). Es decir, mediante el análisis topológico de la red funcional se podía detectar qué individuos habían desarrollado la enfermedad y cuáles no, con la suficiente bondad estadística.

Sin embargo, ¿qué nueva información se podía obtener sobre el Deterioro Cognitivo Leve? Es aquí donde el estudio realizó mayores avances. Por un lado, se observó que la red funcional de los sujetos que habían desarrollado la enfermedad se volvía mucho más activa, pero curiosamente lo hacía de manera aleatoria. Una de las sorpresas más significativas fue observar cómo las conexiones a larga distancia se incrementaban más de lo esperado, lo cual reducía el carácter modular de la red funcional.

El cerebro basa su funcionamiento en la combinación de un proceso de segregación de la información (determinadas zonas realizan determinadas tareas) más un proceso de integración (la información se comparte entre varias zonas). Los resultados del estudio mostraron cómo se rompía el sutil balance entre integración y segregación, aumentando en exceso las conexiones funcionales entre lóbulos y diluyendo, de esta manera, el carácter modular de la red.

Este tipo de técnicas de análisis, que se han empezado a utilizar en los últimos años, prometen aportar nuevos puntos de vista sobre distintas enfermedades cerebrales. En el Centro de Tecnología Biomédica de la UPM ya se está trabajando en cómo ligar los resultados obtenidos con la aparición de la enfermedad de Alzheimer en pacientes con DCL.

 

Artículo completo en www.plosone.org:

“Reorganization of Functional Networks in Mild Cognitive Impairment”, J.M. Buldú, R. Bajo, F. Maestú, N. Castellanos, I. Leyva, P. Gil, I. Sendiña-Nadal, J. A. Almendral, A. Nevado, F. del Pozo and S. Boccaletti, PLoS ONE 6(5): e19584. doi:10.1371/journal.pone.0019584.

 

 

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2 comentarios

  1. Una prueba más de que necesitamos más física y matemáticas en las ciencias aplicadas! Esperemos que los resultados tengan aplicaciones médicas.

    Un saludo y gracias por la información.

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