Los que seguimos con preocupación la situación de Haití desde la devastación provocada por el terremoto y el papelón que hicieron todos los organismos gubernamentales y no gubernamentales que prontamente se presentaron allí sin un plan de contingencias realista sabíamos que esta situación predecible y prevenible tarde o temprano tenía que ocurrir. Y por eso nos preguntamos ¿Dónde está todo ese dinero que graciosamente donaron los ciudadanos de todo el mundo y prometieron los gobiernos?

 Como todos sabemos, el cólera, del que ya hemos hablado en estas páginas unas cuantas veces ver los post: El Cólera: la epidemia de los olvidados, catástrofe humanitaria en Zimbabue y Epidemiología del cólera, es una enfermedad bacteriana intestinal aguda que en su forma grave se caracteriza por comienzo brusco, diarrea acuosa profusa y sin dolor (heces en agua de arroz), nauseas y vómitos abundantes. En los casos no tratados la deshidratación rápida, la acidosis, el colapso circulatorio, la hipoglucemia en niños y  la insuficiencia renal pueden causar la muerte rápidamente.

El reservorio principal es el hombre y la transmisión ocurre fundamentalmente por ingestión de agua o alimentos contaminados con la bacteria Vibrio cholerae serogrupos O1 y O139 productores de toxina colérica (ésta es la que les confiere capacidad epidémica), donde puede persistir por largo tiempo. Las epidemias a menudo están relacionadas con la contaminación con las heces de una persona infectada del suministro de agua o de alimentos de venta ambulante. La enfermedad puede diseminarse rápidamente en áreas con tratamientos inadecuados de agua potable y agua de alcantarillado. Es poco común la transmisión del cólera directamente de una persona a otra; por lo tanto, el contacto casual con una persona infectada no constituye un riesgo para contraer la enfermedad. El período de incubación puede variar desde pocas horas a 5 días (por lo regular es de 2-3 días) y el período de transmisibilidad parece mantenerse mientras exista el estado de portador, que suele durar varios días después del restablecimiento,  aunque en algunos casos persiste por meses.

Ahora vamos a los datos de esta epidemia que puede convertirse en una nueva catástrofe que azote al pueblo Haitiano:

Fuente: OPS (Washington, D.C., 11 de noviembre del 2010)

 El Ministerio de Salud Pública y Población de Haití (MSPP) ha comunicado que, a 9 de noviembre, el número acumulado de ingresos en hospitales y de defunciones debidas al cólera era de 11.125 y 724, respectivamente, en seis departamentos. En Puerto Príncipe, el número acumulado de ingresos en hospitales era de 278 y 10 defunciones debidas al cólera.

 El cólera se sigue propagando por todo Haití. Se han registrado casos en los departamentos de Artibonite, Centro, Oeste, Sur, Norte y Noroeste. Se espera que esa tendencia se mantenga durante las próximas semanas. Preocupan particularmente los brotes en zonas rurales remotas, dado que en ellas se dispone de menos recursos para tratar los casos y aplicar medidas preventivas.

 Las inundaciones causadas por el huracán Tomás pueden contribuir a un aumento en el número de casos de cólera en Haití. A pesar de que el huracán Tomas no tuvo un efecto tan grave como se temía, las inundaciones generalizadas han aumentado el riesgo de transmisión del cólera. Los efectos de esa situación podrían manifestarse con un aumento de los casos durante los próximos días.

 Otro motivo de preocupación es que se están notificando casos en la capital del país, Puerto Príncipe, habitada por unos 3 millones de personas. Aun antes del terremoto de enero pasado, la ciudad tenía una infraestructura deficiente de saneamiento y de agua y hacinamiento en muchas áreas. Ahora, las condiciones en la ciudad son «muy propicias para la propagación rápida del cólera».

 Los titulares del periódico el País:

 También nos cuentan que la ONU pide a la comunidad internacional 118 millones de euros para combatir la epidemia, vale, que  busquen el dinero que ya se dio y cuando justifique en que se lo han gastado nos pidan más.

 

Consuelo Ibáñez Martí (indignada con la situación)
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