Fukushima: qué hacer con el agua contaminada

En los últimos días en la central de Fukushima se han vertido al mar de más de 10.000 toneladas de agua con niveles de radiación en órdenes de magnitud por encima de los límites de vertido. El agua procede de la refrigeración a la que han sido sometidos los núcleos de los reactores dañados y el combustible gastado. En la gestión del agua contaminada de la central nuclear de Fukishima confluyen dos dificultades: la imposibilidad de destruir los radionucleidos que provocan la contaminación y las dificultades para trabajar en la zona y construir una planta de tratamiento adaptada a la magnitud del siniestro.

[Grupo de Procesos y Sistemas de Ingeniería Ambiental, Universidad Autónoma de Madrid]

En los últimos días se suceden las noticias sobre los altos niveles de radiactividad en el agua utilizada en la central de Fukushima para refrigerar los reactores dañados y el combustible gastado. Existe incertidumbre sobre las posibles filtraciones al subsuelo de la central del agua lanzada sobre los reactores, si bien se ha facilitado información en relación a diferentes puntos de la central en los que se han acumulado cantidades importantes de agua con una alta concentración de radioisótopos y niveles de radiactividad que dificultan su gestión.

Un de las medidas recientemente conocidas supone el vertido al mar de más de 10.000 toneladas de agua con niveles de radiación en órdenes de magnitud por encima de los límites de vertido. La medida ha recibido críticas importantes, si bien cabe preguntarse si es posible otra alternativa, o qué se puede hacer con el agua contaminada.

En la gestión del agua contaminada de la central nuclear de Fukishima confluyen dos dificultades. Por una parte está la propia naturaleza de la contaminación. Los radionucleidos liberados al agua que ha estado en contacto con los elementos combustibles del reactor y de la piscina de almacenamiento una vez gastado no pueden ser destruidos, a diferencia de otros contaminantes, como son los orgánicos o los biológicos. La gestión de las aguas contaminadas por radionucleidos pasa necesariamente por su separación y almacenamiento en un lugar seguro. Por otra parte, las posibilidades logísticas en el entorno de la central distan de ser las óptimas para abordar el problema con celeridad. Los niveles de radiación impiden el desarrollo del trabajo en condiciones seguras y no hacen viable la construcción de una planta de tratamiento de las aguas contaminadas. Tal construcción sería necesaria, pues si bien la central nuclear dispone de unidades de tratamiento de aguas para controlar la concentración de radionucleidos en los circuitos de refrigeración, sus dimensiones no permiten tratar los grandes volúmenes de agua contaminada acumulados desde el inicio del siniestro.

Desde el punto de vista técnico existen diferentes opciones para separar los radionucleidos disueltos en agua. Se trata de técnicas bien conocidas y aplicadas tanto al control de la calidad de aguas en la industria nuclear, como al tratamiento de aguas de consumo en zonas caracterizadas por altos niveles de radiactividad natural. Las técnicas más significativas para el caso concreto son:
– Coagulación. La adición de productos químicos tales como hidróxido sódico, sulfato de hierro, cal, fosfatos o polielectrolitos puede provocar la coagulación de un número importante de radionucleidos. No todos los radionucleidos son eliminados con la misma eficacia por los diferentes reactivos coagulantes, por lo que podrían ser necesarias diferentes etapas de separación en las que se adicionasen diferentes coagulantes. En todas estas etapas los radionucleidos quedarían separados en forma de lodos, que debería ser separado y precisaría de una gestión específica como residuo radioactivo.

– Intercambio iónico. Consiste en la retención de los radionucleidos sobre un sólido, habitualmente una resina, liberando al agua en su lugar un catión inocuo. Atendiendo a los niveles de radioactividad declarados en las aguas contaminadas y a su volumen, sería necesario el empleo de cantidades muy elevadas de resina. La resina usada cargada de radionucleidos constituiría también un residuo radiactivo.

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Un comentario

  1. Lo que se puede hacer en general con un agua contaminada radiactivamente no es objeto válido de un comentario o aportación a propósito del reciente accidente en Japón, sino de manuales elementales de ingeniería nuclear. El problema es que ese agua se ha echado al mar, sin más. ¿Dónde está ahora ese agua?. ¿Cómo se consigue llevarla hasta donde se le pueda dar el tratamiento adecuado?. ¿Qué precauciones hay que tomar y en qué zonas, respecto a la pesca?. ¿ …….. ?. Hay muchas cuestiones sobre las que aportar aclaraciones, ideas, noticias, etc….

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