Agua del Ebro para paliar la sed de los barceloneses (II)

En la primera parte de este artículo se exponían las medidas que había adoptado el ejecutivo central y el de la Generalitat para afrontar la estrepitosa sequía de la cuenca interior de Barcelona, que tenía su «punta de lanza» en decreto-ley que regula el trasvase mediante la «tubería del Ebro» desde Tarragona a la ciudad condal. También se analizaron las voces discrepantes, la de los inmediatos damnificados, los regantes y habitantes de la comarca de la Ribera del Ebro.

[Ernesto Simón Camacho. Grupo de Fisicoquímica de Procesos Industriales y Medioambientales, FQPIMA. Universidad Complutense de Madrid.]

Cuando todo parecía listo para sentencia, los mandatarios políticos  ya habían sellado el real decreto-ley, el proyecto y los contratos de obra estaban adjudicados, las tierras de transcurso del mismo expropiadas, los defensores del Ebro  desamparados,….Y apareció la lluvia, que durante el mes de mayo y lo que llevamos de junio ha sido generosa sobre Cataluña.  Estas señal del cielo, en forma de lluvia, ha alentado y ha dado mucho más ímpetu a la Plataforma por la Defensa del Ebro (PDE), que se ha manifestado con una movilización social que no se veía desde la oposición al Plan Hidrológico Nacional, y ha a exhortado a mayor  voz la paralización de la ‘tubería’. Sumado al apoyo del Gobierno de Aragón (con el que no contaban hasta la aparición de la lluvia), y la medida tomada por el Gobierno Catalán, obligado por la presión ciudadana y de la oposición, de salir del nivel de excepcionalidad II; con todo esto la derogación estaba  clara y era indefendible mantener este decreto, así el ejecutivo central toma voz y da carpetazo al asunto argumentando que la emergencia ha llegado a su fin. Por lo menos la derogación será con la misma urgencia con la que se aprobó.  

Ahora el Parlament es el encargado de juzgar la gestión de la sequía durante estos últimos meses. La oposición pide la dimisión del Conseller de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, al que califican de gestión nefasta, y razón llevan, porque se le puede reprochar errores en algo tan importante como la información y la participación pública. El President, José Montilla, que apoya  incondicionalmente al Conseller, se desmarca argumentando que no quería el trasvase ni antes ni ahora, y es que Baltasar se queda solo «bailando con la más fea’’.

El objetivo original de este artículo en su segunda parte era de comentar las alternativas posibles al trasvase del Ebro para paliar la sequía en la cuenca interior de Cataluña. Visto como se han desarrollado los acontecimientos en los últimos meses con la aparición de las lluvias y el llenado de los embalses, los dirigentes políticos han decidido descartar el transvase y sus alternativas.  No obstante, se van citar las posibilidades que surgieron para solucionar la sed de Barcelona.

La gran planta de ósmosis inversa del Llobregat, en construcción, que ofrecerá 200.000 metros cúbicos al día, por desalación de aguas marinas o del acuífero, no llegaba a tiempo para resolver la angustia de los barceloneses. En primer lugar se pensó en un transvase desde el Alto Segres (cuenca del Ebro) al Llobregat (cuenca interior catalana). Pero este río también comenzó a  notar las consecuencias de la sequía y su caudal disponible no le permitía ofrecer al Llobregat.  Tampoco llegaba a tiempo el transvase del Ródano, que además ascendía el precio del metro cúbico de agua por encima de 3-4 euros. Entretanto, desde Carboneras llegaban barcos con agua desalada para aliviar la sequía, pero además de insuficiente, con la planta desaladora a pleno funcionamiento, el transporte encarecía el metro cúbico. De la misma manera, traer el agua en barco desde el sur de Francia, donde no está sujeta a ninguna planta, encarecía el metro cúbico de agua a los 5 euros.  Desde otros puntos geográficos  de España, se insistía en seguir el ejemplo de Sevilla, que para paliar la sequía de hace años bastó con ofrecer 7 pesetas por metro cúbico a quienes cedieran agua, los regantes.

Mientras el clima, con las lluvias de las últimas semana, han dado un respiro a la cuenca catalana, ahora surge el interrogante de si acecha una nueva sequía y Barcelona podrá soportarla, quizás en ese momento la planta desaladora de Llobregat cubra toda la demanda o se vuelva a un agrio debate entre las diferentes facciones políticas sobre que mejor infraestructura es la más conveniente.  


 

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Un comentario

  1. Saludos considere la a por arroba, agradecere enviarme mayor informacion sobre las plantas desalinazadcoras, muy interesante el tema.

    Le estare agradecido

    Muchas Gracias

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