Desigualdades sociales en salud en la Comunidad de Madrid (9): El crecimiento urbano e industrial (V): la construcción de la democracia y el urbanismo del desencanto

Por Javier Segura del Pozo

Médico salubrista

Continuamos hoy la serie sobre DSS en la Comunidad de Madrid, en la que en los últimos artículos (Madrid villa y corte Murallas, arrabales y conventosEl ensanche y los extrarradios , la pesada herencia del franquismo ),  hemos intentado comprender la actual segmentación socio-territorial a través de un recorrido histórico del  crecimiento urbansitico de la región. La llegada de la democracia a finales de los setenta vino aparejada al intento de dar un giro en el modelo heredado del franquismo. Los nuevos ayuntamientos democráticos y la recién creada Comunidad de Madrid, introdujeron nuevos criterios de planificación urbanística e hicieron un gran esfuerzo en crear infraestructuras y servicios colectivos (educativas, sanitarias, deportivo-culturales etc.), que evitaran en lo posible la constitución de nuevos guettos en las poblaciones mas vulnerables. Sin embargo, esta nueva racionalidad que trajo la democracia, no impidió que los desarrollos urbanísticos posteriores llevaran a una progresiva ocupación del territorio hasta constituir la actual gran conurbación de Madrid. La segmentación socio territorial siguió profundizándose, mediante el desplazamiento fuera de Madrid de los jóvenes a zonas socialmente diferenciadas. Los de clase más baja se mudaron al sur y a este y a la segunda corona metropolitana; y los jóvenes profesionales, de las clases medias y altas, se desplazaron a los municipios del noreste de la Comunidad. Éstos últimos cambiaron no solo su configuración urbanística y socio-económica, sino el sentido de su voto. Por otra parte, los años 80 fueron también los años de “la movida” y del desencanto con las expectativas que había levantado la democracia, especialmente entre las clases trabajadoras y los jóvenes. Aunque los servicios públicos crecieron de forma espectacular, intentando mejorar las oportunidades de vida (igualando el acceso a la formación, a la sanidad, a la cultura, etc.) de los más desfavorecidos, las desigualdades sociales persistentes y cierta desmovilización social, dieron paso a la cultura del “No Future” (no hay futuro) y a que medrara la plaga de la heroína como vía de escape de la dura realidad social. Fueron los años de la epidemia del SIDA que impactó en una generación de jóvenes madrileños que fue masacrada.

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 La autovía A-6 a su paso por el municipio de las Rozas, con sus tipicas urbanizaciones de chalets adosados. Al fondo se ve la sierra de Guadarrama. Fuente: www.navalcarbón.com  

 

Del Gran Madrid  al “territorio red metropolitano”

Si pudiéramos tener una vista de pájaro o de satélite veríamos como en  la entonces provincia de  Madrid de 1956, además de la ciudad de Madrid, que ya había absorbido los municipios limítrofes (constituyendo el Gran Madrid), el resto del territorio era eminentemente rural con escasos islotes urbanos. 

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Ocupación urbano-industrial 1956: Madrid ciudad + provincia rural con islotes urbanos. Fuente: José Manuel Naredo. “Resumen de mi trayectoria intelectual…” Scripta Nova . Vol. XII, núm. 270 (156), 1 de agosto de 2008

En 1980, sin embargo, merced a la ocupación del suelo agrícola para usos urbanos e industriales, ya se había configurado una 1ª y 2ª coronas metropolitanas urbanas. Es el llamado “territorio red metropolitano”[1],  debido al crecimiento en red siguiendo las carreteras nacionales y las de circunvalación, determinado además por la localización de los polígonos industriales. “El gran huevo frito” de la ciudad de Madrid esta rodeado de una corona de “huevos fritos” menores, separados por franjas no urbanizadas y por carreteras de circunvalación. El crecimiento “en capas de cebolla” hace que el precio de la vivienda dependa de la distancia a la ciudad de Madrid.

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Ocupación urbano-industrial 1980: Territorio red metropolitana (en gris ocupación 1956, en negro ocupación 1980). Fuente: José Manuel Naredo. “Resumen de mi trayectoria intelectual…” Scripta Nova . Vol. XII, núm. 270 (156), 1 de agosto de 2008

  

Los flujos radiales y las ciudades dormitorios

En el mapa siguiente tenemos el flujo de ocupados y estudiantes hacia el municipio de Madrid y desde el municipio de Madrid. 2001.  Ha sido el resultado del anteriormente mencionado crecimiento siguiendo la red radial de carreteras (1960-70). Se agudizó por el hecho de que durante 1980-90 se produjo una “huida” o desplazamiento fuera de la capital de las clases medias que buscaban zonas residenciales de mejor calidad, que no podía ofrecer la ciudad. Siguiendo el modelo de los suburbs ingleses se asentaron principalmente en los municipios del noroeste, principalmente alrededor de la autovía N-VI a La Coruña, y  también a lo largo de la C-607 de Colmenar Viejo y la autovía N-I a Burgos.

