Tenemos la imperiosa necesidad de utilizar adecuadamente los medios naturales que ofrece el planeta

El Informe Planeta Vivo presentado por el Fondo Mundial para la Naturaleza  incluye por primera vez la “huella hídrica”, variable que analiza el consumo de agua por persona, situando a España en la quinta posición a escala mundial. El estudio que se publica cada dos años, se ha convertido desde 1998 en un termómetro preciso de la capacidad de la Tierra para continuar siendo un “planeta vivo”. Para asegurar el bienestar de la humanidad es necesario encontrar la forma adecuada de vivir con los medios que ofrece el planeta.

[CyPS-UCM-Grupo de Catálisis y Procesos de Separación]

Recientemente, ha sido presentado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wide Fund for Nature, WWF ) el Informe Planeta Vivo 2008, una publicación que analiza la salud del planeta, que se elabora en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL) y la Red de la Huella Global (GFN) y que se publica cada dos años. Este estudio se ha convertido desde 1998 en un termómetro preciso de la capacidad de la Tierra para continuar siendo un “planeta vivo”.

En el Informe Planeta ViVo presentado, se han utilizado los indicadores de la Huella Ecológica y del Indice Planeta Vivo que evidencian el preocupante descenso de la diversidad biológica y la incapacidad del planeta para abastecer nuestro desmedido nivel de consumo. El Informe Planeta Vivo incluye por primera vez la “huella hídrica”, variable que analiza el consumo de agua por persona.

En el año 2002, Arjen Hoekstra acuñó el término de «huella hídrica» para obtener un indicador que relacionara el agua con el consumo de la población. De esta manera, la huella hídrica de un país (o industria, o persona) se define como el volumen de agua necesaria para la producción de los productos y servicios consumidos por los habitantes de dicho país (o industria, o persona).

Para calcular la huella hídrica de los países se toman en cuenta varios factores: el volumen total del consumo (nivel de riqueza del país), los patrones de consumo de agua (un país que consuma mucha carne tendrá mayor huella que un país con tendencia a no comer carne; asi como un país que consuma más productos manufacturados industrialmente tendrá una mayor huella hídrica). El clima también es relevante, porque en regiones más calurosas (donde el agua se evapora más rápido) se necesita mayor cantidad de agua para los cultivos. Los países con una huella hídrica mayor son, obviamente, los países más desarrollados y con más presencia de comercio internacional: Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia, España, Portugal y Grecia.

El indicador correspondiente a la Huella Hídrica complementa la información sobre el estado de la naturaleza y, en el caso de España, revela datos preocupantes. De hecho, nuestro país ocupa el quinto puesto a escala mundial en “huella hídrica”, es decir, en el volumen total de agua usada globalmente para producir bienes y servicios consumidos por los ciudadanos.

La huella hídrica aborda también la importancia del agua utilizada como materia prima en la producción. Por ejemplo, se necesitan 2.900 litros para fabricar una camiseta de algodón, un par de zapatos de piel requiere en su fabricación 8.000 litros de agua, una bolsa de patatas fritas 185 litros, una hoja de papel A4 10 litros, etc.   

Como media, cada persona consume 1,24 millones de litros de agua al año (la mitad de una piscina olímpica), aunque esto varía desde 2,48 millones de litros, por persona y año, en EEUU, a los 619.000 litros, en Yemen.

Por otra parte, el Índice Planeta Vivo, medida obtenida del estudio de la evolución de 5.000 poblaciones de 1.686 especies, ha descendido un 30 por ciento desde 1970. Esta dramática pérdida de nuestra riqueza natural está provocada principalmente por la deforestación y la transformación de los usos del suelo en los trópicos (el IPV Tropical ha disminuido un 51 por ciento).

Otros factores que atentan contra la biodiversidad son los impactos de los embalses, los trasvases y el cambio climático sobre las especies de agua dulce (cuyo IPV ha sufrido un descenso del 35 por ciento). De igual forma, la contaminación, así como la pesca destructiva en los ecosistemas marinos y costeros, figuran entre las amenazas de las especies marinas.

James Leape, Director General de WWF, ha hecho un análisis de la situación actual: “El mundo está preocupado por las consecuencias de haber sobrevalorado sus recursos financieros. Sin embargo, lo que realmente amenaza a la sociedad es la crisis del crédito ecológico causada por infravalorar el capital ambiental, base de la supervivencia y la prosperidad.” Y Leape añade: “Muchos de nosotros mantenemos un estilo de vida y un crecimiento económico gracias al uso y la extracción del capital ecológico de otras zonas del planeta. Si nuestras demandas continúan a este ritmo, a mediados de 2030 necesitaremos el equivalente a dos planetas para conservar este estatus”.

Asimismo, el informe incorpora una serie de soluciones clave, llamadas “cuñas de sostenibilidad”. Según WWF, combinándolas podrían estabilizar, e incluso revertir, la tendencia alarmante hacia una mayor deuda ecológica y el desabastecimiento de nuestras fuentes naturales de recursos. “Si el ser humano tiene la voluntad, encontrará también la forma de vivir con los medios que ofrece el planeta, asegurando a la vez el bienestar de la humanidad y los ecosistemas de los que depende”.

 

Compartir:

Deja un comentario