¿Por qué consumimos agua embotellada?

Las preferencias de los españoles sobre el consumo de agua del grifo ó embotellada depende de la región en la que vivan. En general España ocupa el quinto lugar en el consumo de agua mineral en el mundo. De los 250 litros de bebidas sin alcohol que consume un español al año, aproximadamente la mitad corresponde al agua de bebida envasada, principalmente porque el agua embotellada no tiene las calorías de los refrescos y puede utilizarse como sustituto de otras bebidas.

[CyPS-UCM-Grupo de Catálisis y Procesos de Separación]

En general, a la mayoría de los españoles no le gusta el sabor que tiene el agua del grifo. A pesar de ello muchos la consumen habitualmente, directamente del grifo o  filtrada previamente antes de beberla.

Al contrario de lo que mucha gente piensa, el consumo de agua embotellada no depende ni del nivel de renta, ni si la zona es turística o si hace demasiado calor, sino, de la dureza o suavidad del agua de grifo.

Así, las zonas de España donde los suelos calcáreos hacen aguas muy mineralizadas (la parte oriental) son las que más consumen agua embotellada, siendo este consumo menor en aquellas zonas con aguas más blandas. Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Murcia y Aragón son las provincias con los consumos más altos. Por el contrario algunas de las comunidades más ricas, como Madrid, País Vasco o Navarra, son las que menos consumen. El excesivo calor tampoco parece ser una excusa ya que Baleares supera en consumo a todas las provincias andaluzas.

Casi todas las personas atribuyen mala calidad del agua e incluso problemas sanitarios a las aguas duras, cuyo alto contenido de minerales y de sales disueltas les proporciona sabor, convirtiéndose en la principal razón del consumo de agua embotellada.

No obstante, hay que tener en cuenta que el agua embotellada gana adeptos principalmente por comodidad e incluso porque el agua embotellada no tiene las calorías de los refrescos y puede utilizarse como sustituto de otras bebidas. Sobre el consumo per capita, de los 250 litros de bebidas sin alcohol que consume un español al año, aproximadamente la mitad corresponde al agua de bebida envasada.

La producción española de agua mineral es de 5.637 millones de litros de los que el 95,68 por ciento corresponde a la variedad de minerales naturales; el 2,37 por ciento, a las de manantial, y el resto, a potables preparadas. El sector mantiene un crecimiento «sostenido» según los representantes de Aneabe Asociacion Nacional de Aguas de Bebidas Envasadas durante la presentación del «Libro Blanco de las Aguas de Bebidas Envasadas».

Italia es el primer consumidor mundial per cápita y España ocupa el quinto lugar. Un español bebe por término medio 125 litros al año de agua embotellada, frente a los 192 litros de los italianos y los 99 de los estadounidenses. Hay que tener en cuenta que cada español gasta diariamente 220 litros de agua del grifo, lo que supone un gasto anual per capita de unos 80.000 litros.

No obstante, el principal inconveniente de tener que consumir agua embotellada según las encuestas, es el gasto que supone, seguido de la contaminación que generan los envases y el tener que cargar con las botellas. Si se desglosan estos datos por edades, los jóvenes se preocupan más por su bolsillo, los adultos por el medio ambiente y los mayores por el dolor de espalda que les produce el transporte de las botellas.

Queda claro por tanto que los dos mayores inconvenientes que tiene el consumo de agua embotellada son el impacto medioambiental y el precio de la misma, como se ha comentado en multitud de ocasiones. La extracción, el envasado, el transporte y la posterior eliminación de las botellas vacías provocan el aumento de residuos y el consumo de grandes cantidades de recursos energéticos. Los españoles son plenamente conscientes de esto ya que siete de cada diez consideran que el consumo de agua embotellada perjudica el medioambiente.

En cuanto al precio, se está pagando hasta 5.000 veces más por cada litro de agua embotellada de lo que se paga por el agua de grifo; de hecho, por el mismo precio de una botella de agua, una persona podría disponer de 3.000 litros de agua de grifo. En este sentido, un 58% de los españoles gasta hasta 10 € al mes en agua embotellada. Por su parte, los valencianos aumentan la media ya que ellos gastan más de 20 € al mes.

Al contrario de lo que ocurre en el resto de Europa, las aguas sin gas representan la gran mayoría de la producción (más del 90 %),  mientras que las aguas con gas sólo suponen un valor inferior al 4%.

No se sabe si los gustos de los españoles evolucionarán en el futuro acercándose más a las preferencias de los otros consumidores europeos.