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Flujo de ocupados y estudiantes hacia el municipio de Madrid y desde el municipio de Madrid 2001. En verde son los flujos desde Madrid y en rojo hacia Madrid. Las carreteras de Andalucia, Toledo y Extramadura son las que soportan mayor flujo de desplazameintos y las que dependen mas de Madrid por motivos de trabajo o estudio (el destino esta en Madrid o tienen que pasar por Madrid). En un segundo nivel estan los  apreciables flujos de la A-6 (La Coruña), A-3 (Barcelona) y los primeros tramos de la A-1 (Burgos), donde el flujo principal es hacia fuera de Madrid. Fuente: Atlas estadístico de la CM. 2005. Instituto de Estadística.

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Atasco en Madrid. Fuente: Luis Magán. El Pais.

 

Profesionales y clases medias y medias-altas se asentaron en distritos periféricos como Aravaca o Fuencarral y en municipios del noroeste como Pozuelo de Alarcón, Majadahonda, Las Rozas, Villaviciosa de Odón, Boadilla del Monte, Tres Cantos, Alcobendas, etc., cambiando la configuración urbanística y socio-económica de los mismos. Florecen las urbanizaciones de adosados, a veces protegidas con seguridad privada, y sus correspondientes dotaciones: clubs deportivos, colegios privados, y mas recientemente, universidades privadas. A medio plazo, también cambiará el sentido del voto, así por ejemplo, municipios como Las Rozas o Majadahonda con alcaldes socialistas pasan a ser sólidos feudos del Partido Popular.  A la vez se produce un fenómeno nuevo: las clases media-altas que tenían viviendas de segunda residencia en los municipios cercanos a la sierra (El Escorial, Torrelodones, Galapagar, Miraflores etc.), empiezan a transformar su uso como viviendas de primera residencia.

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Por otra parte, el precio del suelo en la capital hace que también las parejas jóvenes de clase trabajadora, muchas con expectativas de tener hijos, tengan que buscar la vivienda fuera de la capital. Se impondrá la regla de que cuánto más baja es la posición en la escala social, más alejada de la capital está la vivienda que uno se pude permitir pagar. Las clases trabajadoras se desplazarán a las nuevas promociones de los municipios del sur y sureste de la primera corona metropolitana (Leganés, Getafe, Fuenlabrada, Alcorcón, Mostoles, etc.) y corredor del Henares (Coslada, San Fernando, Torrejón, Alcalá, etc.), que ya sufrieron la transformación de villas agropecuarias a ciudades dormitorios y/o núcleos industriales entre los años sesenta y setenta. Su población vuelve a incrementarse de forma significativa. Algunas ciudades como Mostoles o Leganes se convierten en las segundas o terceras ciudades de la Meseta castellana con más población, superando los 200.000 ó 300.000 habitantes. Además, surge una nueva oferta para estas parejas en una creciente segunda corona metropolitana (Parla, Pinto, Valdemoro, Griñón, Velilla, Daganzo, Algete, etc.), donde conviven barrios de bloques apiñados de viviendas de baja calidad y escasa infraestructura, con urbanizaciones de adosados a precios mas asequibles, que en las de los municipios del noroeste, antes aludidos.

Son los años en que la capital rompe la tendencia demográfica y empieza a perder población (bajando por debajo del listón de los 3 millones de habitantes) y a envejecerse. No volverá a recuperar población infanto-juvenil y a crecer, hasta que no se de el fenómeno de la inmigración intensiva de extranjeros procedentes de países socio-económicamente deprimidos (Ecuador, Colombia, Bolivia, Marruecos, países subsaharianos, Rumania, etc.) a partir de la llegada del nuevo siglo.

El crecimiento siguiendo esta red radial ha contribuido a crear una red de ciudades metropolitanas aisladas sin tejido económico propio y dependiente de la capital a efectos económicos, culturales y administrativos. El principal impacto en términos de salud ha sido la dependencia del uso del vehiculo particular, con su consecuente coste en horas de desplazamiento y en contaminación atmosférica y acústica, y su efecto retardatario en el desarrollo comunitario y en la cohesión social de sus barrios y municipios. Pues a pesar de los esfuerzos desarrollados en muchos municipios en sentido contrario (mencionemos a modo de ejemplo, la instalación de nuevas universidades en algunos de ellos), muchos de ellos siguen conservando el carácter de ciudades dormitorios con una débil vida comunitaria [1].

 

 

¿Servicios públicos para taponar las desigualdades sociales en salud?

El crecimiento espectacular del área metropolitana, trajo también consigo la necesidad de infraestructuras colectivas públicas en estos municipios. Así, se dispara: la construcción de colegios e institutos públicos, polideportivos, centros de salud y hospitales, centros culturales y juveniles, etc. Los municipios y la Comunidad de Madrid tienen que afrontar en los 80 (y parte de los 90) un esfuerzo presupuestario importante para responder a estas demandas ciudadanas y evitar en lo posible la constitución de nuevos guettos, especialmente en el sur y este de la Comunidad. Desde el punto de vista de los servicios de salud publica, es la época en que se constituyen los centros municipales de promoción de la salud, en los que uno de los servicios mas demandados fue la planificación familiar, que permitió el acceso a los métodos anticonceptivos a estas parejas jóvenes que fueron “expulsadas” de Madrid. Posteriormente a principios de los 90, coincidiendo con un cierto desmantelamiento de esta red de servicios municipales de salud, se crean los servicios de salud pública de Área de la Comunidad de Madrid.

Hay también tímidos y difíciles intentos de introducir criterios de salud en la planificación urbanística, basados en estudios de mapas ambientales y encuadrados en el proyecto de ciudades saludables de la OMS, que ya hemos mencionado en este blog. También es la época de interesantes experiencias de trabajo en común entre profesionales de la salud, de la educación y de los servicios sociales, mediante programas de salud escolar, de atención juvenil, de atención a la mujer, adicciones, etc. Todos ellos fueron (son) intentos de neutralizar, taponar o afrontar situaciones de desigualdades sociales en salud, que tienen su origen mas “corriente arriba”. Por ello, estas politcas publicas, programas y loables esfuerzos de fortalecer la vulnerabilidad de estos barrios y sus pobladores, convivieron en el tiempo con la dura epoca de la epidemia de SIDA, ligada al mundo de la desesperanza y la heroína.

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Vista invernal del barrio de Zarzaquemada (uno de los barrios mas densamente poblados de Leganes), a la altura de la estación de cercanías del mismo nombre. Fuente: Avelino Navarro en http://www.panoramio.com/photo/18086792

 

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Fachada del centro municipal de salud de Alcalá de Henares (antigua Casa de Socorro). Fuente: http://alcalafoto.blogsome.com/2008/04/13/60/

 

Los que trabajamos en esta epoca en estos dispositivos, aunque hayamos tenido experiencias gratificantes de logros parciales,  no podiamos a veces quitarnos de encima la desesperante sensación de que estabamos intentando vaciar un inmenso mar de problemas de salud “cacito a cacito” (sin incidir sobre las fuentes que lo volvían a rellenar a grandes chorros diaria y tozudamente). Tal vez, no éramos conscientes de que, al fin y al cabo, solo estabamos ejerciendo una función Biopolítica. Es decir, éramos los brazos del estado para una necesaria regulación de los flujos y de la salud de estas poblaciones, evitando que se sobrepasaran ciertos umbrales críticos en la salud reproductiva, en la salud mental, en la salud ambiental, en la salud laboral, en la salud escolar, en la salud juvenil, etc. (ver serie Biopolitca y Salud Publica).

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Atlas de mortalidad por enfermedades crónicas de la vías respiratorias inferiores (bronquitis crónica y enfisema) en hombres por secciones censales, 1996-2003. Comunidad de Madrid (izquierda) y Madrid ciudad (recuadro de la derecha). Proyecto MEDEA. Se repite el patrón Noroeste-sureste. Las secciones con mayor mortalidad (en rojo) se sitúan dentro de la capital, en los distritos de Vallecas, Villaverde, Usera y San Blas. Y fuera de Madrid: al sur y sureste de la Comunidad. Tambien llama la atención una sobremortalidad en varios municipios de la sierra de Guadarrama. La menor mortalidad (verde) se encuentra en los distritos del norte y oeste de la capital; y en los municipios del noroeste de la Comunidad de Madrid, alrededor de la autopista A-6. Fuente: Atlas de mortalidad y desigualdades socio-económicas de la Comunidad de Madrid. Portal Salud Madrid de la Consejeria de Sanidad. 

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Este articulo forma parte de la serie sobre DSS en la Comunidad de Madrid constituida por las 16 entregas siguientes que he escrito hasta la fecha (te inserto “los link” a los 16 artículos ya publicados):

1. La línea de la pobreza

2. El paisaje y la vegetación

3.  El confort climático

4. La proximidad a cloacas y chimeneas

5. El crecimiento urbanístico e industrial (I): Madrid, villa y corte

6. El crecimiento urbanístico e industrial (II): Murallas, arrabales y conventos,

7. El crecimiento urbanístico e industrial (III): El ensanche y los extrarradios ,

8. El crecimiento urbanístico e industrial (IV): la pesada herencia del franquismo ,

9. El crecimiento urbanístico e industrial (V): la construcción de la democracia y el urbanismo del desencanto

10. El crecimiento urbanístico e industrial (VI): La precariedad del exceso

11.  La desigual distribución de la renta

12.  La inmigración

13. La estructura de clases sociales

14. El nivel educativo

15.  Un viaje en tren por las desigualdades en mortalidad

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[1] José Manuel Naredo. “Resumen de mi trayectoria intelectual…” Scripta Nova . Vol. XII, núm. 270 (156), 1 de agosto de 2008

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